Política

Cambia, todo cambia

El Mensajero Diario está convencido que su “Compromiso con la Información” lo convoca a poner el acento en esta contradicción en un diario que pretendió ser “tribuna de doctrina”, y también abre el debate sobre la contradicción del Diario La Nación.

Este editorial fue publicado por el Diario La Nación el 30 de junio de 2005, editorial que por supuesto compartimos pero al calor de las denuncias de Papel Prensa y ante la necesidad de abroquelarse con su cómplice Clarín  cambia de posición y el 19 de agosto de 2010 publica el siguiente articulo.

LAS VENAS DE NUESTRO PLANETA

«A nadie escapa que la acción del hombre sobre nuestro planeta acarrea impactos de diversa índole, algunos de ellos destructivos del medio ambiente y detractores de las posibilidades de desarrollo para la propia especie humana. Entre las acciones más cuestionadas en las últimas décadas por su impacto ambiental negativo se encuentran las grandes presas sobre ríos y arroyos, que interrumpen la corriente para formar un lago artificial o embalse. El mundo ha tomado conciencia de sus efectos adversos con experiencias como las de Asuán, en Africa, o -mucho más cerca en esta parte del planeta- Yacyretá, la gigantesca obra hidroeléctrica binacional argentino-paraguaya, largamente tratada en este espacio editorial. Las represas en áreas tropicales y subtropicales son las más cuestionadas, en especial debido a la abundante actividad biológica que tiene lugar en las aguas quietas de los embalses, que muchas veces han llegado a sepultar superficies de bosques nativos en pie (fauna y flora inclusive), lo que provoca falta de oxígeno y finalmente contaminación. Si los cursos afectados por las represas son de llanura, los efectos son más graves, porque las aguas portan mayor carga de sedimentos y porque la propia topografía del terreno hace que los embalses se expandan, inundando incluso muchos miles de hectáreas, cambiando radicalmente las condiciones de la naturaleza en amplios sectores. Los países más avanzados, en particular aquellos que han acudido a la triste realidad del deterioro de sus recursos naturales y la modificación de sus paisajes originales, han fijado una mirada crítica sobre las represas. En Canadá, Europa y los Estados Unidos se dan en la actualidad algunos de los primeros casos de destrucción anticipada de diques y puesta en marcha de costosos, pero necesarios, procesos de restauración ambiental. Esto parece erigirse en una política de Estado que echa mano a un abanico de opciones de desarrollo, bajo la premisa de mantener vivas las venas de este planeta: los ríos y arroyos. Pero las experiencias con grandes represas, al menos hasta aquí y en nuestro país, vienen de la mano de proyectos estatales, de naturaleza pública y supuestos beneficios de amplia base social. Sin embargo, lo que podría suceder en la provincia de Corrientes si las autoridades admitieran el desarrollo de una represa sobre el río Ayuí, cuyo lago artificial inundaría 11.600 hectáreas -es decir, el doble de la superficie que abarca la famosa y cercana laguna Iberá- tendría pocos precedentes. Pues no es el Estado, en pos del bien común, sino un grupo de cinco empresas el que estaría accediendo a la destrucción masiva de añosos bosques en galería y pajonales de inundación a lo largo de 60 kilómetros de costas del Ayuí. La Fundación Iberá, una ONG del ámbito local de la vecina ciudad de Mercedes, alertó sobre la existencia de este proyecto en los últimos días y, de inmediato, logró la adhesión de un amplio frente de organizaciones ambientalistas. El panorama de la represa del Ayuí se complica más al considerar que su sentido es proveer aguas para el riego de 20 mil hectáreas de arroz. La Fundación Iberá señala, con lucidez, que no se trata de oponerse al arroz ni a la agricultura, ya que el ambiente natural tiene la virtud de asimilar el impacto de estas actividades si éstas son desarrolladas dentro de ciertos límites. Arroyos selváticos y abundantes en zonas de inundación como el Ayuí pueden captar y procesar los contaminantes, e incluso depurar las aguas procedentes de los campos de cultivo. Pero para ello es necesario un arroyo vivo, con su vegetación nativa y todo el elenco de vida silvestre que lo compone. Un enorme embalse con la vegetación muerta en su seno sería, en cambio, una suerte de gigantesca batería acumuladora de esos contaminantes. Es nuestro deber recordarles a las autoridades de la provincia de Corrientes la vigencia de algunas de las leyes provinciales, como la de preservación y conservación de los bosques nativos de la provincia, la de interés provincial de la preservación, conservación y mejoramiento del medio ambiente, la de monumentos naturales provinciales (de los cuales el aguará guazú, el ciervo de los pantanos y el lobito de río encuentran su morada en el Ayuí). Las autoridades y algunos empresarios esgrimen que esta represa y las hectáreas de arroz que planean cultivar traerán empleo a la zona. Pero vale preguntarnos cuánto empleo se generará y a costa de qué valores del patrimonio natural de nuestro país y la provincia de Corrientes.” EL GOBIERNO IRÁ A LA JUSTICIA PARA EVITAR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA REPRESA EN CORRIENTES“Héctor Timerman