Entrevistas

«Tenemos un gran apoyo internacional en la causa Malvinas»

La embajadora argentina en Londres habla sobre la lucha por la soberanía de Malvinas, la crisis en Europa, el futuro de América Latina y el rol de Cristina Fernández luego que finalice su mandato como presidenta.

Alicia Castro habló sobre la situación de la causa Malvinas.

La residencia argentina en Londres está ubicada el barrio de Hyde Park. Es parte de un complejo diplomático ubicado detrás del palacio de Buckingham del que forman parte la mayoría de las sedes de  diferentes países del mundo. Con una mezcla de estilo típico inglés con cuadros de San Martín y Bolívar, la residencia fue el lugar de una extensa entrevista con Alicia Castro, Embajadora argentina en Reino Unido. Castro cuenta con una larga carrera política en el sector gremial. Fue Secretaria General de la Asociación Argentina de Aeronavagantes, diputada nacional por la provincia de Buenos Aires entre 1997 y 2005, y antes de Londres, tuvo su responsabilidad diplomática en Caracas, Venezuela, durante la presidencia de Hugo Chávez.  Es la embajadora con más perfil político de todos los embajadores de la política exterior argentina, lejos de declaraciones políticamente correctas, dialogó sobre la lucha por la soberanía de Malvinas, la crisis en Europa, el futuro de América Latina y el rol de Cristina Fernández luego que finalice su mandato como presidenta.

Hablar de Argentina e Inglaterra es hablar de Malvinas. ¿En qué estado se encuentra la lucha por la soberanía de Malvinas teniendo en cuenta las últimas decisiones políticas del gobierno británico?

Creo que hay varias cosas para destacar. Una es que el gobierno en los últimos diez años ha logrado una adhesión sin precedentes en cuanto al apoyo a la cuestión Malvinas. Como dice nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner, “Malvinas ya no es una causa nacional, es una causa regional y global”. Esto le da un peso y un contexto distinto porque ahora efectivamente y sobre todo se ve en período electoral (en Reino Unido), por más que América Latina no esté en el centro de ningún debate electoral de ningún partido, de todas formas, cuando se habla de la región se hace desde la intención de establecer  mejores relaciones diplomáticas. El Reino Unido debería tener  un gesto de compromiso político y enrolarse en una discusión de soberanía con Argentina como mandan las 41 resoluciones de Naciones Unidas. Por otro lado, hay un contexto de fabricación mediática británica que busca distorsionar desde el punto de vista histórico y legitimar la validez del referéndum donde 1500 británicos se pronunciaron que las islas deben seguir siendo un territorio británico de ultramar a través de una propaganda que posiciona a nuestro país como una amenaza.

¿Cómo se responde a esa construcción mediática?

Desde la evidencia. En Argentina hay 250 mil descendientes de británicos que viven disfrutando del respeto, la amistad y las oportunidades que se le brindan, mientras que en Gran Bretaña, se vive con un sistema de migraciones muy restrictivo con permisos de trabajo excluyentes. En ese sentido, este año se cumplen 150 años de la llegada de los galeses  a la Patagonia. Este es un perfecto ejemplo de como una comunidad británica vive perfectamente integrada a la Argentina, conservando su identidad, costumbres y su lengua. El Primer Ministro de Gales, Carwyn Jones,  me dijo que iba a enviar una serie de documentos traducidos del galés al español para la Patagonia argentina. Eso es una muestra de cómo esa comunidad que no fue a conquistar ni a depredar sino a establecerse y compartir, tiene una convivencia de 150 años.

Dentro de esa propaganda contra la Argentina hay otra confusión que es deliberada y tiene que ver con el objeto del conflicto. La controversia no es con los habitantes de las islas sino que es territorial. Ellos son británicos, lo que no es británico es el territorio en el que habitan. Esto hay que repetirlo y hacerlo entender, sobre todo en el Reino Unido.

Esta propaganda que desvirtúa lo que el gobierno argentino reclama en relación a la soberanía de las Islas Malvinas, ¿También busca desprestigiar a aliados de Argentina como Rusia y China y con ello, al nuevo orden mundial?

Sí, claro. Es muy interesante analizar la tapa del 24 de marzo de un diario sensacionalista de Inglaterra como The Sun que planteaba que tropas argentinas volverían a Malvinas con fotos de la presidenta Cristina y su par ruso, Vladimir Putin junto con aviones de guerra. La cobertura de los medios y la forma en la que buscan desvirtuar la matriz de opinión sobre Argentina y la región es una constante. Hemos visto lo que ha revelado el ex agente de la CIA Edward Snowden sobre una operación destinada a impedir que nuestro país recupere las islas por la vía diplomática, cuyos recursos económicos y humanos estuvieron destinados, entre otras cosas, a la manipulación de información y la degradación de la imagen de distintos dirigentes políticos. Justamente como una reacción al gran apoyo internacional que tenemos en relación a Malvinas.

¿Cómo responden los británicos frente a estas operaciones mediáticas?

A los británicos les gusta mucho la Argentina. Comparten muchas costumbres. Hace un tiempo estuvo Horacio González dando una conferencia sobre Willian Henry Hudson y la influencia de la literatura británica en Argentina, y sostuvo que hay pocos ejemplos de naciones con tantas coincidencias en términos literarios, deportivos e históricos. También, hay influencias arquitectónicas y educativas, Argentina fue el primer país que instaló colegios ingleses, comparten el mismo gusto por le vino y hay un flujo enorme de británicos que visitan Argentina y argentinos que visitan Gran Bretaña.  No resuena en la gente ninguna tensión con Argentina, es una fabricación mediática, construyeron una ficción de hostilidad. Recientemente vino el Secretario de Asuntos de Malvinas, Daniel Filmus y brindó una conferencia para explicar las medidas penales que tendrá aquellas empresas que exploten ilegalmente hidrocarburos en la plataforma continental  argentina, y  a la tarde dio una charla en la Casa de Pensamiento Latinoamericano en Reino Unido y, allí, estuvieron presentes empresarios petroleros, habitantes de las islas Malvinas, ilegítimos representantes de la asamblea de Malvinas y un ex Gobernador de la isla, figura que, por supuesto, no reconocemos.

Todas las preguntas que hicieron, preparadas con anticipación, fueron rebatidas una por una con mucha solvencia y claridad. Cuando uno escucha el argumento que plantea que Argentina es colonialista con los isleños, cuando nosotros sufrimos las invasiones inglesas en 1806-1807 y teniendo en cuenta que de los 17 enclaves coloniales, 10 todavía les pertenecen, el argumento se cae rápidamente.

Lamentablemente hay medios de comunicación y políticos en Argentina que se acoplan a esa creencia de que alguien podría estar maltratando a los isleños. Esto creo que es porque no estudian la realidad, los isleños tienen en los cruceros del turismo, una de las fuentes de ingreso más importantes y esos cruceros recalan en puertos de la plataforma argentina continental con permiso del Estado argentino. De igual forma se da con los vuelos que pasan por territorio argentino, de hecho, mi primera tarea cuando llegué en 2012 fue hacer un ofrecimiento al gobierno británico para que hubiera vuelos directos y regulares de Aerolíneas Argentinas de Buenos Aires a las islas, lo que le daría a los isleños una mejor conexión con el continente y con el mundo. Nunca obtuvimos respuestas.

La hostilidad es una fabricación mediática para intentar justificar la negativa a sentarse a dialogar y negociar que pone al Reino Unido en violación con la obligación que impone el derecho internacional  de buscarle una solución a la controversia por la vía pacífica. Es el Reino Unido el que viola las resoluciones de un organismo multilateral que integra. Y no solamente no respeta las resoluciones vinculadas con la soberanía, sino también la 3149 que es la que impide a las partes tomar decisiones unilaterales  mientras se esté tratando de resolver el conflicto. En ese sentido, Gran Bretaña sigue explotando hidrocarburos y pesca, tiene en Malvinas una base militar con un poder desproporcionado para evitar una invasión o una guerra que nunca va a ocurrir. Con todo esto, igual, hacen propaganda poniendo a la Argentina como agresora.

Malvinas es una política de Estado en estos últimos años. Se han cosechado muchas adhesiones en todo el mundo. ¿Cómo cree que será la política en relación a Malvinas del gobierno que asuma el 10 de diciembre?

Creo que se va a mantener porque es una política de Estado. Por más que he leído declaraciones de hace unos años de un candidato, donde decía que sostener Malvinas sería un costo más, por lo tanto no veía la necesidad de reivindicarlas. Un dirigente que administra un país, una provincia, una ciudad, no puede pensar la soberanía en esos términos. Con ese criterio, podría declarar muchas provincias argentinas como inviables. Me impresionó mucho. No obstante creo que no hay margen para salirse de una política de Estado que cuenta con la adhesión plena del Congreso argentino con la declaración de Ushuaia y con la constitución de 1994 que establece el objetivo de recuperar la soberanía de Malvinas por la vía pacífica y diplomática.

