Después del No al 2×1 expresado masivamente en la concentración del 10 de Mayo. Después del cercenamiento de la provisión de medicamentos a jubilados y pensionados.  

Después del fracaso de contención del proceso inflacionario que licúa las economías personales de la mayoría de la sociedad, solo queda trabajar – sin prisa, pero sin pausa-, en lograr la unidad de los partidos políticos, movimientos sociales, empresarios pyme y demás fuerzas productivas de la Nación para poner coto a esta serie de desaguisados -que no casualmente-, solo favorecen a los poderosos y especuladores  aliados al Gobierno de Cambiemos.

Viene una elección de “medio término”. No será una elección más. Será a través de la decisión popular del voto que podremos, o no, establecer un freno al vaciamiento de nuestras riquezas y al empobrecimiento de la Argentina mayoritaria.

Es hora de deponer intereses personales y de sectores para hacer y recrear el Movimiento Nacional de liberación que sea Dique al contubernio neoliberal y al mismo tiempo  Esperanza de un pueblo que no cambia de ideas, que trabaja en pos de la felicidad y la grandeza de la Patria.

Dejemos de ser espectadores para convertirnos en actores de la revolución en paz, incruenta y posible.

Es hora de desempolvar el bastón de mariscal que cada argentino lleva en su mochila y construir entre todos el país que merecemos vivir.

No es hora de tibios. No es hora del “no te metas”. Creer es también comprometerse. Comprometerse por nuestros hermanos, hijos, nietos y por nosotros mismos.

La Nación sufre y gime dolores de parto. Estamos pariendo, con dolor, una Nueva Argentina. La Argentina de la Justicia. La Argentina solidaria. La Argentina de todos. La Argentina nuestra.

Solo con la UNIDAD estaremos en condiciones de enfrentar al adversario.

Que cada cual sepa y resuelva. Es la Hora de los Pueblos.

“Que al salir salga cortando” Arturo Jauretche.