Por Hugo Osvaldo García

Terminada la elección en la Provincia de Tucumán con la victoria electoral de Juan Manzur por más del 50 % de los sufragios y en medio de acusaciones cruzadas de fraude, quema de urnas y demás yerbas queda la pregunta flotando ¿ A quién le conviene el escándalo ?

La respuesta simple es:  al que perdió.

Como encarar de ahora en más la contundente derrota sufrida por la oposición política donde se nuclearon  Cambiemos y el Frente Renovador en un solo candidato – José Cano de la UCR-,  ante las elecciones por venir.

No es casual que ahora ,“de repente”, todo en Norte Argentino esté sospechado de prácticas ilegales durante los comicios. Recuerden que en las PASO en Frente para la Victoria obtuvo triunfos contundentes en todas las provincias que lo componen, presentando un panorama desolador para las diferentes fuerzas opositoras que aspiran a un ballotage contra Daniel Scioli.

Interesante óptica ya que asumen, no sin rencor, que el candidato de oficialismo “ya está” en ese tramo electoral con los casi 39 % de los votos obtenidos en las PASO y que “le faltan” un 7 % de los sufragios para lograr ganar en primera vuelta.

Debemos decir que a Cambiemos “le faltan” 15 % para ganar y al Frente Renovador “le faltan” 25 % para lograr igual situación.

Ven, con miopía política, que hacer denuncias y lograr que los medios adscritos al círculo rojo acompañen y sean motores de los escándalos les va a sumar voluntades a la hora del voto.

Craso error. Lo que motiva a la sociedad a votar a determinados candidatos son las políticas públicas que con sus más y sus menos incluyan y provean de bienestar a la mayoría de los ciudadanos.

La realidad no es buena ni mala, lo que no tiene es remedio.