Política

Arde la interna radical y piden la expulsión de los cinco diputados

Un grupo de legisladores nacionales de la UCR pidió el "reordenamiento del bloque", luego de que sus colegas votaran a favor del Gobierno.

Tras el respaldo de cinco diputados radicales al veto presidencial sobre la Ley de Movilidad Jubilatoria en la sesión del miércoles, la interna dentro del bloque se intensificó y generó rumores de una posible ruptura. Este apoyo inesperado al Gobierno produjo un fuerte malestar en gran parte del espacio, que exige medidas disciplinarias y un “reordenamiento” interno. La situación derivó en una confrontación abierta entre aquellos que se mantuvieron fieles a las decisiones previas del partido y los que decidieron apoyar al presidente Javier Milei, luego de haberse reunido con él en la Casa Rosada.

La ruptura del acuerdo

El conflicto se originó cuando comenzaron a aparecer las sospechas de una posible alianza entre los cinco legisladores radicales y el oficialismo. Los protagonistas fueron Pablo Cervi (Neuquén), Martín Arjol (Misiones), Luis Picat (Córdoba), Mariano Campero (Tucumán) y José Tournier (Corrientes), los cuales cambiaron sus votos a favor de LLA y pronto sus nombres se hicieron públicos por la polémica que se desató. Esto causó una profunda indignación dentro del partido.

En un comunicado dirigido al presidente del bloque radical, Rodrigo de Loredo, un grupo mayoritario de diputados expresó su descontento con la decisión de sus colegas. “Es nuestro deber político actuar con responsabilidad y firmeza en la defensa de las convicciones y valores”, señaló el escrito, en el cual también acusan a los cinco diputados de dañar “la credibilidad ética del radicalismo” ante la sociedad.

Para estos diputados, el cambio de voto de sus compañeros no solo violó un acuerdo unánime alcanzado de forma previa dentro del bloque, sino que además los alineó con un gobierno, cuyas medidas económicas y políticas fueron criticadas por el espacio.

El mensaje político a Milei

 

Asimismo, el malestar no se limita únicamente a la votación. Según los firmantes del comunicado, la fotografía de los diputados radicales, junto al libertario en Casa de Gobierno, envía “un claro mensaje político de pertenencia al oficialismo”, un mensaje que es incompatible con los valores históricos del partido. En su visión, la UCR defendió siempre el equilibrio fiscal, pero “no con el sacrificio de los más débiles, como los jubilados”. La votación del miércoles negó un aumento del 8% a los jubilados, con lo cual habrían alcanzado una jubilación de $317.704.

El grupo de legisladores críticos exigió un replanteo urgente dentro del bloque. “Consideramos necesario un reordenamiento del Bloque de Diputados de la UCR”, sostuvieron. Y añadieron que aquellos que eligieron otro camino “deberán transitarlo por separado”. Esta postura de firmeza refleja la profundidad de la crisis interna, ya que se teme que la división continúe afectando al partido en futuras decisiones clave.

Las reacciones de los diputados disidentes

En tanto, el conflicto escaló aún más con las respuestas de los diputados que apoyaron el veto presidencial. Campero, uno de los protagonistas del cambio de voto, defendió su postura al argumentar que la interna radical fue un factor que debilitó al partido, llevándolo a tener un magro rendimiento electoral. “La interna solo llevó a que el partido no mida más de 3 puntos en el país”, sostuvo. En su visión, estas fracturas obstaculizaron el crecimiento del espacio, y su alineamiento con el gobierno actual responde a una convicción sobre la necesidad de mantener el equilibrio fiscal.

Campero también rechazó las acusaciones de traición. “Para nada me considero un traidor”, afirmó. A su vez destacó que su camino dentro del radicalismo estuvo marcado por varias victorias en las elecciones. En sus palabras, su apoyo al veto presidencial tiene como fundamento la necesidad de evitar medidas que puedan comprometer el plan económico del presidente, uno de los aspectos que considera más sólidos de su gestión.

Un conflicto que trasciende la votación

La situación desató una oleada de declaraciones dentro del bloque radical. Por su parte, la diputada Mariela Coletta, en una entrevista televisiva, no dudó en calificar a sus compañeros como “traidores”, y presentó una nota formal en la que solicita la revisión de la pertenencia de estos legisladores nacionales dentro del bloque. “Si no estamos de acuerdo en defender a los jubilados, difícilmente estemos de acuerdo en otra agenda”, aseveró Coletta.

La respuesta no se hizo esperar. El diputado Arjol, otro de los cinco disidentes, defendió su postura y sostuvo que el veto de Milei no fue parte de un acuerdo político de toma y daca, sino una decisión basada en la convicción de que mantener el equilibrio fiscal era fundamental. En una entrevista radial, Arjol relató que durante su reunión el libertario fue claro en cuanto a la necesidad de controlar la inflación y mantener las finanzas públicas en orden. “No tengo nada en contra de los jubilados. Mis dos padres son jubilados. Me encantaría que ganen 600 mil pesos, pero el tema es cómo lo hacemos”, explicó y sugirió que cualquier medida que afecte el equilibrio fiscal podría tener consecuencias económicas graves.

El malestar dentro del bloque se reflejó también en las declaraciones de otros legisladores. La radical Roxana Reyes, que en la primera votación había apoyado el proyecto de movilidad jubilatoria, pero esta vez se abstuvo, explicó su decisión al señalar que las nuevas condiciones fiscales la llevaron a reconsiderar su voto. Reyes destacó que, si bien simpatiza con la idea de mejorar las condiciones para los jubilados, la insistencia en la nueva ley podría afectar el equilibrio de las cuentas públicas.

Por otro lado, diputados como Pablo Juliano y Danya Tavela se manifestaron con dureza contra los disidentes. Juliano, en su discurso en el recinto, pidió a los colegas que apoyaron a Milei que “devuelvan sus bancas”, y argumentó que deben tener el “coraje político” para sostener sus acciones tanto dentro como fuera del bloque. Tavela, alineada con el senador Martín Lousteau, fue más allá al señalar que “Roma no paga traidores y el pueblo tampoco los vota”, en un claro mensaje de desaprobación hacia los cinco diputados.

El futuro del bloque radical

La crisis interna que atraviesa la UCR plantea interrogantes sobre el futuro del bloque. Si bien los diputados disidentes expresaron su disposición a ser expulsados si el partido así lo decide, también dejaron en claro que la división interna no es nueva y que las tensiones venían acumulándose desde hace tiempo.

La disputa interna dejó en evidencia que las fracturas dentro del partido no solo son profundas, sino que podrían seguir debilitando a la UCR en su rol como oposición y en su capacidad de presentar una alternativa electoral competitiva de cara a los próximos comicios.