Desde el anticipo mismo de la mega devaluación que habría de anunciar el Ministro Prat Gay, aún antes de la asunción del nuevo Gobierrno, los empresarios vinculados a la industria de la carne, fundamentalmente, el puñado de empresas vinculadas a la exportación de cortes argentinos, comenzaron un camino de especulación que incrementó de manera brutal el precio de los cortes populares y de exportación.

Con el objetivo de aplacar el consumo interno, e incrementar los cortes para exportación, se verificaron aumentos en determinados cortes, aún en aquellos de consumo popular, que promedian el 160% y 200% en relación al precio de mostrador de Octubre de 2015.

En los meses siguientes, la política de achicamiento del Estado, los despidos llevados adelante sobre el personal asignado al control de precios en el Ministerio de Economía, y la ausencia de control del Estado en la regulación de precios, han transformado la carne en un bien suntuoso para la mesa de los Argentinos.

Economistas vinculados al sector, y que aplauden las políticas de Gobierno, como Miguel Gorelik señalan que la alza de precios no se detendrá en los próximos dos años, y reconocen que la política asumida sólo beneficia a los empresarios del sector. Así, lo afirmó al portal Infobae “eliminar derechos de exportación a las carnes, eliminar trabas burocráticas a la exportación y liberar el mercado de cambio fueron ingredientes importantísimos para darle una señal al sector para que se ponga a producir para aprovechar las condiciones externas favorables. Pero los tiempos biológicos son de uno o dos años para que el consumidor pueda ver los frutos de estas decisiones. No hay soluciones en el corto plazo.”