Opinión

Por Camila Bages

Día de la mujer trabajadora

Este 8 de Marzo, se celebra como todos los años el mal llamado “Día de la Mujer”, en el cual pareciera que las flores y las felicitaciones son merecidas solo por nuestra mera condición de género. Se intenta así ocultar el “Día de la Mujer Trabajadora” detrás de las celebraciones del “Día de la Mujer” así a secas.

Así como  se intenta también disfrazar todos los 1ro de Mayo  el “Día de los Trabajadores” en conmemoración de  la lucha de los trabajadores de Chicago por la jornada de ocho horas y la brutal respuesta que obtuvo, por el inexistente “Día del Trabajo”.El 8 de marzo es el día de la Mujer  Trabajadora;  día en el que se conmemora y homenajea  a las 146 obreras quienes ante un régimen de pésimos salarios e infrahumanas condiciones laborales decidieron rebelarse tomando la planta donde trabajaban en la fábrica textil Cotton en Nueva York .

La respuesta de  la patronal y los acérrimos  defensores del derecho de propiedad privada fue arrojar sobre la planta algodonera bombas incendiarias que acabaron con la vida de estas 146 mujeres.

Este día conmemoramos a todas y a cada una de estas mujeres, como también a miles de mujeres trabajadoras que más allá de su condición de género, anónimamente dejaron su vida en la pelea  cotidiana por  la dignidad de los trabajadores y en la lucha constante por una patria más justa, libre y soberana, lucha  en la cual las y los trabajadores juegan un rol imprescindible.

El 8 de Marzo nada tienen que conmemorar algunas empleadas del establishment financiero, la oligarquía y la antipatria como por ejemplo Patricia Bullrich, personaje nefasto, actual integrante del “Grupo A” en el Congreso de la Nación, que durante su gestión en el Ministerio de Trabajo de la Alianza desplegó una sistemática política en detrimento de los trabajadores, como así tampoco a la mesiánicaElisa (des)Carrió.Este día nunca será de ellas, no debemos permitir que se apropien del mismo, ya que  el “Día de la Mujer Trabajadora” no será jamás el día de mujeres como ellas, que intentaron e intentan constante (pero fallidamente) arrebatarle al dignidad a los trabajadores.

Para pensar las cosas “desde aquí” como decía el entrañable Don Arturo o porque un militante (una militante en este caso) debe ser “hijo de su tiempo e intérprete de su tierra” como postulaba la mejor versión de J.A.Ramos en su ”Marxismo de Indias” es interesante ante esta fecha repensar el rol de la mujer trabajadora en nuestro país a lo largo del tiempo.

Desde la llegada del peronismo al poder, las luchas feministas de fines del siglo XIX y la primera mitad del S XX se vieron coronadas con un paulatino reconocimiento del lugar de la mujer en la sociedad.Uno de los reconocimientos mas importantes para las mujeres en general y para las mujeres trabajadoras en particular fue la obtención del derecho al voto femenino obtenido en 1947, teniendo otro hito fundamental sesenta años mas tarde en la elección de una mujer, Cristina Fernández de Kirchner, para ocupar el rol de Presidente de la Nación.

Esta igualdad  de derechos políticos que las mujeres en relación con los hombres han logrado en multiples campos progresivamente, tiene aún tres grandes cuentas pendientes en materia de derechos sociales, civiles y laborales. Las mujeres trabajadoras (no asi las señoras bien hijas o esposas de nuestras oligarquías nativas) terminan siendo uno de los sectores mas vulnerados de nuestro pueblo.

Por un lado las mujeres siguen cobrando menos por la misma tarea realizada por un varón, es decir que la “igual remuneración a igual tarea” que proclaman las leyes aún hoy no se cumple, tampoco disponen las mujeres trabajadoras de la plenitud de decisión sobre su propio cuerpo si sufriese un embarazo no deseado, incluso, si fuese victima de una violación, esta en contados casos puede luego de interminables tramites burocráticos y luego de saltar las vallas puestas por ciertoClericalismo jurasico emparentado con lo mas retrogrado de nuestro Poder Judicial decidir terminar con su embarazo bajo formas legales. Nobleza obliga, cabe destacar que actualmente solo en los hospitales de la Provincia de Buenos Aires funciona el “Programa Provincial de Salud para la Prevención de la Violencia Familiar y Sexual y la Asistencia a las Víctimas” que cuenta con un protocolo para las victimas de violaciones, en el cual la victima de una violación , encaso de un consecuente embarazo, no necesita esperar durante meses unaorden judicial que le permita abortar, sino que  este procedimiento se le realiza en el hospital publico sin previa ”judicialización“ de su integridad  como persona.  Pero esto no es suficiente, centenares de miles de abortos clandestinos se suceden en nuestro país, al punto de ser una de las principales causas de mortalidad femenina. Esta deuda pendiente de las mujeres trabajadoras, no así de las mujeres de las altas clases quienes garantizan “de hecho” su derecho, no por víaslegales claro esta, pero si pagando costosas y discretas clínicas privadas donde le realizan el procedimiento.

No se trata de “promover” el aborto, ninguna mujer desea tener que atravesar ese duro procedimiento tanto física como psicológicamente, sino, que se trata de promover la libertad e igualdad real de decisión sobre el propio cuerpo, ya que la realidad hoy en día es que la penalización del aborto es una guerra social contra las mujeres de los sectores mas populares librada desde los sectores clericales mas retrógrados, quienes están mas interesados en los mandatos que llegandesde el Vaticano que de la salud de sus propias compatriotas.

La tercera gran deuda pendiente es el problema de la violencia domestica, la “inseguridad” de la que no se habla. Esa violencia no hace distingos de clase social, pero se ve potenciada por la miseria. Muestra es esto son las estadísticas, que si bien año a año la cantidad de homicidios en ocasión de robo (tasa que toco su techo máximo en el año 2002) descienden, la tasa de víctimas fatales producto de la violencia familiar aumenta año a año a pasos agigantados.Preferiríamos tener menos felicitaciones, entonces, por un día «internacional» vacío de contenido y más combate hombro a hombro contra las formas de opresión que afectan a las mujeres en general pero que afectan particularmente a las mujeres trabajadoras y de los sectores más populares de nuestro país.

Con perdón de los vendedores de flores que se ven ampliamente beneficiados con estas “efemérides” dignas de la revista Para Ti, el 8 de Marzo, es el Día de la Mujer Trabajadora, y como siempre, no es una mera condición de género, sino, principalmente, una cuestión de clase.La mitad del cielo es nuestra, solo debemos conquistarla.