Investigadora principal del Conicet, la científica trabaja desde 1997 en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB, Conicet-UNS), del cual es vicedirectora, y en cuyo laboratorio estudia uno de unos receptores llamados Cys-loop que se encuentran en el sistema nervioso, músculos y células neuronales. Es asimismo profesora de la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, en la cual estudió y se recibió de licenciada y doctora en Ciencias Bioquímicas. En 1993 hizo un posdoctorado en la Clínica Mayo, de Rochester, Estados Unidos. En 2007 ganó una Beca de Investigación L’Oréal- Unesco For Women in Science en Argentina. ¿Qué sintió al recibir la distinción a su trayectoria? -Recibir el premio L´Oréal – Unesco es una increíble alegría y un honor. Es la distinción más importante en toda mi carrera y es una prolongación al galardón que me otorgaron en 2007 L´Oréal – Conicet Argentina. Cómo todo premio, se disfruta pero genera una nueva responsabilidad y un compromiso para seguir trabajando y haciendo buena ciencia. ¿Cuándo comenzó su interés por la ciencia? -Mi interés por la ciencia empezó en el colegio. Siempre me gustó la biología y todo lo relacionado a ciencias naturales y biomédicas pero me di cuenta que era mi vocación en el segundo o tercer año de la universidad. Como estudiante me interesaban los procesos moleculares. Justamente ahora me dedico a encontrar las bases de los mecanismos del funcionamiento de las proteínas que forman las células. ¿Cuál es su línea de investigación? -En nuestro laboratorio trabajamos para conocer cómo funcionan unos receptores, los Cys-loop, que son proteínas de membrana con roles claves en el sistema nervioso, particularmente porque participan en la sinapsis y permiten comunicaciones rápidas entre neuronas o entre neuronas y el músculo. Entonces, estudiamos cómo drogas y compuestos pueden modificar su funcionamiento. ¿Por qué es trascendente conocer a estos receptores Cys-loop? -Es importante porque en muchas enfermedades están alterados, funcionan mal o están mutados. Conocerlos va a servir para pensar en el futuro terapias mucho más efectivas en una gran cantidad de desórdenes neurológicos y para generar un desarrollo racional de fármacos que revierta ese funcionamiento anormal. Por ejemplo, nosotros estudiamos receptores nicotínicos neuronales en los cuales su alteración está asociada a enfermedades como Alzheimer, Parkinson y Esquizofrenia. En su opinión, ¿cuál es el rol de la mujer en la ciencia? -La ciencia las necesita tanto como necesita hombres. Según las estadísticas hay más mujeres en las categorías más bajas y menos en posiciones estratégicas. Si bien fue cambiando, aún hay mucho trabajo por hacer. A nosotras nos cuesta la carrera científica cuando formamos una familia, ahí las mujeres hacemos un esfuerzo extra para darle a los hijos el tiempo que necesitan y cumplir con las demandantes tareas de investigación por eso es importante que siempre existan planes y proyectos para apoyar a la mujer. ¿Cómo ve el desarrollo científico en el país? -En la Argentina de los últimos años hubo una apertura hacia la sociedad al mismo tiempo que hubo un fuerte apoyo a la investigación. Tenemos muy buenos científicos y gente comprometida. Trabajar en ciencia en Argentina fue inestable a lo largo de la historia. Actualmente se observa una jerarquización con la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, además hubo un mayor ingreso de investigadores y becarios y más subsidios. De todos modos, cuando se trabaja en ciencia siempre vemos que los recursos económicos y humanos son limitados y es necesario nuevo equipamiento, generar nuevas metodologías y estrategias. Lo importante es que se tenga en cuenta esa necesidad.
Fuente: Sala de Prensa