El dirigente santafesino Eduardo Buzzi estuvo en el Ministerio de Economía de la Nación, para devolver el subsidio que recibió y por el que la Presidenta lo “escrachó” en cadena nacional.
“No me permitieron dejar la plata, que tenía en la mano lista para entregar. Pero ya inicié el trámite que es burocrático y engorroso, por el que devolveré hasta el último peso que me otorgaron. Porque si bien el haberlo recibido no es ilegal, es mi manera de repudiar este revanchismo y esta práctica sistemática de escrache y escarnio público al que nos tienen acostumbrados”, dijo durante la espera en la puerta de la sede ministerial.
Buzzi aseveró: “Acá quiero desnudar también otra mentira de este gobierno. Si quieren hacer una política diferenciada, en la que los chacareros no paguen retenciones, o tengan alícuotas diferenciadas, el anuncio que tienen que hacer es que el Estado está dispuesto a afrontar un costo de entre 1500 y 2000 millones de dólares. Es evidente que no van por ese camino, y se puede constatar si vemos los 1500 millones de pesos devaluados que anunciaron para este plan”.
“Este programa, además, no tiene nada que ver con una política diferencial en serio. Como vengo diciendo hace años, si de verdad quieren cambiar las cosas, de una vez tienen que definir a los chacareros como su sujeto agropecuario, estableciendo políticas con las que los pequeños productores podamos tener más renta, en lugar de los sectores concentrados. Este, como otros tantos, es un remiendo que no puedo ni quiero convalidar. Si en serio quieren ser progresistas, aunque sea en la última parte de su gestión, deben gravar la renta financiera, los grandes negocios de los actores concentrados y al juego”, aseguró.
“Pero no sólo quiero seguir denunciando por ‘trucho’ este intento de lavarse la cara el gobierno al ‘modificar’ su nefasta política agropecuaria. Me importa también repudiar, como tantas veces lo hice cuando no me tocó a mí, que la Presidenta de la Nación use la información del Estado, con fines políticos, revanchistas y muy poco democráticos. Porque estoy convencido de que, tras esta década desperdiciada, los argentinos no podemos permitirnos naturalizar estos engendros de cadena, que nada tienen que ver con la comunicación democrática ni republicana”, finalizó.