Eduardo Barcesat señala que la designación de los jueces a través de un DNU «es un elemento fuerte de descalificación de los candidatos, porque haber aceptado con conocimiento de cómo es el texto del decreto ser nombrados en comisión es una especie de sumisión, de avasallamiento hacia el poder político y de estar sometidos a ese poder».

Y entiende que el Senado debe rechazar los pliegos porque la sola aceptación de la designación deja una «mácula que ya es insalvable». Y afirma que «los colegas han incurrido en un acto de inconducta institucional de extrema gravedad»

Agrega además, que esta situación «los hace súbditos respecto del poder ejecutivo por la forma en que fueron propuestos, lo que descarta posibilidad de independencia de criterios».

Finalmente señala que tampoco es buena la postura, a su enteder muy atrasada, respecto de los derechos humanos de los ciudadanos que consagran no sólo lo que tiene que ver a los políticos sino a derechos sociales de vivienda, trabajo, salud, educación, etc.