Opinión

Escribe Roger Peiper

La basura de los ricos

Tal como un obsesivo acumula basura o trastos que sus dueños consideraron inservibles, así los EUA han acumulado chismes y subjetividades del mundo que pretende gobernar. La información es poder y en esa obsesión por el poder ha acumulado basura disfrazada de información.¿Cuanto humo habrá comprado?

Sin caer en la generalización de “los yanquis esto” o “los yanquis aquello”, las administraciones del Imperio Anglosajón  siempre han tenido una política exterior tendiente a estereotipar de forma deleznable a los que no son “americanos” como si la única forma de ser aceptable fuera el American Way Life.Pero “los americanos” no son, ni piensan y actúan todos como los halcones belicistas y aislacionistas que tienen sus representantes anidados en Washington. Si bien se esperaba mucho más de Obama como remodelador de la política internacional del la Unión, este se enfrenta al fuerte lobby fascista y antidemocrático del Tea Party que pretende reconquistar el lugar de Sheriff del mundo, no en pos de la democracia mas de lucrativos negocios, que se están viendo afectados por los avances democráticos del mundo, especialmente en su patio trasero.Se hace clara la intención de desgastar, esmerilar y condicionar a Obama y a su Administración. Se hace clara la intención de desdibujar las relaciones de confianza entre los gobiernos latinoamericanos .Es clara la intención de generar malestar entre gobiernos aliados del mundo entero. También se hace claro el propósito de este ataque a la intimidad: volver al período de una “guerra fría”, todos desconfiando de todos, todos espiando a todos y todos “con el cuchillo entre los dientes” o “bajo el poncho”.Situación inmejorable para los que fabrican y venden “chimentos” como secretos de Estado, armas de mediano y gran porte, así como “protección”, al estilo de las mafias de delincuentes comunes que pululan por barrios, sindicatos, etc. La historia nos muestra que no muy lejos de cada crisis económica mundial, los sectores belicistas y genocidas de los poderes enquistados en los gobiernos mundiales, encontraron justificaciones y motivos para convencer a sus pueblos de la necesidad de una guerra. Los motivos que se ostentaron siempre fueron los mismos: La paz y la seguridad.Para eso destruyeron anteriormente la confianza y la posibilidad de la convivencia pacífica. La coyuntura nos muestra una economía fallida y estancada en contraste con un reverdecer de los páramos latinoamericanos arrasados por siglos de sometimiento al poder hegemónico Anglosajón. Esta es una situación del todo intolerable para las corporaciones que manejan a los Estados con tradiciones imperialistas pues la proyección a futuro de esta situación es inevitablemente la pérdida de la hegemonía, los privilegios y la impunidad con que violan todos los tratados internacionales que ellos mismos forjaron para ocultar sus verdaderas intenciones. La estrategia es la de todo mal perdedor. Drogar al rival. Patear el tablero. Cambiar el mazo. Estos “documentos secretos” y su divulgación tienen el propósito de drogar al rival con odio y desconfianza.De esa manera se lo induce a que patee el tablero, pero, si no lo hace estará más predispuesto a aceptar que “los mártires” de la libertad democrática lo hagan. Y luego el “Nuevo Orden” mundial donde las cartas las darán siempre las mismas corporaciones ocultas tras los visillos de las casas de gobiernos, codiciando restablecer plenipotenciariamente el dominio de los negocios mundiales. Fidel Castro lo viene advirtiendo, pero tal como el Bautista, es “una voz que clama en el desierto”. Solo “el loco” Chávez, con su intuición militar, advierte la veracidad de la profecía. ¿Dejaremos que se nos envenene corazones y mentes? Dice un dicho popular: “No puedes impedir que los cuervos sobrevuelen tu cabeza, pero sí que posen en ella”                                                             Roger Peiper