Opinión

Frente Patriótico y Peronismo

Nuestra Nación atraviesa una crisis aguda que abarca lo social, lo cultural, lo económico pero principalmente lo político.

hugo

Por Hugo Osvaldo García

En vías de extinción las formaciones clásicas del siglo XX – los partidos políticos-, por donde se canalizaban los reclamos y la participación social hoy se difunden otras formas organizativas que han, parcialmente, reemplazado a los primeros.

Así, organizaciones barriales, organizaciones sociales, culturales, sindicales han ocupado ese escenario que, por imperio de la circunstancia y el trabajo realizado, e instalados que fueron, tienen un desafío no menor: dar la batalla política (que no es meramente electoral para el año que viene junto a las organizaciones políticas tradicionales).

¿Pero esto es nuevo? Desde ya que no.

A través de la Historia grandes pensadores- muchos de ideas antagónicas-, han desarrollado sociedades ideales según sus visiones y pensares. A modo de ejemplo citamos a “La Republica” de Platón ; “El Contrato Social” de Rousseau; “La Ciudad de Dios” de San Agustín; “Utopía” de Tomás Moro; “Leviathan” de Hobbes; “El Estado Fascista” de Mussolini; El “Manifiesto Comunista” de Marx y Engels ; “El libro Rojo” de Mao-Tse-Tung, etc.

En este marco de pensamientos teórico-políticos se desarrolla “La Comunidad Organizada” que se enmarca en “La Doctrina Nacional Justicialista” de Juan Perón. ¿Qué características tiene? ¿Qué significa? ¿Qué propone?
¿Qué es ser Justicialista?

Señalemos, en primer lugar, que la visión justicialista de la participación es mucho más amplia que dentro de los encorsetados límites de un partido político. Comprende a todos los sectores de la sociedad. De allí que se hable de “Movimiento” como concepción abarcativa, inclusiva y policlasista del que participan todos los habitantes de un territorio y todas las actividades que desarrollan dentro de él.

Esta línea de pensamiento hace trizas la estructura demo-liberal de los partidos políticos tal como eran concebidos entonces y convoca, por el contrario, a la participación activa de todos los actores. Es el Hombre Sujeto y no Objeto.

En segundo lugar al decir justicialista estamos definiéndonos claramente como buscadores de justicia. Eso es ser justicialista: Buscador de Justicia. Y la justicia es inherente a la aparición del Hombre como tal, es decir viene desde los albores de la Humanidad.

Y por ser buscador de Justicia el Justicialismo es Revolucionario. Pero es una Revolución en Paz e incruenta que busca la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria. Así de simple. Así de complejo. Así de profundo
Y esa simplicidad se convierte en gramática para expresar las tres banderas irredentas: Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social.

¿Todo esto lo desarrolló Juan Perón? No.

El término “justicia social”, une dos palabras: una honorable con otra difusa pero atractiva; se volvió frecuente por los pensadores católicos a mediados del siglo XIX entre ellos al Jesuita Luigi Taparelli que en su “Ensayo Teórico del derecho Natural apoyado en los hechos” publicado en 1843 en Livorno, Italia expresa “…la justicia social debe igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de humanidad.

Taparelli es considerado uno de los fundadores de la Doctrina Social de la Iglesia y sus expresiones son una renovación del clásico pensamiento aristotélico-tomista. Doctrina Social de la Iglesia de la que abreva la Doctrina Justicialista, conocida como Peronismo, y a la que se la reconoce como guía fundamental.

Así podríamos afirmar , disculpen si alguno se escandaliza, que el Peronismo es anterior a Perón por la sencilla razón que los conceptos centrales en que se basa la Doctrina Justicialista son previos al nacimiento de quién la escribió. De ahí que el Justicialismo toma validez universal porque tiene al Hombre como eje central de su pensamiento y de sus acciones.

Dentro de esta breve reseña a modo de escenografía de ubicación quedan también sepultadas por la historia las posiciones esquemáticas y obsoletas de “izquierda” y “derecha”.

Hoy las contradicciones fundamentales son otras:
Pueblo-Antipueblo
Unidad – Oligarquía

Queda claro que debemos aunar voluntades para dar esta “pelea” con el enemigo debemos necesariamente crecer.
Pero atención. Una cosa es crecer y otra engordar. Debemos ordenarnos primero internamente y así como el Movimiento Obrero es la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista, deberá el Movimiento Nacional Justicialista ser la columna vertebral del Frente Patriótico en ciernes.

Hoy con poderes económicos y mediáticos a su alcance el Gobierno trata de dividir el Frente Opositor subyugando con artimañas a supuestos dirigentes que a espaldas del pueblo tratan de incrementar sus bienes. Materiales, obvio.
En cada ciudad, en cada barrio, en cada casa se dará la disputa política del año próximo.
Cada uno de nosotros deberá convertirse en predicador del campo popular. Unidos ante el adversario común que nos perjudica diariamente.

Tratarán de manejarnos el lenguaje, las cortinas de humo de las noticias falsas, alimentarán el desánimo y la opacidad de nuestras actividades. Aparecerán “éxitos” del Gobierno que no son tales.
Tengamos en claro que nos enfrentaremos a una formidable maquinaria mediática, económica y jurídica. Hablarán del “horror y el espanto” que se producirá si vuelve el populismo (deformación exprofeso descalificadora del término “popular” que les duele).

No trepidarán en hacer cualquier cosa que nos haga daño. Su resentimiento es tan grande que buscarán por cualquier medio – lícito o ilícito-, empujarnos al abismo

El actual modelo, sectario y excluyente, se agota en sí mismo pero no está finiquitado. Seremos nosotros, si estamos a la altura de las circunstancias, que podremos torcer el rumbo de los que hoy nos ofrecen: pauperización, incremento del hambre, incremento de la desocupación, economía desquiciada, cierre de empresas pymes, aumento de la indigencia, contracción de deudas internacionales condicionantes de nuestra soberanía e independencia, educación en crisis y así podríamos seguir. ¡Miren si tenemos banderas para hacer flamear desde el pueblo! Somos parte de él porque nos reconocemos en sus raíces.

Es mentira también la “vereda del medio”. No hay lugar. No existe. Quiénes hablan de la vereda del medio son políticos vergonzantes que están en realidad del lado del Gobierno pero no se animan a decirlo. Los conocemos.
Somos apostadores de La Vida. La que empieza todos los días. El llanto y La Esperanza. El No estar y el Vamos a Ser, porque Somos.

Las acciones a través de los tiempos configuran la Historia. El Peronismo ha entrado en ella por la puerta grande, la que recuerda, la que no olvida, la que sabe, la que lucha, la que construye.

Cada peronista lleva en su mochila el bastón de mariscal y la antorcha con la llama de la búsqueda de verdad, justicia, equidad e inclusión que reconforta los corazones de los más humildes que son los más ricos en esperanzas.
El camino, al decir del poeta, se hace camino al andar.

Quieren apoderarse de nuestros sueños y nuestras conquistas. Quieren robarnos el derecho genuino de ser felices en un país que es de todos. No podrán. Somos más y mejores.

Para terminar recordamos aquí la cita de Don Arturo Jauretche:
“El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza».

Aguante Pueblo, falta poco. Vamos a volver.