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Los mercaderes de la salud: Entre el llanto y el privilegio

La medicina prepaga acaba de recibir la autorización para incrementar una vez más sus cuotas, mientras Claudio Belocopitt sigue llorando en los medios que se benefician con la publicidad y el canje de Swiss Medical. Los medicamentos críticos para el Covid aumentaron 278% durante la pandemia. No todos pierden en las crisis.

Con la agonía de esta nueva edición de InfoNativa, los propietarios de las grandes empresas dueñas de la medicina prepaga del país, recibieron la noticia que el gobierno nacional les autorizó un aumento del 41,14% en las cuotas, que se aplicará de manera escalonada en cuatro tramos desde el 1 de agosto próximo hasta el 1 de enero de 2022.

De esta manera, y teniendo en cuenta los aumentos autorizados este año, de 3,5% en marzo, 4,5% en abril y 5,5% en mayo, con los nuevos incrementos las empresas de medicina prepaga terminarán por ajustar sus cuotas en un 61,04% en menos de un año, de marzo de 2021 a enero de 2022.

La medida, largamente reclamada por los empresarios del sector, tuvo lugar tras haberse acordado un aumento de sueldo para el sector de sanidad, pero que apenas alcanza el 45% en tramos durante el año. El aumento en las cuotas, como se advierte, es ampliamente superior al de salarios.

La resolución también determinó que los agentes del seguro de salud (obras sociales) y las entidades de medicina prepaga deberán incrementar los aranceles de las prestaciones médico-asistenciales brindadas a sus beneficiarios y usuarios por las empresas inscriptas en el Registro Nacional de Prestadores de la Superintendencia de Servicios de Salud, en la misma proporción y el mismo lapso de tiempo que los aumentos generales.

La medida tendrá un fuerte impacto en el bolsillo de los sectores que pueden tener el privilegio de costear una medicina prepaga, pero también puede significar un deterioro en los planes de salud costeado por empresas como cobertura a los trabajadores asalariados de las distintas firmas.

Con esta decisión, el Gobierno Nacional le da respuesta a la efervescente demanda de Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de la Salud (UAS) y dueño de Swiss Medical, la cual materializó en un larguísimo raid televisivo que duró semanas e incluyó el canal América de su propiedad.

En aquella amenazante diatriba mediática, Belocopitt denunció que el gobierno pretendía estatizar el sistema de salud, al mismo tiempo en que seguía llorando por el inminente “colapso” del sistema de salud privado en medio de la pandemia.

El vergonzoso reclamo solo puede encontrar oídos receptivos en sus socios económicos o en aquellos sectores privilegiados que no han tenido que recurrir al sistema de salud durante los tiempos de pandemia.

Durante todo el 2020 y en buena medida de 2021, el sistema público, pero más aún el privado, restringió de manera escandalosa las prestaciones médicas ofrecidas. La pandemia operó como excusa para recortar prestaciones, dilatarlas en el tiempo, impedir el acceso a coberturas que debían ser realizadas, pero los tiempos de pandemia y la imposibilidad de articular reclamos contra las empresas, limitaron en la vida real el sistema de salud al límite de empujar a la muerte a una gran cantidad de personas.

Sobre la recorrida de Belocopitt por la televisión, en una nota reciente de la Revista Cítrica, el periodista Diego Lanese señala: “Lo que el empresario oculta no sólo son las ganancias millonarias que tuvieron en la última década las compañías como la suya –incluyendo una bonanza muy marcada entre 2016 y 2019, cuando los valores que cobraron por sus servicios estuvieron por encima de la inflación promedio–, sino, por sobre todo, un negocio montado en la concentración y el lucro que no duda en utilizar maniobras ilegales para quedarse con una torta cada vez mayor. Y que ahora reacciona con ferocidad cuando se anuncian ideas para reformar el sistema y poner la salud de los argentinos bajo tutela del Estado.”

Lo cierto es que Belocopitt se llevó la mejor paritaria en todo el 2021, teniendo en cuenta los aumentos que le fueran autorizados en tiempos en que brindan mucha menos prestaciones a las que estaban habituados, siguen pagando salarios que apenas se actualizan debajo de las cuotas que habrá de percibir como incremento y ajustan las prestaciones de manera dramática poniendo en riesgo la salud de sus propios clientes.

