López es el único sobreviviente de los campos de concentración de la dictadura que fue secuestrado y desaparecido en democracia. Su secuestro ocurrió durante el primero de los juicios por crímenes de lesa humanidad que se abrieron tras la anulación de las leyes de impunidad.
– ¿ Qué los llevó a escribir este libro?
_Empezamos a pensar en este libro hacia el cuarto aniversario de la desaparición de Jorge Julio López, básicamente porque veíamos que el tema estaba poco presente en los medios y en la sociedad en general. Nos parecía que el caso era demasiado grave como para quedar relegado a una mera mención cada aniversario. Y decidimos que desde nuestro lugar lo que podíamos hacer ante esa situación era comenzar a investigar y escribir al respecto. Ese fue el disparador del libro.
– ¿ Cuáles son los principales hilos conductores del libro?
-Los días sin López tiene dos ejes principales. Por un lado, tratamos de reconstruir todo lo que pudimos sobre la vida, la historia y la militancia de López; su secuestro en dictadura, su trabajo para romper el silencio sobre lo que había vivido y convertirse en testimoniante en los juicios. Por otro lado, nos adentramos en la causa judicial para indagar qué es lo que se investigó a partir de su segunda desaparición. Y tratamos de identificar y plasmar en el libro cuáles son las líneas de investigación que tienen indicios más fuertes sobre lo que pudo haber pasado con López. Distinguimos principalmente tres grupos: el círculo privado en torno a Miguel Osvaldo Etchecolatz; la lista de policías que López menciona en su declaración, a quienes había visto en los centros clandestinos en los que estuvo desaparecido; y miembros del servicio penitenciario bonaerense. Todas estas líneas están desarrolladas en el libro, contadas con nombres y apellidos y pistas concretas.
– A partir de la publicación, ¿hubo algún avance en relación a la investigación?
– En una de las charlas a las que nos invitaron cuando se acercaba este octavo aniversario de la desaparición de López, nos preguntaron si en este año que pasó desde que publicamos el libro podríamos haber sumado un nuevo capítulo al libro. Nuestra respuesta, lamentablemente, fue que no. Porque no hubo avances significativos en la investigación en este último año, igual que en los años previos. Las “novedades” tienen que ver con el reciente fallecimiento del juez que tenía a su cargo la causa, Manuel Blanco, y con la insistencia del fiscal Marcelo Molina en volver a investigar a la familia de López, algo que ya se había hecho exhaustivamente en un primer momento y que no condujo a nada.
– ¿ Cómo analizás el tratamiento de los medios de comunicación en relación a la desaparición de Julio Lòpez?
– Como decía antes, la no presencia de López en los medios fue uno de los motivos que nos impulsó a escribir. Da la sensación de que el secuestro de López se trató mediáticamente como un caso policial más: tuvo su pico de tapas y pantallas de noticieros en un primer momento, y luego fue decayendo hasta convertirse en una efeméride cada aniversario. Hay que decir también que hay excepciones: por ejemplo, la revista Barcelona desde la ironía mantuvo y mantiene vigente el reclamo por López.
-¿ Que opinás de la posición del Gobierno Nacional en materia de derechos humanos?
-Mientras trabajábamos en el libro tratamos de analizar cuál había sido la respuesta del Gobierno ante la desaparición de López. Lo que notamos es que el entonces presidente, Néstor Kirchner, repudió en varios discursos -incluyendo una cadena nacional- el secuestro de López y advirtió que no cedería ante la extorsión para frenar los juicios. En ese sentido, podemos reconocer el impulso que se le dio al avance de los juicios a los represores, pero vemos también que no se puso el mismo impulso en presionar para que avanzara la investigación del caso López.
– ¿ Tenés afinidad con algún partido político? ¿ A que fuerza política la viste màs comprometida para que se esclarezca esta causa?
-No pertenezco a ningún partido político. Y a juzgar por las fuerzas políticas que participan en las marchas y reclamos por López, son los partidos de izquierda los que mantienen más presente esa causa.
– ¿ Cómo opera en la sociedad argentina la desaparición de Julio López como integrante de la clase trabajadora?
_ Es una cuestión interesante para pensar. Por un lado, si se considera al secuestro de López en tanto caso policial, se podría comparar con la dispar repercusión que tienen en los medios los casos policiales en función de la clase social a la que pertenece la víctima. Para dar un ejemplo alejado de la dictadura, se podría comparar la permanencia mediática que tuvo un caso como el de Ángeles Rawson, una adolescente de clase media palermitana, en contraste con tantas otras víctimas de femicidios y violencia de género de otra extracción social, que no llegan a los grandes titulares. Por otra parte, López en tanto albañil nos obliga a pensar qué lugar se le dio a los trabajadores en el estudio de nuestra historia reciente. Si bien la clase obrera fue el blanco principal de la represión dictatorial, la figura emblemática del desaparecido no es la de un trabajador de clase baja.