Entrevistas

Eugenio Zaffaroni

“No podemos dejar de protestar”

Así se expresó el ex juez de la Corte Eugenio Zaffaroni en una entrevista concedida a este medio. Además alertó que “hay que cuidar a los pibes” porque “este proyecto colonialista que sufrimos no cierra sin represión y los responsables son muy brutos, pueden matar a alguien”.

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El ex juez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Raúl Zaffaroni brindó una entrevista al Mensajero Diario en las cual se mostró muy crítico con la actual gestión. Habló de los DNU, de la persecución ideológica y de su futuro lejos del Máximo Tribunal, entre otras cuestiones.

El pasado domingo encabezó una de las denominadas “Plaza del Pueblo” en Caballito. ¿Cómo fue esta experiencia y qué lo motivó a participar?

En realidad, acepté hace unas semanas, por una invitación de un grupo político del barrio en que nací, me crié y vivo. Pensé que sería una «mateada» con vecinos. Siempre he dialogado con militantes políticos. Tengo un alto concepto de la política, no comparto ninguna de las manifestaciones de «antipolítica», los jóvenes militantes son los dirigentes que tendrá la Nación en el futuro. Dos o tres días antes me di cuenta de que eso derivaba en algo casi masivo, me sorprendió, pero no podía dejar de asistir y participar, pero mi intención originaria no había sido la de participar en un acto tan masivo.

En esa oportunidad comparó los DNU de Macri con decretos dictatoriales. ¿A qué se refirió?

Los decretos de necesidad y urgencia son «de necesidad y urgencia» para la República, no para la voluntad política del Presidente. Cuando no hay una necesidad y urgencia republicanas, pierden ese carácter y son decretos-leyes, como los llamaba el jurista Rafael Bielsa hace más de medio siglo. Es la forma de legislar de los gobiernos «de facto», y eso está prohibido por la Constitución, porque el Presidente no puede legislar fuera de la función de co-legislador que le asigna la Constitución Nacional.

También se lo vio en movilizaciones como el respaldo a Víctor Hugo Morales. ¿Cómo tomó esta noticia y qué opinión tiene de la cantidad de manifestaciones en contra que suma el actual Gobierno?

Creo que el caso de Víctor Hugo Morales es una agresión abierta a la libertad de expresión, aunque lo disimulen hipócritamente bajo el manto de una decisión empresaria privada. Creo que la población se dio cuenta y la manifestación masiva en Plaza de Mayo reconforta: es bueno saber que hay una parte grande de la población que no tolera atropellos y los denuncia y protesta. No podemos acostumbrarnos a esto, rompe tradiciones, acostumbra a los abusos, es mala costumbre, no podemos dejar de protestar.

¿Cree que hay una persecución ideológica de ciertos actores sociales?

No me cabe duda acerca de que hay persecución ideológica. Estoy seguro de eso. Cuando a un empleado le preguntan si tiene «militancia» para decidir si lo echan, cuando le controlan sus intervenciones en las redes sociales, eso no puede ser otra cosa que persecución ideológica. Creo que hay un sector de la población que creyó que era conveniente mover un poco las tazas en el armario, reacomodarlas. Quizá haya habido un cierto empecinamiento en dejarlas inmóviles, también es cierto. Pero me parece que la gente se está dando cuenta de que con esto no quieren reubicar las tacitas, sino romper el armario y eso creo que no lo quiere nadie en la Argentina. Este armario lo tenemos desde hace 32 años y lo queremos conservar, que nadie lo fuerce ni lo rompa.

¿Cómo ve la actual situación de los medios, y el decreto que busca anular la Ley de Medios?

El decreto de medios es un claro decreto-ley. ¿Qué urgencia republicana había? La ley de medios se puede reformar, claro, derogar, hacer lo que el Congreso quiera, pero no lo puede hacer el Presidente al margen del Congreso. ¿Se trata de la urgencia en pagarle y garantizarle «seguridad» al grupo Clarín? ¡Esa no es la necesidad republicana! ¡No hay ninguna urgencia por riesgo para la República! La única urgencia sería la de pagar por los servicios la factura del monopolio mediático.

Tras alejarse de la Corte Suprema. ¿Cuáles son sus proyectos personales, sociales y políticos de ahora en más?

El mes que viene me incorporo a la Corte Interamericana, trabajaré en eso, daré clases en universidades nacionales, especialmente en el conurbano bonaerense y escribiré. No tengo proyectos políticos, sólo hablo para empujar a los dirigentes a que asuman su responsabilidad de conducción y contención en estos momentos institucionalmente complicados. No soy ni nunca quise ser candidato a nada, siempre dije que no me auto-inhabilito, pero no tengo ningún proyecto de momento y tampoco hay posibilidades abiertas, no hay elecciones, no estoy afiliado a ningún partido, aunque es claro que siempre me incliné por el campo popular, lo cual no niego en absoluto ni tengo por qué ocultarlo. Creo que deben salir nuevos dirigentes en el propio campo popular, no callarse, orientar y contener. Hay que cuidar a los pibes, este proyecto colonialista que sufrimos no cierra sin represión y los responsables son muy brutos, pueden matar a alguien. En estos casi 33 años nunca habían pasado las cosas que estamos viviendo. Hubo una carpa frente al Congreso con los docentes, y nadie salió a emplazar ni a acusar de sedición y de incitación al delito. ¿Qué se creen? ¿Son el Virrey británico contra Gandhi?

¿Cuál cree que es el rol de la militancia en estos tiempos?

La militancia debe cuidarse de evitar las internas, el internismo no lo entiende la gente. Las plazas no se van a vaciar, se llenarán con más militancia. Los miles de despedidos se convertirán en militantes con bronca. Cuando en unos meses otra gente se dé cuenta de que estos quieren romper el armario en serio, se sentirán estafados y vendrán con más bronca. De la militancia debe salir el empujón a los dirigentes y una nueva dirigencia, racional, no violenta, cuidadosa de que nadie cometa ningún acto vandálico, que separe a los provocadores infiltrados y contenga a los propios embroncados, debe encaminarse todo ordenadamente. Como decía Perón, «la organización vence al tiempo».

Respecto a la designación de los jueces Rosenkrantz y Horacio Rosatti, cómo tomó esta medida y qué opinión tiene de ellos?

Esas propuestas son inconstitucionales, un disparate jurídico. Creo que ninguno de ellos puede integrar la Corte, por el mero hecho de haber aceptado esas designaciones, más allá de los méritos técnicos que puedan tener, que no entro a discutir.

¿Cuál fue y cuál es su relación con el kirchnerismo?

Creo que ha sido respetuosa, soportaron sin chistar cuando no estuve de acuerdo, cuando participé de medidas que no les gustaban. Simpaticé siempre con la proyecto en general y, como corresponde, cuando se comparte un proyecto se critica con sinceridad lo que pueden ser errores. Los marqué en cada caso. Nadie me agredió por eso. Quizá al final se daban cuenta de que tenía razón. Siempre hablamos abiertamente. Después que me fui de la Corte lo puedo hacer más abiertamente aún y no tengo por qué ocultarlo.