En definitiva, aquella vocación de reforma integral del sistema de salud, que le valió la acusación de “estatización” por parte del sector empresario de la medicina prepaga, apenas tuvo lugar en el terreno del discurso enunciativo. En la realidad efectiva, la salud continúa siendo un redituable negocio para los empresarios que operan sobre nuestro país.

En otro lado de la cadena de los precios y la salud, están los medicamentos, como testimonio indeleble que para que alguien la pase mal, siempre hay un gran empresario que la pasa fantástico.

 

Los medicamentos para pacientes críticos de covid aumentaron 278% en el primer año de pandemia

 

Un estudio reciente del Observatorio de Medicamentos como Bien Social integrado por el área Salud del Instituto de Estado y Participación de la Asociación Trabajadores del Estado, expone un aumento descontextualizado de los precios de los medicamentos que se utilizan para pacientes graves de coronavirus.

La muestra señala que desde marzo de 2020 hasta marzo de 2021 el precio de esos insumos subió 278%, casi siete veces más que la inflación en el mismo lapso de tiempo.

El trabajo advierte sobre “el comportamiento de la industria farmacéutica como uno de los actores más beneficiados por la pandemia que, lejos de sumarse a esa cascada solidaria y colectiva, especuló y aún especula con el aumento de la demanda de los bienes esenciales necesarios para atenderla”.

Los medicamentos considerados esenciales fueron obtenidos a partir de los listados de los fármacos propuestos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y por aquellos establecidos por el Gobierno Nacional como Medicamentos e Insumos Críticos para este contexto, que derivaron en regulaciones en sus precios. Se trata de Atracurio, Atropina, Dexametasona, Enoxaparina, Epinefrina, Fentanilo, Heparina Sódica, Ipratropio bromuro, Midazolam, Noreprinefrina, Oxígeno, Pancuronio, Propofol.

Los laboratorios proveedores son, entre otros, Fada Pharma (Atropina), Richet (Dexametasona), Sanofi-Aventis (Enoxaparina), Duncan (Epinefrina), Richmond (Heparina Sódica), Lafedar (Ipratropio bromuro),  Norgreen (Midazolam), Biol (Norepinefrina), Gasol Platense (Oxígeno) y Fresenius (Propofol).

Tal como se observa en el cuadro, tomando como base el precio en el período marzo 2020-marzo 2021, se evidencia un incremento promedio porcentual del 278% en este conjunto de medicamentos, mientras que los remedios ambulatorios de consumo general solo aumentaron un 60% también por encima de la inflación pero lejos del desproporcionado incremento que sufrieron los fármacos más requeridos en esta etapa. El rango de este resultado es sumamente amplio ya que si se toma el caso del Midazolam, por ejemplo, se encuentran variaciones de más del 1000% en un año.

Si se considerará específicamente la categoría “Productos medicinales, artefactos y equipos para la salud” que el INDEC contempla para el análisis de la inflación del sector Salud, se observa que para el período de estudio se registró en estos productos una inflación de 49,8%, siendo la brecha respecto a la suba promedio de precios de los medicamentos para UCI mayor a 5 veces.

Además, para acceder a algunos de estos medicamentos al precio indicado por el gobierno, la industria impone como condición la compra obligada de otros medicamentos de baja rotación y que presentan subas exponenciales en su precio.

“Esto da cuenta del gran poder de la industria y el poco margen de negociación que poseen los hospitales frente a esta situación; obligándolos así a sobre-stockearse en productos que no consideran tan necesarios”, señala el relevamiento de IDEP-Salud y IEF.

“Las leyes del mercado indican que la rentabilidad de un bien radica en la cantidad de unidades vendidas y en el precio de las mismas. En esta situación de pandemia, los insumos hospitalarios han visto incrementada exponencialmente su demanda y a la vez hemos presenciado un aumento irracional de estos bienes, por lo cual asistimos a un doble beneficio por colocar mayores volúmenes a mayores precios. Por esta razón, disponer de un Estado y políticas públicas puestas al servicio del colectivo de la sociedad se torna no solo en elemento necesario sino en un bien que se debe preservar y profundizar” concluyen en el informe.

