Por Hugo Osvaldo García
Decíamos en un artículo anterior que la consigna de la hora era Unidad o Dependencia. Las ambiciones personales y los egos han impedido su concreción. El pueblo, ese al que pertenecemos y nos reconocemos en sus raíces, no olvida.
Queda entonces plantear que hacer como ciudadanos y militantes.
En nuestro distrito, la Capital Federal, al porteño de voto variable se le presentan dentro del espacio Unidad Ciudadana, tres ofertas electorales.
¿Quién mejor nos representa a los peronistas de la Ciudad?
Sin ánimos de división ya que pregonamos la Unidad debemos también hacer una elección entre propios y aliados. Estableciendo las diferencias dentro del marco de la alianza que hoy tenemos.
La versión Itaí Hagman, por historia personal y política no tiene el sustento dentro de la Doctrina Justicialista. Son aliados bienvenidos. Pero son eso: aliados. No son nuestros. Carecen del fuego sagrado del mariscal que cada peronista lleva en su mochila para seguir la Revolución inconclusa e incruenta que se nos dejara como legado.
La lista que encabeza Daniel Filmus tiene en sus primeros cuatro candidatos a nadie que responda a nuestra ideología. Junto al banquero Carlos Heller, Juan Cabandié y Gabriela Cerruti representante de Nuevo Encuentro. Ellos creen, seguramente de buena fe, que el Proyecto socialdemócrata- es la solución, nosotros creemos en lo que las 20 verdades dicen, en los Derechos de la Ancianidad, en que los únicos privilegiados son los niños, en el Modelo Argentino.
Por eso el debate pendiente es Socialdemocracia o Peronismo.
Queda entonces la tercera lista encabezada por Guillermo Moreno. El único que tiene pasado y presente peronista. Una historia impecable y el coraje para seguir dando la batalla cultural y política. Po eso acompañamos a Moreno, a María Lucila “Pimpi” Colombo y al Dr. Adrián Andreatta en este debate electoral. Por eso damos esta pelea: “La Única batalla que se pierde es la que se abandona”.
Decía el Gral. Perón: “El alma argentina, bajo el signo de su prócer estirpe, ha sabido convertir el odio en amor; el egoísmo, en generosidad; la pasión vengadora, en alianza de firmes amistades. Las virtudes innatas del pueblo argentino inspiran los fundamentos de la política social y económica que propulsa la Revolución nacional” (10-8-44).
Justamente por ser popular, es hondamente cristiana y humana. El Pueblo es el punto de encuentro entre la Doctrina Peronista y la Doctrina Social de la Iglesia. Ambas salen del pueblo para volverse Pueblo a partir de verdades simples y eternas según corresponda.
Para que vuelvan los días felices, que fueron y serán peronistas.
