Sociedad

El año cierra con otro nieto recuperado

El nieto 138 que recuperó su identidad y Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el viernes que lo encontraron tras ser apropiado durante la dictadura cívico-eclesiástica-militar ocurrida en el país entre 1976 y 1983. Se trata de un hombre de 48 años, quien nació durante el cautiverio de su madre en la Escuela de Mecánica... Leer más »

El nieto 138 que recuperó su identidad y Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el viernes que lo encontraron tras ser apropiado durante la dictadura cívico-eclesiástica-militar ocurrida en el país entre 1976 y 1983.

Se trata de un hombre de 48 años, quien nació durante el cautiverio de su madre en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), actual Espacio Memoria y Derechos Humanos. Es hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, secuestrados el 10 de diciembre de 1976 en su domicilio en la ciudad de Buenos Aires, y nieto de Rosa Pourtalé.

Marta Enriqueta nació en Azul y tenía 30 años, Juan Carlos era porteño y tenía 21 años. Ambos militaban en Montoneros. Al momento del secuestro, María Enriqueta estaba embarazada de ocho meses y medio. Tanto ella como Juan Carlos fueron reconocidos dentro de la Esma por los testimonios de sobrevivientes.

Marta cursó el profesorado de Historia en el Colegio Normal de Azul y trabajó como empleada administrativa. En 1972 tuvo a su primer hijo, Diego Antonio, junto a un compañero anterior. A Juan Carlos lo conoció poco después y él le dio su apellido al niño.

Tras el secuestro, Carmen Antonia Morinigo y María del Carmen Villamayor, madre y hermana de Juan Carlos, comenzaron la búsqueda de la pareja, que incluyó la presentación de habeas corpus. En septiembre de 1979, Morinigo denunció el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que estaba de visita en el país para recoger información sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura. En la oportunidad, contó que su nuera estaba embarazada.

A su vez, cuando se produjo la desaparición, el tío de Marta, Pedro Pourtalé, recibió un llamado de la comisaría de Villa Ballester para buscar a un menor de cuatro años. Era Diego, que había sido dejado allí, pero no le dieron información sobre el paradero de los padres. Pedro junto a su madre, criaron al niño y, tiempo más tarde, denunció el caso de Marta y Juan Carlos ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).

Diego supo que esperaba un hermano desde los primeros días y de adulto continuó la búsqueda desde el grupo de familiares que participa de Abuelas. Desde 1999 la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad trabajó en la investigación del grupo familiar Villamayor-Pourtalé para que, a partir de esa reconstrucción, el Banco Nacional de Datos Genéticos fuera incorporando las muestras biológicas de la familia. El último jueves, el juez Daniel Rafecas informó al nieto 138 los resultados y una nueva identidad fue restituida.

El viernes en horas de la mañana Abuelas de Plaza de Mayo compartió la noticia y pasado el mediodía dieron una conferencia de prensa en la Casa de la Identidad que tiene la agrupación en el Espacio Memoria y Derechos Humanos en la ex ESMA, donde contaron la historia.

«La pareja fue vista en el centro clandestino de detención Esma, que funcionó en este predio, donde posiblemente se haya producido el nacimiento del nieto 138», detalló Estela de Carlotto, presidenta del organismo.

«Pensaban llamar Soledad o Manuel al bebé que esperaban», agregó Carlotto. Finalmente fue un niño, pero no dieron a conocer su nombre actual para preservarlo. Su hermano, Diego Antonio, envió un mensaje desde España y fue leído en la conferencia de prensa. «Estoy embargado por la emoción, sos muy bienvenido. Gracias Abuelas, son el orgullo nacional, las adoro», afirmó.