Opinión

El show debe continuar

El mundo mediático ha descubierto en las filtraciones del sitio Wikileaks un nuevo mecanismo para retroalimentarse. Cada cual atiende su juego, la derecha norteamericana potencia una operación política que intenta llevarse puesto al para ellos izquierdista gobierno de Obama.

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No están solos en distintos puntos del mundo más exactamente en cada país el escandalete es utilizado, siempre con una visión de derecha, para llevar agua para el molino de los grupos identificados con laerecha cerril norteamericana.Es así como La Prensa de Bolivia pone el acento en la supuesta operación de Cristina Fernández de Kirchner en complicidad con EEUU para tratar de “contener” a Evo Morales y subraya el pedido de la mandataria Argentina de que la “operación” se disimulara para que Evo “que no es una persona fácil” no se de cuenta de la operación.También se opera sobre las relaciones entre Ecuador y Argentina mostrando al gobierno de este último país como un operador de EEUU para suavizar a Correa.Podríamos avanzar sobre otros países de Latinoamérica que en general lo que aparece es el intento chabacano de al mismo tiempo que se lo “lima” a  Obama se procura dinamitar los avances de unidad de América Latina y la confianza necesaria entre los lideres de la región.Ni Europa, Asia o  Rusia se salvan de las operaciones cruzadas.Ahora bien siempre se supo que las grandes potencias son afectas a espías, informes confidenciales et.En Jim de la Selva un comerciante en caballos es un espía del Imperio Británico, Hemingway fue acusado de cumplir esas tareas en Cuba, 007 fue la imagen más taquillera de esas acciones, Maxwell Smart con su Agente 86 fue la más querible esto por mencionar solo los más comunes.El imaginario colectivo siempre supo que satélites espías además de espías de los otros controlaban nuestras acciones.Claro que lo que nadie  imaginó es que esas acciones serían  desnudadas públicamente por una filtración informativa en la principal potencia mundial.No se puede pecar de ingenuo, es imposible pensar que quienes se auto titulan primera Potencia Mundial  y tienen la fuerza económica y militar para serlo no puedan prever y evitar semejante filtración.La cifra de telegramas es tal, que  solo imaginar una operación clandestina de un hackeren acción individual suena risueña.Por otro lado siempre se supo que una de las tareas de las embajadas de cualquier país es preparar informes sobre sus principales líderes, su situación política, económica, tecnológica etc.Claro que se presupone que estos estudios, análisis más bien, se elaboran con capacidad técnica y como producto del entrecruzamiento de datos, análisis sociológicos etc. Sin embargo parecería que no fue así ya que de la lectura de muchos de esos telegramas se desprende un análisis superficial, un punto de partida desde prejuicios y preconceptos.Además se nota una clara definición de caminar por el camino más fácil, de dejarse llevar por las opiniones de la oposición sin chequearlas con la realidad.Muchos políticos argentinos, también algunos cercanos en algún momento al Gobierno, deben estar muy preocupados de que sus visitas alborozadas los 4 de julio a la embajada se conviertan hoy en un mal trago.Comentario aparte se merece la actitud de los medios monopólicos que aprovecharon la bolada para tratar de desgastar al Gobierno de Cristina Fernández.Los columnistas mejor pagos de la prensa monopolica  salieron rápidamente a inferir, sugerir y hasta enunciar las que para ellos eran las aristas “más preocupantes”.Es significativo por otro lado que los editores de los medios que fueron agraciados con esa catarata de telegramas acordaron con EEUU cuales eran los que no iban a publicar.En pocas palabras limemos a Obama pero no pongamos en riesgo los negocios de la Seguridad Nacional.Tendremos varios días de show, mientras Clarín ocupa la mayoría de las columnas con los chismes de los telegramas y solo hace una pequeña mención al allanamiento realizado en Papel Prensa. ¿Será casual?

Miguel Gómez SanjaumeDirector