Federal, Sociedad

Hallaron en Neuquén uno de los últimos dinosaurios hervíboros

Paleontólogos protagonizaron el descubrimiento y estudio del fósil de uno de los últimos dinosaurios de cuello largo y pico de pato.

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Un equipo de paleontólogos del CONICET dio a conocer, a través de la revista Historical Biology, el hallazgo de una nueva especie de dinosaurio herbívoro de cuello largo, en la provincia de Neuquén. El nuevo dinosaurio, bautizado como Sidersaura marae, era, además, cuadrúpedo y tenía una larga cola. Los restos fósiles, correspondientes a cuatro ejemplares diferentes, fueron descubiertos en Cañadón de Las Campanas, localidad ubicada a 20 kilómetros de Villa El Chocón. Las rocas de la Formación Huincul que afloran en la localidad neuquina corresponden a comienzos del Cretácico Superior y tienen una antigüedad estimada de entre 96 y 93 millones de años.

Sidersaura era un dinosaurio rebaquisáurido (Rebbachisauridae). Estos dinosaurios se caracterizaban por sus hocicos anchos tipo pato, que les facilitaban alimentarse de la vegetación baja, y por los huesos de su columna vertebral rellenos de espacios con aire (como en las aves), que les daban un peso mucho menor del esperable. La localidad de Cañadón de las Campanas es una de las áreas paleontológicas más abundantes en rebaquisáuridos a nivel mundial.

Aunque los rebaquisáuridos no se distinguían por su gran tamaño, Sidersaura es la especie más grande de la familia, con una masa estimada de 15 toneladas y una longitud de entre 18 y 20 metros.

“Los rebaquisáuridos fueron dinosaurios muy importantes en los ecosistemas cretácicos y desaparecieron a mediados de este período en un evento de extinción masiva que tuvo lugar hace 90 millones de años, en el que también se extinguieron los carcarodontosáuridos, los dinosaurios carnívoros más grandes del mundo. Sidersaura es uno de los últimos rebaquisáuridos, pero a la vez pertenece a un linaje antiguo en términos evolutivos. Esto nos muestra que al final de su época sobrevivían algunos de los rebaquisáuridos de los primeros tiempos, y que estos eran de los más grandes de su grupo, dado que podían alcanzar cerca de 20 metros de largo”, destaca Sebastián Apesteguía, investigador del CONICET, director del Área de Paleontología de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara (que funciona en la Universidad Maimónides) y uno de los autores del trabajo.

Aunque los primeros restos de Sidersaura fueron descubiertos en 2012, su extracción tomó cinco campañas anuales de entre dos y cuatro semanas, en las que también se recuperaron los restos del carnívoro gigante Meraxes gigas, hallados junto a los fósiles del ejemplar de Sidersaura de mayor tamaño. Los restos de los otros tres ejemplares fueron encontrados a pocos metros.

A partir de estudios geológicos, los investigadores pudieron determinar que estos dinosaurios murieron en una zona barrosa cercana a un río y sus restos se descompusieron en ese mismo lugar. Luego, algunos animales carroñeros se llevaron algunos huesos y las crecidas del río arrastraron otros restos y desarmaron parcialmente los esqueletos.