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El vice de Rousseff dice que la mandataria no confía en él y adelanta que se llamará a silencio durante el posible juicio

El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, del aliado partido del movimiento democrático brasileño (PMDB), aseguró hoy en una carta que la mandataria Dilma Rousseff "nunca" confió en él ni en su partido y que sólo los contempló en momentos de crisis como la actual, que amenaza con llevarla a un juicio político.

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Las afirmaciones de Temer, primero en la línea sucesoria en caso de que la Presidenta sea despojada de su cargo en un eventual juicio político, aparecen en una carta que le dirige a Rousseff, divulgada hoy y fechada hoy en San Pablo.

«Pasé los cuatro primeros años de Gobierno como un vicepresidente decorativo», aseguró Temer sobre el primer mandato de Rousseff, y apuntó que en ese período perdió «protagonismo político» y «sólo» fue llamado para resolver problemas con el PMBD, que él integra.

Temer expresó que ejerce su cargo con «la lealtad institucional» que impone la Constitución y con su «natural discreción», pero que «siempre» supo de la «absoluta desconfianza» que tanto Rousseff como «su entorno» tienen en relación a él y al PMDB, principal pilar de la coalición de gobierno.

También señaló que ni siquiera sus «esfuerzos» por mantener al PMDB «unido» en torno a su gobierno, pese a las disidencias internas en esa formación, bastaron para «generar confianza» e impedir «el menosprecio» con que asegura que ha sido tratado.

Durante la última semana, frente a la posibilidad de ser sometida a un juicio con miras a su destitución por denuncias de «graves irregularidades» fiscales, Rousseff ha ensalzado la figura de Temer y al PMDB, de los que dijo que «siempre» han tenido su más «absoluta confianza» y que eso ha sido recíproco.

Ayer cuando Rouseff fue consultada sobre su confianza en Temer, la mandataria fue tajante: «No tengo porque desconfiar ni un milímetro de él».

Sin embargo, Temer sostuvo hoy que «jamás» él o el PMDB fueron «llamados para discutir formulaciones económicas o políticos sobre el país», pues eran tratados como «meros accesorios, secundarios y subsidiarios».

Recordó que, a inicios de este año, cuando se gestaba la crisis política que afectó al país, fue convocado para asumir la coordinación política del gobierno, con la misión de que se aprobase en el Congreso un ajuste fiscal para atajar el descalabro económico. «No titubeamos. Estaba en juego el país», aseguró, pero añadió que los «acuerdos asumidos con el Parlamento» no fueron cumplidos por el gobierno, lo que le llevó a dejar esa tarea de coordinación.

Las quejas en el área interna también se extendieron a la política exterior y las ejemplificó con una visita que hizo a Brasil el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.

De acuerdo a la carta, en esa ocasión, Rousseff tuvo una reunión de «dos horas» con Biden para la que él no fue convocado, cuando correspondía hasta por el propio protocolo. «Todo eso ha significado una absoluta falta de confianza», sostuvo Temer.

El vicepresidente declaró además que «el PMDB está consciente de que el gobierno busca promover su división, lo que ya intentó en el pasado sin éxito», y dijo que mantendrá un «cauteloso silencio» en relación al posible juicio contra Rousseff «con el objetivo de buscar la unidad partidaria».

También manifestó su «certeza» en que una vez «pasados estos momentos críticos», el país «tendrá tranquilidad para crecer y consolidar las conquistas sociales».

En el último párrafo en el que Temer sugirió que su relación con Rousseff puede estar en un punto de ruptura. «Finalmente, sé que usted no tiene confianza en mi ni en el PMDB hoy, y que no la tendrá mañana. Lamento, pero esa es mi convicción», concluyó.