aseguró que obstruirán el proyecto de una empresa que estaría vinculada al vicepresidente del Grupo Clarín, José Aranda, porque aseguran que puede ser nociva para el medio ambiente En un nuevo capítulo en su disputa contra el Grupo Clarín, el Gobierno realizará una denuncia ante la Justicia para evitar la construcción de una represa en la provincia de Corrientes porque, presumen, podría afectar el medio ambiente. La empresa encargada de realizar el emprendimiento estaría a cargo del multimillonario George Soros y del vicepresidente de Grupo Clarín, José Aranda, según consigna la agencia estatal Télam. El canciller Héctor Timerman aseguró este mediodía que el Gobierno realizará «todas las acciones legales necesarias para evitar que se avance en la construcción de una represa» en Corrientes. Durante una conferencia de prensa realizada este mediodía en el Palacio San Martín, Timerman aseguró que la represa Ayuí Grande «puede ser violatoria del medio ambiente». Y advirtió: «La Argentina no va a convalidar la violación de un tratado internacional [del Río Uruguay]». En tanto, el canciller afirmó que se comunicó con su par uruguayo, Luis Almagro, y le aclaró que «la Argentina carece de información sobre el impacto ambiental del proyecto» pese a que el Estado pidió información sobre el emprendimiento. Además, aseguró que en Uruguay están preocupados por el proyecto, aunque afirmó que tienen confianza en que la Argentina cumpla con la reglamentación implementada para solucionar el diferendo por Botnia. «La argentina no convalidará la violación del tratado», sentención el funcionario kirchnerista. Según informa la agencia Télam, se trata de un emprendimiento arrocero de las empresas Copra S.A, perteneciente al grupo Clarín, que impulsa Aranda y Adeco Agro, propiedad del magnate húngaro Soros, a las que también se suman Santa Clara y Yuquerí S.A. “Con la colaboración de Lucas Colonna Pero su cambio de posición volvió a sostenerse con la nota publicada el viernes 3 de septiembre de 2010 que se transcribe a continuación.EXIGEN PARALIZAR LA OBRA DE UNA REPRESA“Es un proyecto vinculado a un directivo de Clarín Viernes 3 de setiembre de 2010  El gobierno de Cristina Kirchner anunció ayer que interpuso un recurso de amparo ante la Corte Suprema para frenar el emprendimiento de la represa Ayui Grande, en Corrientes, por posibles daños ambientales severos, aunque ese proyecto es impulsado por una empresa que pertenece al vicepresidente del Grupo Clarín, José Aranda, por lo cual se interpretó como un nuevo capítulo en la ofensiva de la Casa Rosada contra la prensa. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó que no le constaba si Aranda tenía intereses en esa represa. Pero admitió: «Conozco lo que se dice, que hay algún directivo que sería directivo de la firma, pero no conozco el tema, con lo cual no me guío por chusmeríos». Sólo se atuvo a una argumentación legal. «He interpuesto una cuestión de amparo ante la Corte solicitando una medida cautelar de no innovar respecto del proyecto productivo en Corrientes», informó Fernández en el Salón Sur de la Casa Rosada. «Lo hicimos por un daño ambiental irreversible, además para evitar incurrir en responsabilidades internacionales y garantizar el cumplimiento de la Argentina del Tratado del Río Uruguay», justificó. Ese tratado es el mismo que, según la Corte Internacional de La Haya, incumplió Uruguay al permitir la instalación de la planta pastera Botnia, que generó un conflicto entre la Argentina y Uruguay.  En rigor, la demanda ante la Corte por Ayuí Grande reclamó que Corrientes paralice todas las obras que se hayan construido en el lugar. «Se pretende que se ordene cesar la actitud y que se haga entrega de toda la información correspondiente para que se analice», dijo Fernández. El gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi, había estado en la Casa Rosada durante la semana, pero no conversó sobre el asunto. La obra fue impulsada por las empresas Copra SA, de Aranda, y Adecoagro, del financista George Soros. El proyecto, según Fernández, consiste en inundar 8000 hectáreas para fertilizar otras 20.000 donde se cultivará arroz. «No conocemos el impacto ambiental y para eso pedimos el informe», dijo Fernández. En medio de renovada preocupación oficial por la cuestión ambiental, llamó la atención que no estuviera presente en la conferencia de prensa el secretario de Ambiente, Homero Bibiloni. El funcionario, que depende de Aníbal Fernández, fue condenado anteayer por el juez federal de Quilmes, Luis Armella, a pagar 4000 pesos diarios por no haber cumplido cuatro plazos impuestos por la Corte vinculados al plan de saneamiento del Riachuelo. El canciller Héctor Timerman había anticipado hace tres semanas que el Estado se iba a presentar ante la Justicia para detener las obras y había señalado que las empresas involucradas en el proyecto eran de Aranda y de Soros. “El Mensajero Diario está convencido que su “Compromiso con la Información” lo convoca a poner el acento en esta contradicción en un diario que pretendió ser “tribuna de doctrina”, y también abre el debate sobre la contradicción del Diario La Nación y sobre todo sobre el tema de la Represa de Ayuí Grande en nuestra pagina Facebook y nuestro Grupo Facebook.