Además de éste elemento, que afecta directamente el corazón de las finanzas públicas, cabe recordar el informe que dimos a conocer en InfoNativa hace apenas una semana.

Tal como se observa en el cuadro, tomando como base el precio en el período marzo 2020-marzo 2021, se evidencia un incremento promedio porcentual del 278% en este conjunto de medicamentos, mientras que los remedios ambulatorios de consumo general solo aumentaron un 60% también por encima de la inflación pero lejos del desproporcionado incremento que sufrieron los fármacos más requeridos en esta etapa. El rango de este resultado es sumamente amplio ya que si se toma el caso del Midazolam, por ejemplo, se encuentran variaciones de más del 1000% en un año.

Si se considerará específicamente la categoría “Productos medicinales, artefactos y equipos para la salud” que el INDEC contempla para el análisis de la inflación del sector Salud, se observa que para el período de estudio se registró en estos productos una inflación de 49,8%, siendo la brecha respecto a la suba promedio de precios de los medicamentos para UCI mayor a 5 veces.

Además, para acceder a algunos de estos medicamentos al precio indicado por el gobierno, la industria impone como condición la compra obligada de otros medicamentos de baja rotación y que presentan subas exponenciales en su precio.

“Esto da cuenta del gran poder de la industria y el poco margen de negociación que poseen los hospitales frente a esta situación; obligándolos así a sobre-stockearse en productos que no consideran tan necesarios”, señala el relevamiento de IDEP-Salud y IEF.

“Las leyes del mercado indican que la rentabilidad de un bien radica en la cantidad de unidades vendidas y en el precio de las mismas. En esta situación de pandemia, los insumos hospitalarios han visto incrementada exponencialmente su demanda y a la vez hemos presenciado un aumento irracional de estos bienes, por lo cual asistimos a un doble beneficio por colocar mayores volúmenes a mayores precios. Por esta razón, disponer de un Estado y políticas públicas puestas al servicio del colectivo de la sociedad se torna no solo en elemento necesario sino en un bien que se debe preservar y profundizar” concluyen en el informe.

Además de éste elemento, que afecta directamente el corazón de las finanzas públicas, cabe recordar el informe que dimos a conocer en InfoNativa hace apenas una semana.

Ver más en «Precios caros y salarios bajos: Argentina y el mercado de medicamentos»   

En ese informe, desde el CELAG, advierten que en Argentina y México son los países en los que más horas hay que trabajar para alcanzar una canasta mínima de medicamentos relevados en el estudio.

El especialista en la situación de Adultos Mayores de InfoNativa, Alberto Gómez, relevó la canasta de medicamentos prevista para esa población en relación a los ingresos provenientes de las jubilaciones. Excluyendo a las jubilaciones mínimas, las que tienen acordada por PAMI la canasta gratuita de medicamentos, el resto de los jubilados tuvieron que destinar un 48% que los incrementos acordados para afrontar la canasta.

En ese sentido, Alberto Gómez sostuvo que “Centrados en los aumentos de medicamentos, observamos que las jubilaciones mínimas no se verían afectadas, considerando el derecho otorgado por PAMI para una canasta de medicamentos, cuyo vademécum contempla “marcas comerciales”, no genéricos. La duda es, el derecho alcanza a TODOS los jubilados con la mínima.”

Agrega que “si no se contara con el mismo ó no fuera incluido en el Vademecum, el monto nominal del aumento en el semestre, superaría el total de aumentos otorgados (incluidos los Bonos Extraordinarios de $ 1.500) en un 48% de lo percibido. Vayamos ahora a los haberes de 2 mínimos. El incremento promedio de remedios le exigiría 5 días de lo percibido, y el aumento nominal superaría un similar 48% del total percibido por los aumentos otorgados (no percibieron Bonos Extraordinarios).”

Construir una nueva política de salud, en definitiva, significa edificar un sistema de salud que permita resolver estas desigualdades, pero fundamentalmente, atacar el corazón de las injusticias.

Lo demás, es puro cuento.

Fuente: Infonativa.com // Con información de Revista Cítrica, Télam y Canal Abierto.