En la Justicia, el nuevo viento de época que significó el kirchnerismo se sintió aún más fuertemente. Una de las primeras medidas que Néstor Kirchner adoptó fue tomar la decisión política de cambiar la Corte Suprema de la mayoría automática, y renovar drásticamente el Máximo Tribunal. Ese cambio en la cabeza del Poder Judicial tuvo efectos inmediatos hacia toda la sociedad democrática; también hacia el nivel de vida de los trabajadores judiciales. En julio de 2003, menos de dos meses después de haber asumido el gobierno, tuvimos nuestro primer aumento, después de sufrir el proceso neoliberal que significó  el congelamiento  de nuestros  salarios,  intentos de bajas salarial, 13% pérdida de antigüedad, etc. A partir desde allí iniciamos el  camino  achicando la brecha entre los que más y menos ganan en la Justicia.En la Corte y en los Ministerios Públicos tardamos casi un año en cobrarlo, y lo hicimos con retroactividad. Elementos tardíos de la vieja composición del Máximo Tribunal retrasaron lo más que pudieron el cobro, pero no lograron impedirlo. Desde ahí, la mejora en nuestros ingresos y en las condiciones de trabajo fue sostenida. Y todo ello gracias a la fuerza política del Poder Ejecutivo, sin la cual los sectores más reaccionarios de la Justicia, que todavía acechan en los Tribunales, hubieran seguido manteniendo sus políticas y concepciones contrarias al interés popular y de los trabajadores. En esta hora difícil para la Presidenta de la Nación, para su familia, y para todos los trabajadores y el pueblo argentino, los judiciales reafirmamos nuestro compromiso democrático, y sumamos nuestra fuerza y nuestro apoyo decidido a la compañera Cristina Fernández de Kirchner.

COMISIÓN DIRECTIVA NACIONAL