«Más allá de todos estos resultados deportivos (en 2009 el club jugaba en Primera D y ahora lo hace en la B Metropolitana), lo más importante y que más nos enorgullece es que con 500 deportistas se logró federar en 10 disciplinas deportivas y más de 450 estudian. Para nosotros lo más importante es integrar educación con deporte», explicó De Vincenzi.

Después el titular de la UAI graficó: «Esto lo materializa historias interesantes como con jugadores de Primera División que estudian en la Universidad y con egresados como el kinesiólogo del equipo de Primera División (Jorge Pisapia), que fue jugador del equipo y se recibió en la universidad».

«Con hijos de jugadores que estudian en colegios vinculados a la universidad, ex jugadores que continúan estudiando en la UAI, que ha dado un apoyo importante al club para que pueda hacer realidad esta cuestión de integrar deporte y educación. Y estos resultados, más allá de lo deportivo, son una muestra de eso», completó.

También De Vincenzi describió: «Los jugadores de Primera División que actualmente están estudiando en la UAI alguna carrera son 9, después tenemos 4 ex jugadores que continúan con las becas que se les había dado dentro del club. También hay tres ex jugadores del club recibidos en la Universidad que se despeñan como profesionales dentro de la institución y 5 hijos de jugadores que estudian en colegios vinculados a la Universidad».

«A los chicos de inferiores nosotros tratamos de darle la posibilidad de que todos estudien, cuando eso está condicionado resolvemos con becas. También la universidad tiene acuerdos otras instituciones educativas. Les damos todas las facilidades necesarias para que los chicos puedan estudiar», subrayó.

Luego el rector manifestó: «Hoy la escolarización a nivel primaria está universalizada en Argentina, pero el momento de quiebre en el fútbol se produce cuando están en el segundo o tercer año de la secundaria donde el nivel de entrenamiento se hace más exigente y les cuesta sostener ambas actividades. Ahí es donde tratamos de contribuir para que terminen sus estudios y al menos que adquieran una profesión u oficio».

«Después de jugar al fútbol la mayoría de los jugadores no saben qué hacer para reinsertarse en la sociedad cuando termina su ciclo deportivo y si no fueron educados difícilmente puedan continuar su vida tranquila. La serenidad de la cabeza te la da el estudio y sirve para encarar los problemas con otras herramientas. Para nosotros eso es importante porque les cambia el vestuario a los chicos», agregó.

De Vincenzi contó que «la idea del club nació en 2002 en la Universidad a partir de la voluntad institucional de integrar deporte con educación en algo que resultaba lógico la educación del cuerpo y de la mente requieren de espacios institucionales que son compatibles en los clubes como espacio de ascenso social a través del deporte y las universidades como espacio de ascenso social a través de la educación».

«Así federamos en 9 disciplinas deportivas (futsal, fútbol femenino, vóley, básquet, handball femenino y masculino, gimnasia deportiva, hockey y rugby) .y cuando llegamos a la décima que era fútbol nos encontramos con el inconveniente que nuestro proyecto era metropolitano e ingresar a la AFA por esa zona era factible», rememoró.

Y siguió: «Ahí tuvimos una reunión con (Julio) Grondona, le contamos el proyecto y fue muy permeable. Le interesó mucho y nos abrió una posibilidad de que viéramos con algún club ya existente del área metropolitana para unirnos en una fusión como forma jurídica».

Sobre la fusión, De Vincenzi contó: «Empezamos a conocer clubes y allí nos encontramos con Ferrocarril Urquiza, que tenía una historia de 60 años pero trunca. Esta era uno de las tres instituciones que nunca habían logrado un ascenso, siempre había militado en la D y era de mayor cantidad de desafiliaciones en la historia del fútbol argentino. En su último campeonato habían hecho 15 puntos de 112 en juego».

«Tuvimos conversaciones con el presidente de ese momento, Osvaldo Rolando, que se mostró muy permeable a nuestro proyecto porque le parecía coherente y ahí iniciamos el camino que comenzó con convencer a las asambleas de ambos clubes para fusionarse, lo que implica que las dos asociaciones civiles se constituyan en una tercera que hereda toda la historia de ambas», recordó.

El actual titular de UAI Urquiza reconoció: «Esto fue un desafío desde lo jurídico y político porque la fusión de dos clubes era algo que no tenía antecedentes jurídicamente en la Provincia de Buenos Aires y se pudo concretar. Detrás de eso la aprobación de la AFA de esta fusión para poder continuar en la D».

«En el primer año deportivo pudimos salir campeones y si así no era nos hubiésemos ido a la desafiliación una vez más. También hubo éxitos deportivos en otras disciplinas como voley, básquet, handball, gimnasia deportiva, futsal y un campeonato en fútbol femenino donde solo se habían consagrado River, Boca y San Lorenzo», resaltó orgulloso.

Además, De Vincenzi explicó: «El club es UAI Urquiza y no es que hubo un cambio de denominación, el club fue la consecuencia de la unión de Ferrocarril Urquiza y el club Universidad Abierta Interamericana y de los dos se decidió ponerle al nuevo UAI Urquiza, es decir que al día de hoy no existe más el club Universidad Abierta Interamericana, ni Ferrocarril Urquiza sino que son ellos dos y toda su historia la fundieron en UAI Urquiza».

En referencia al trabajo de inferiores, el rector indicó: «Desde 2009 cuando se inició UAI Urquiza con la fusión se empezó a trabajar desde la novena hasta la cuarta en lo que es fútbol juvenil y se ha hecho un buen trabajo ya que del plantel actual hay 9 chicos que son de inferiores. Algunos están en el selectivo, otros están fichados en Primera División y han debutado como Gabriel Seijo, Juan Fernández y Sergio Acosta».

«Y se logró conformar el fútbol infantil que es antes de la novena y que recluta a chicos del barrio, lo que nos permitió integrarnos porque al venir los chicos a jugar al fútbol empiezan a tomar una identidad con el club, que es distinta a la que tenían antes cuando esto estaba desorganizado y deteriorado con yuyales y paredes descascaradas», diferenció.

De las claves del éxito, De Vincenzi resumió: «Después de cinco años lo importante fue tener un norte coherente, los recursos para llevarlo adelante y no entrar en el vértigo de resultadismo. Haber salido campeones en el primer año en la D fue fruto de la suerte y el año pasado cuando ascendimos a la B Metro nos tocó pelear el descenso, pero nos fue bien y conservamos la categoría”: