Opinión Autenticada, consultores en Opinión Pública y Comunicación Política, realizó una encuesta de alcance nacional sobre el impacto del 8N.
Se trata de un estudio centrado sobre una población de ciudadanos argentinos con edades comprendidas entre los 16 y 65 años. La muestra ascendió a 800 casos y fue extraída a través de métodos probabilísticos para asegurar su representatividad.
Los principales resultados obtenidos señalan la marcha del 8N tuvo un nivel de aceptación del 55% y un nivel de rechazo del 25%. Independientemente de su aceptación o rechazo, se observa un consenso mayoritario (cercano al 75%) respecto a que la marcha no tendrá consecuencias sobre el accionar del Gobierno.
Aproximadamente un 30% considera que la marcha sí podría tener un efecto favorable para la oposición, aunque cerca de un 50% entiende lo contrario. Estas posiciones resultan diferenciales entre quienes se manifestaron a favor de la marcha y quiénes no. Los primeros consideran que tal efecto sería mayor (especialmente, la mitad de quienes participaron considera que la marcha tendrá efectos favorables)Asimismo algo más de la mitad de la ciudadanía encuestada considera que el gobierno tiene un tinte más bien autoritario, contra cerca de un 40% que lo considera democrático. Aquí se expresa una profunda asimetría entre quienes tienen una actitud favorable o contraria a la marcha. Los primeros, mayoritariamente perciben un Gobierno autoritario; mientras que los últimos, mayoritariamente, perciben un Gobierno democrático.
Entre quienes se manifiestan favorables a la marcha, una porción que oscila entre el 35% y el 39% (según que se haya o no participado, respectivamente) reporta haber votado a la Presidente Cristina Kirchner en 2011.
Por otra parte, quienes se manifiestan favorables a la marcha, una porción que oscila entre el 90% y el 76% (según que se haya o no participado, respectivamente), manifiesta que no votaría a la actual Presidente en caso de que se presentara para un nuevo mandato. En cambio, entre quienes reportan una actitud contraria a la marcha, un 87% manifiesta que sí votaría a Cristina Kirchner.
Cerca del 90% de la ciudadanía encuestada se define como de clase media típica o baja (48.5% vs. 49.1%, respectivamente). En términos generales no se observa un patrón diferencial nítido entre quienes están a favor y en contra de la marcha, más allá de que en el último segmento la proporción de clase media típica respecto de la clase media baja resulta algo mayor que en los segmentos a favor.
Quienes expresan una actitud favorable hacia la marcha destacan una multiplicidad de motivos que incluyen: la inflación, la inseguridad, la corrupción, la necesidad de que se respeten las libertades ciudadanas, la pobreza, el desempleo, el desacuerdo con una eventual reforma constitucional que habilite una re-reelección y las restricciones para la compra de dólares.
Finalmente, quienes expresan una actitud contraria a la marcha sostienen su postura en razones como: estar de acuerdo con el Gobierno, calificar a la marcha como impulsada por el Grupo Clarín, destituyente, antipopular, de derecha, oligarca, inútil y carente de representación política.