Opinión

Comunicación Popular

7 de Junio, el oficio militante de comunicar

Fernando Gómez, Director de la Revista Oveja Negra y Secretario Político de Descamisados, en un nuevo 7 de Junio, día del periodista.

10502420_735903493195252_7027206153568327956_n

Alguna vez, Tácito señaló que: “Rara felicidad de los tiempos en que se puede decir lo que se siente y sentir lo que se quiere.”

La frase encabezaba la edición de la Gaceta de Buenos Aires, publicada por Mariano Moreno el 7 de Junio de 1810.

Moreno de lo único que se consideraba independiente, era del reino de España, y el oficio de comunicar, lo asumió como herramienta para multiplicar la voz de un proyecto revolucionario para ésta tierra.

Con esa convicción, nos reconocemos un 7 de Junio. Ser una Oveja Negra es asumir el oficio de comunicar desde la convicción militante. Es multiplicar la voz de un proyecto político que abrace los sueños y esperanzas de un pueblo.

El periodismo independiente es la quimera de los que desprecian la política, o peor aún, de los que pretenden robarle la política como herramienta de transformación a los humildes de nuestra Patria.

Es la bandera que enarbolaron los grupos económicos de la comunicación que durante ésta década defendieron su condición monopólica y sus privilegios económicos escudados en la libertad de expresión y la independencia del periodismo.

Son las mismas corporaciones que han recuperado la hegemonía en el mapa de la comunicación. Que transitan la vocación de reconstruir un pensamiento único que convalide los privilegios de unos pocos, que sepulte la historia y la política debajo de los intereses minoritarios de los que se enriquecen a costa del ajuste, los tarifazos, la devaluación y la destrucción del empleo.

Comunicar en tiempos de neoliberalismo, ahí está el desafío de los que no abandonamos la trinchera desde la que alzamos la voz por un proyecto colectivo, desde esa convicción elogiamos el oficio de la comunicación desde una práctica y coherencia militante.

Para eso somos la Oveja Negra del rebaño. Para poner en evidencia que éste 7 de Junio los periodistas festejan su día con dos mil trabajadores de prensa despedidos, con miles y miles de medios comunitarios que son discriminados por la pauta oficial en severo riesgo de apagar su voz, con herramientas cooperativas de comunicación que ven peligrar miles de puestos de trabajo en el sector.

Este 7 de Junio se celebra sin la ley de servicios de comunicación audiovisual, que fue volteada por decreto por el Gobierno de Mauricio Macri, al mismo que se le ocurrió intentar castigar penalmente a quien brinde información de los que ayer evadieron impuestos, lavaron guita y condicionaron económicamente a las finanzas de la Nación y hoy se benefician con una ley de blanqueo de capitales.

Un 7 de Junio plagado de cinismo e hipocresía, que se transcurre silenciando el reclamo de los trabajadores despedidos y flexibilizados de Cresta Roja, el establecimiento en el que Macri decidiera anunciar que vetaba la ley antidespidos.

Por esto nos trazamos el objetivo de convocarnos el 25 de Junio al Primer Encuentro. Comunicar en tiempos de neoliberalismo. Tal y como lo dijimos en nuestra convocatoria.

Aquí seguimos. Con la vocación inalterable de seguir multiplicando, potenciando y alzando la voz para construir una genuina experiencia de comunicación popular en nuestra tierra.

Con la voluntad de aportar un grano de arena en el trabajoso camino de encontrarnos colectivamente, para reflexionar sobre la nueva y oscura etapa que se abre en la Argentina, para fortalecer el sentido de nuestra práctica y resistir de manera eficaz a la reconstrucción de un pensamiento único que avanza sobre los intereses de nuestro pueblo.

Reconocernos, no tanto para contemplar lo logrado, si no para cristalizar aquello que todavía nos resta conquistar. Las voces que siguen silenciadas, los conflictos que siguen invisibilizados, las experiencias de organización popular que aún no encuentran el camino para alzar su palabra en el horizonte de la comunicación.

Allí anidan nuestros objetivos, allí anida nuestra responsabilidad en éste tiempo, asumir que sigue dependiendo de nuestra propia eficacia que la noche no sea eterna, siquiera larga, tan sólo oscura.