Usted ha sido una persona muy cercana a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández, ¿En qué lugar imagina a la presidenta después del 10 de diciembre?

En el lugar que ella quiera, no me voy a atrever a hacer ninguna predicción respecto a la presidente. Lo que sí creo es que es de conveniencia para la Argentina que ella siga ocupando un lugar importante en la política. Creo y espero que siga ocupando un lugar porque es una referente no solo para la Argentina sino para toda la región. Es una dirigente con conciencia de que la integración regional es una necesidad, ya sea por los recursos humanos, y económicos, pero también porque no hay forma de tener soberanía política e independencia económica sin estar muy fuertemente unidos como región.  Algunos todavía no entienden lo que fue tan claro para Bolívar y San Martín que planteaban que no había independencia posible sin unidad. Durante doscientos años, en el plan de los libertarios el objetivo era claro: Independencia y unidad. Ese proyecto se retomó con la aparición de Chávez, Lula y Kirchner.

¿Por dónde cree que pasan los principales desafíos para fortalecer la unidad regional después de todos estos años de avance en la integración?

Yo creo en una dimensión pedagógica de la política. En el 2003 hice un proyecto de resolución en el Congreso planteando el ingreso de Venezuela al Mercosur. En ese momento se pensaba en Venezuela como parte de otro bloque regional y no se entendía le necesidad, primero económica al incorporar una potencia petrolera al bloque, y en segundo lugar, política desde la importancia de integrar ese dinamismo revolucionario que proponía Venezuela.

Sin embargo, explicando, aclarando, revelando, estudiando y caminando pudimos lograrlo. Hay que seguir ese camino, insistiendo y con “paciencia y más paciencia”, como decía Bolívar.

¿Qué mirada tiene de la crisis en Europa y cuánto ha impactado en Gran Bretaña? ¿El proceso encarado por América Latina post neoliberalismo sirve como ejemplo?

La situación en Europa es muy compleja, especialmente en Grecia. Aquí todos los años en diciembre se hace una gran conferencia latinoamericana donde concurren todas las fuerzas políticas, sociales, sindicales, académicos y dirigentes políticos que creen que América Latina puede aportar ejemplos al mundo de cómo debe salirse de una crisis como la que vive Europa.

Creo que están dispuestos a tomar el ejemplo de nuestra región pero cada caso tiene su particularidad. Hay raíces diferentes, culturas diferentes y por sobre todas las cosas, somos pueblos diferentes, y cada pueblo tiene que decidir su camino.

Usted viene del sindicalismo y la generación de empleo es el gran tema de discusión. En América Latina para seguir generando trabajo genuino y en Europa debido a las políticas de ajuste llevadas a cabo por los gobiernos en crisis. ¿Cuál es su opinión?

El ajuste no es solo falta de justicia social, es una estupidez económica. Cuando se ajusta, cuando se pierden niveles de empleo o se bajan los salarios o las prestaciones jubilatorias hay menos dinero en el consumo, baja la producción y hay mayor recesión, por eso es una estupidez económica. En América Latina eso está más que comprobado, en Europa todavía hay un atraso en ese sentido.

¿Qué opina de aquellos sectores mediáticos y políticos que la critican por ser considerada embajadora “política”?

Hay muchos políticos en campaña que se ponen trajes de canciller y dicen que no hay que tener embajadores políticos y critican la política de nuestro Gobierno en relación a Malvinas. Yo les preguntaría, ¿Qué hicieron durante sus gestiones? ¿Qué lograron? ¿Cuándo antes tuvimos apoyo de sindicatos en Reino Unido? Yo doy conferencias sobre Malvinas con apoyo de sindicatos británicos, con el Secretario del United, el gremio más grande de Inglaterra, sentado al lado.

Nosotros vamos al parlamento como cuando se aumentó el presupuesto militar en el área de Defensa para el Atlántico Sur, y cinco de entre 28 diputados tuvieron visiones críticas y se acercaron a saludarnos. ¿Cuándo pasó eso antes? Entonces, creo que son visiones estereotipadas e interesadas.

Fuente: Resumen del Sur