Venimos de militancias compartidas en agrupaciones de izquierda y en el sindicalismo antiburocrático y combativo. En apretada síntesis podemos decir que fuimos testigos y protagonistas del surgimiento y el fracaso de construcciones políticas interesantes pero carentes de solidez y de coherencia ideológica. A partir del 2005 apoyamos con entusiasmo las acciones de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández al enfrentar los hilos gruesos de las políticas neoliberales, la formación del UNASUR, la sanción del conjunto de leyes progresistas ya tan numerosas que seria extenuante detallar. En fin, adherimos a la puesta en marcha de un modelo de desarrollo con inclusión social en el marco de la concreción de la unidad latinoamericana y antihegemónica.
Tenemos muchas otras impresiones y propuestas. Anhelamos una articulación política inclusiva y democrática. Una práctica política que sin desconocer la importancia movimientista del peronismo, construya con los aliados de manera plural una nueva organización política. Reconocemos que todas las orgánicas han sufrido procesos de desestructuración hace tiempo y que es un desafío de la etapa diseñar un estilo político alternativo, todavía no explorado.
Tenemos definiciones alternativas referidas a la sociedad en desarrollo. Pensamos que las acciones para construir la igualdad encaradas en la Década ganada, han sido importantes y las valoramos. Pero todavía existen enormes franjas de la población sumergidas en la pobreza. Los planes de vivienda social, el Procrear, los subsidios en los ser vicios públicos, los planes de diverso tipo, la AUH, el Progresar, todas las enormes transferencias de recursos igualadoras y encomiables, no han revertido todavía los limites de la estructura económica y social, profundamente desigual existente.
Pero valoramos el camino recorrido, y sabemos que gobernar enfrentando a los poderes concentrados y a los grandes medios de comunicación es un desafío enorme siempre controvertido y plagado de incertidumbres, que han sido soportados con fuerza y energía admirables por Cristina, Zannini y otros compañeros ministros y secretarios..
Hoy decimos que la continuidad del proyecto nacional, popular y latinoamericanista corre peligro. Las voces que se alzan desde la oposición con posibilidades de crecimiento expresadas en “Cambiemos” representan la Argentina del ajuste y el endeudamiento externo, la del recorte de los presupuestos de educación, de salud, de desarrollo social. Sus voceros económicos no dejan lugar a dudas acerca del objetivo concreto de recortar el “gasto estatal”. No podemos permitir una marcha atrás de los avances logrados en desarrollo social y redistribución de la riqueza.
Postulamos un ejercicio del poder que incluya a todos los sectores comprometidos con las ideas de transformación social. Reivindicamos las experiencias construidas en otros países latinoamericanos, un postcapitalismo, un Socialismo del Siglo XXI, un modelo igualitario y participativo de inclusión social y promoción de la ciudadanía, como queramos denominarlo. Vamos por todo ello.
Mientras tanto impidamos que vuelvan la derecha y el neoliberalismo a gobernar Argentina. Ese es el sentido profundo del voto a Scioli y Zannini
