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Estudio detecta elevados niveles de plomo en niños

Fue realizado por especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba quienes evaluaron a 161 menores de hasta 14 años que asistieron al Hospital de Niños en el período 2009/2010. El 16,7% tuvo más de 5 microgramos del metal por decilitro de sangre, el límite admitido. El plomo “produce alteraciones neuroconductuales que pueden ser tratadas, pero son irreversibles”, advirtieron.

Un estudio realizado por especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) da cuenta de los elevados niveles de plomo detectados en niños que asistieron durante 2009 y 2010 al Hospital de Niños de de la capital de esa provincia.

Se trata de resultados preocupantes, si se tienen en cuenta que la muestra es reducida y los menores, escogidos al azar, de acuerdo a las explicaciones vertidas por los investigadores en un artículo difundido ayer por la nueva agencia de noticias de la UNC, UNCiencia.

El estudio fue realizado a modo de una tesis de la Especialidad en Toxicología y Bioquímica Legal por Samanta Martínez y surgida del grupo de Miriam Virgolini, científica del Instituto de Farmacología Experimental de Córdoba (Ifec-Conicet), un centro de doble dependencia integrado al Departamento de Farmacología de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba.

En ella se evaluó de modo aleatorio a 161 menores de hasta 14 años, que acudieron sin ningún diagnóstico para consulta al Hospital de Niños de Córdoba entre 2009 y 2010, a quienes se les realizó una encuesta y se les solicitó una pequeña muestra de sangre.

De estas muestras, se registraron 28 casos (16,7%) que superaban el límite: tres niños tenían más de 20 ìg/dl, otros dos tenían entre 15 ìg/dl y 20 ìg/dl, uno tenía entre 10 ìg/dl y 15 ìg/dl, mientras que los 22 restantes tenían entre 5 ìg/dl y 10 ìg/dl de este elemento en la sangre.

“Hoy, el riesgo más preocupante son las pinturas que contienen plomo, que si bien se prohibieron en Argentina en 2004, no se controlan. Abunda, sobre todo, en los tonos más coloridos de las tinturas, pero sus fuentes son múltiples”, sostuvo Virgolini, a la agencia universitaria.

De acuerdo a sus estudios, incluso expuestos a dosis bajas o moderadas (que superen los cinco ìg/dl), con el tiempo, los menores pueden sufrir síndrome de hiperactividad, falta de atención y disminución del coeficiente intelectual.

“Casi siempre son cambios sutiles, que pueden observarse cuando comienzan el colegio, cuando necesitan concentración o formar hábitos de estudio; es decir, cuando están frente a un desafío”, explica  y advierte: “produce alteraciones neuroconductuales que pueden ser tratadas, pero son irreversibles”.