Sociedad

Calidad de vida

Aire puro, vida sana

Hoy es el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, EPOC y mañana el Día Internacional del Aire Puro. Por tal motivo se realizarán diversas acciones de sensibilización contra el tabaco en Cerrito y Diagonal Norte, en la Ciudad de Buenos Aires.

La EPOC es una afección pulmonar que se caracteriza por una obstrucción de las vías aéreas progresiva y en general no reversible. Los principales factores que inciden en el desarrollo de esta patología son el tabaquismo, la contaminación del aire, tanto en espacios cerrados como abiertos, y la inhalación de partículas de polvo y sustancias químicas en el lugar de trabajo.

La enfermedad obstructiva crónica se asocia a dos patologías: el enfisema, un trastorno en que los alvéolos o sacos aéreos se inflan de manera excesiva, provocando la destrucción de las paredes alveolares y causando una disminución de la función respiratoria y falta de aire; y la bronquitis crónica, definida como tos y expectoración en la mayor parte de los días durante tres meses en 360 días, en al menos dos años consecutivos. La EPOC afecta de forma importante la calidad de vida de los pacientes.

Clases abiertas aeróbicas, medición de la edad pulmonar, clases de yoga y muestra de trabajos de alumnos sobre ambientes libres de humo, son algunas de las actividades que el Ministerio de Salud realizará los días 17 y 18 de noviembre entre las 13 y las 16 horas,  en el centro porteño y estarán a cargo de organizaciones no gubernamentales y representantes de sociedades científicas..Esta última fecha fue establecida en 1977 por la Organización Mundial de la Salud, OMS, para recordar una gran movilización a favor del cuidado del medio ambiente que motorizó la conciencia sobre el tema.

Los transeúntes podrán realizarse también mediciones de CO espirado (monóxido de carbono) y presenciar charlas con pacientes de EPOC. Al final, habrá una suelta de globos. La población fumadora en la Argentina se redujo en 2009 al 27,1%, según estadísticas recogidas en la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), realizada por el ministerio de Salud de la Nación. Esto representa una estrecha merma en el hábito de fumar, con relación a los datos obtenidos en 2005, oportunidad en la que los fumadores ascendían al 29,7 por ciento.

En la Argentina, se estima que alrededor de  3 millones de personas sufren EPOC, y aunque los datos sobre esta enfermedad en América Latina son escasos, hay indicios de que el impacto de esta dolencia también viene aumentando en la región.

En los países desarrollados, el tabaquismo contribuye al 95% de los casos de EPOC, siendo el factor de riesgo más prevalente.

Según estudios, entre el 20 y el 25% de los fumadores desarrollan la enfermedad, pero se desconocen las causas de predisposición al desarrollo. Se piensa que éstas incluyen elementos ambientales así como susceptibilidad individual.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EPOC aumentó su prevalencia y mortalidad en el mundo en todas las edades, que ascendían a 11,6 de cada mil en hombres y 8,8 de cada mil en mujeres, en 2002. Actualmente, la EPOC es la cuarta causa de mortalidad en el mundo. Según los cálculos correspondientes a 2007, hay en la actualidad 210 millones de enfermos de EPOC en el mundo. La OMS prevé que para 2030 será la tercera causa más importante de mortalidad en todos los países.

Por eso, el Día Mundial de la EPOC, es una buena oportunidad para promover en todo el mundo una mayor comprensión de la enfermedad y una mejor atención a los pacientes.

En ese sentido, es importante motivar a todos los fumadores, tengan estos síntomas o no, a que consulten con un neumonólogo para poder determinar si tienen alguna alteración de su capacidad pulmonar.

El humo de tabaco está considerado como el principal contaminante de los ambientes cerrados.

El diagnóstico de EPOC debe ser sospechado siempre que alguna persona presente tos, catarro, disnea o antecedentes de exposición a los factores de riesgo mencionados. Este diagnóstico se confirma con la realización de un estudio, la espirometría, que muestra una disminución en el Volumen Espiratorio Forzado en el primer segundo que el mismo no se revierte con la administración de broncodilatadores.

En la Argentina los ambientes libres de humo están en alza. Según la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizada por la cartera sanitaria, la exposición al humo de tabaco ajeno se redujo del 52% en 2005 a un 40,4% en 2009, especialmente en las provincias de Mendoza, Tucumán, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Juan, Neuquén, Santiago del Estero y San Luis, donde rigen leyes de ambientes 100% libres de humo.

Para fomentar esta tendencia, el ministerio de Salud de la Nación recomienda algunas acciones para convertir nuestros hogares, autos, y lugares de trabajo en ambientes libres de humo que reproducimos:

Para ello, se debe procurar no fumar ni dejar que otros fumen en su hogar. Abrir las ventanas no es suficiente para mantener el ambiente libre de humo, pues las sustancias tóxicas del cigarrillo permanecen allí aún después de la ventilación.

Si fuma hágalo siempre afuera, en la terraza, vereda o balcón.

Buscar acompañamiento de sus familiares y amigos en la decisión de mantener su hogar libre de humo es muy importante. Si fuma y quiere dejar, busque el apoyo de su entorno o llame al 0800 222 1002.

En este punto, colocar carteles de «Hogar Libre de Humo de Tabaco» y quitar los ceniceros de su casa ayuda a que sus familiares y amigos sepan que en su vivienda no se fuma.

También en su lugar de trabajo, usted puede reforzar la importancia de que éste sea un ambiente 100% libre de humo y promover que los empleados trasladen esto a sus hogares y automóviles.

Contrariamente a lo que se cree, la exposición al humo de tabaco ambiental (HTA) tiene serias consecuencias para la salud de todas las personas que están expuestas a él, sean fumadoras o no.

El humo de tabaco está compuesto por la mezcla del humo que se libera del cigarrillo encendido y el humo que exhala la persona que fuma. Contiene más de 4.000 sustancias químicas que son irritantes –cianuro, dióxido de azufre, monóxido de carbono, amoníaco y formaldehído, entre otros– y que pueden producir cáncer –arsénico, cromo, nitrosaminas y benzo(a)pireno, entre otros.

Los efectos inmediatos de la exposición al humo ambiental del tabaco incluyen irritación de los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones. Las personas expuestas pueden presentar dolor de cabeza, náusea y mareos.

A largo plazo, la exposición involuntaria al HTA se asocia con complicaciones respiratorias; distintos tipos de cáncer, principalmente de pulmón y enfermedad cardiovascular.

La exposición al HTA aumenta un 20-30% el riesgo de cáncer de pulmón. Las mujeres que nunca han fumado pero que viven con un fumador incrementan en un 21% su riesgo de tener cáncer de pulmón en algún momento de su vida.

Si estas mismas mujeres han estado expuestas al humo de un padre o madre fumadora desde su infancia, el riesgo se incrementa en un 63%, comparado con el riesgo de las mujeres no fumadoras que han vivido siempre en hogares sin fumadores.