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El flujo de refugiados no mengua y Europa vuelve a acordar más seguridad para frenarlo

Líderes de la Unión Europea volvieron a reunirse en Bruselas para encontrar una solución a la llegada de cientos de miles de refugiados e inmigrantes al continente y otra vez volvieron a aprobar más controles y seguridad para las fronteras.

refugiados

Pese a que el frío ha empezado con fuerza en el continente europeo, el flujo de recién llegados que escapan de distintos tipos de conflictos armados en Medio Oriente y África no disminuye.

La Policía de Eslovenia informó que ayer ingresaron a su territorio alrededor de 7.000 personas y el portal de noticias local 24ur estimó que es muy probable que hoy se repita esa cifra.

La mayoría de los refugiados e inmigrantes son escoltados por fuerzas de seguridad croatas en trenes, colectivos y hasta caminando hasta la frontera con Eslovenia, pese a los reclamos de este país.

Desde que comenzó el año, la agencia Frontex, la responsable de controlar las fronteras exteriores de la UE, calculó que más de 710.000 refugiados e inmigrantes ingresaron al bloque regional, mientras que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estimó que más de 3.100 personas murieron en el Mediterráneo intentando llegar.

Los naufragios se han convertido en un dato cotidiano en el sur de Europa.

Al menos tres personas, una mujer y dos niños, murieron hoy y otras 12 están desaparecidas después que la embarcación en la que viajaban desde el sureste de Turquía a la isla griega de Lesbos naufragara en el mar Egeo, poco después de zarpar, según informaron medios locales, citados por la agencia de noticias EFE.

Ante el desborde de los países receptores y de tránsito, que ante la llegada masiva de personas y la falta de cooperación europea adoptaron la política de dejar pasar a los refugiados para que continúen su camino hacia el norte más rico, algunos líderes de la UE volvieron a reunirse hoy para frenar el caos político y las pulseadas públicas entre países vecinos.

La cumbre estuvo encabezada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la canciller alemana, Angela Merkel, su colega austríaco, Werner Faymann, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y su homólogo griego, Alexis Tsipras, así como los jefes de Estado y de gobierno de Eslovenia, Croacia, Bulgaria, Rumanía, Macedonia y Serbia.

«El futuro de Europa está en juego ahora, y si nos hacemos todo lo que podamos para hallar una solución y cumplirla (…), esto será el principio del fin de la UE y de Europa como tal», advirtió el primer ministro esloveno, Miro Cerar, al iniciar la cumbre.

«Aun cuando mantengamos el control de nuestras fronteras, aun cuando sigamos intentando ser humanos y mostrar nuestra solidaridad, no vamos a aguantar esta situación durante muchas semanas más si no recibimos ninguna ayuda, si no hay
cooperación y solidaridad por parte de otros países europeos, especialmente por parte de países miembros de la UE», agregó el dirigente, cuyo país hoy quedó en el centro de la principal ruta utilizada por los refugiados en Europa.

Por su parte, Merkel sostuvo que el objetivo de la cumbre es evitar construir nuevos muros y vallas, como la que construyó Hungría, y en cambio crear una «puerta de entrada para los que tienen derecho a asilo», una forma elegante de pedir reglas más restrictivas para limitar el concepto de refugiado dentro de la UE.

En el texto final que difundió la oficina de Juncker, los países europeos se comprometen, entre otras medidas, a aumentar la cooperación para agilizar la devolución de personas a terceros países y, en especial, destacan a Afganistán, un país en donde el conflicto armado crece todos los días y obliga a cientos de miles de personas a abandonar sus casas.

Además, el texto sostiene que los países deben «evitar facilitar el movimiento de refugiados y migrantes a la frontera de otro país de la región sin el acuerdo de ese país» y calificó a esta política que vienen imponiendo varios estados de «inaceptable».

En este sentido, durante la cumbre, el primer ministro de Croacia, Zoran Milanovic, dijo que «si los países se comprometen a no permitir el tránsito de inmigrantes a otros Estados (…) entonces no hay riesgo de hacer nada mal, porque somos cuartos en la cadena».

En el texto acordado hoy, los líderes de la UE también prometieron enviar a tropas de Frontex a la frontera entre Grecia y los países extra bloque de Macedonia y Albania para garantizar que todas las personas que ingresan al bloque europeo sean registradas, lo que habilitaría luego, bajo las nuevas leyes restrictivas regionales, devolver a muchos de ellos a sus países de origen.

Hasta ahora, la respuesta conjunta de la UE se ha limitado a aprobar el reparto de 160.000 refugiados en los próximos años, la construcción de una lista de «países seguros» a los que se podrá enviar de vuelta a sus ciudadanos, pese a que lleguen a Europa pidiendo refugio, y un fuerte refuerzo del operativo de seguridad de Frontex en el Mediterráneo y en las fronteras externas en el continente.

El último gran anuncio de la UE fue su acuerdo con Turquía, país por el que necesariamente pasan todos los refugiados que llegan de Medio Oriente y muchos de los que hacen el largo viaje desde África.

Turquía aceptó frenar la llegada de cientos de miles de refugiados e inmigrantes a sus fronteras con Grecia y Bulgaria y la salida de embarcaciones hacia el Egeo, a cambio de recibir una nutrida partida de ayuda financiera, la promesa de reactivar su ingreso a la UE y de agilizar el otorgamiento de visas europeas para sus ciudadanos.