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La Banda de los Entregadores. Caso 4: El Clan Blaquier y la historia de “El Familiar”

La estructuración de la Argentina dependiente tiene su origen en las acciones de una minoría social que ha dado pasos consientes en la búsqueda de beneficios y privilegios a costa de la subordinación nacional y la explotación del pueblo. Esta minoría son “La Banda de los Entregadores”.

blaquier

La estructuración de la Argentina dependiente tiene su origen en las acciones de una minoría social que ha dado pasos consientes en la búsqueda de beneficios y privilegios a costa de la subordinación nacional y la explotación del pueblo. Esta minoría son “La Banda de los Entregadores”, la cual está conformada por individuos, clanes familiares y grupos económicos que operan coordinadamente. Hoy te presentamos la historia del Clan Blaquier, una de las familias más ricas de la Argentina.

 

La leyenda de “El Familiar”

Toda sociedad humana ha construido mitos y leyendas a lo largo de su historia con fines de explicar fenómenos de la naturaleza, la vida misma o simplemente prácticas sociales. A nuestros ojos, habitantes urbanos del siglo XXI, muchos de esos mitos podrán llegar a parecernos relatos fantásticos, pero no por ello dejan de guardar algunas verdades.

En los trabajos ya clásicos de Elena Bossi (“Seres mágicos que habitan la Argentina”, 1994) y Adolfo Colombres (“Seres mitológicos argentinos”, 2008), se da cuenta de la leyenda de El Familiar, la cual está bastante extendida en las zonas del nordeste y noroeste argentino.

Esta leyenda señala que los patrones, dueños de ingenios, viñedos importantes o grandes fincas, para enriquecerse aún más, firmaban un pacto con el Diablo. Este pacto consistiría en que por lo menos una vez al año el Diablo, o un demonio enviado por este, tomando forma de perro negro o serpiente peluda saliera de su escondite a cobrarse la vida y alma de la peonada que trabaja en el ingenio. La única forma de salvarse del ataque de El Familiar era llevando una cruz a la cual encomendarse con algún rezo y un facón con el cual dar pelea.

La leyenda de “La riqueza se hace laburando”

Carlos Pedro Blaquier (nacido en 1927) es el principal accionista dueño del Grupo Ledesma propiedad, entre otras empresas, de uno de los ingenios azucareros más grandes de América Latina, ubicado en la localidad jujeña de Libertador General San Martín. El ingenio es tan grande (40.000 hectáreas) que a la propia localidad se la suele denominar simplemente Ledesma.

Los primeros trapiches datan de 1830, los cuales fueron adquiridos por Enrique Wollmann en 1911. Para 1914 Ledesma se conformaba en la estructura societaria legal que sigue vigente hasta la actualidad. En 1927, luego del fallecimiento de Enrique Wollmann, asumió la conducción de la empresa Herminio Arrieta, casado con la única hija de Wollmann. Décadas después, Nelly Arrieta, (hija de Herminio) contrajo matrimonio con Carlos Pedro Blaquier, quien se hizo cargo de la empresa desde 1970. En 2013, asumió la presidencia su hijo Carlos Herminio Blaquier Arrieta.

La reproducción del capital sigue el mismo patrón de crecimiento del emparejamiento vacuno, la raza se mejora con el cruce genético en las sucesivas generaciones. Por eso mismo, la mejor estrategia para la reproducción a escala del capital de base oligárquica siempre es un buen matrimonio… lo cual evita laburar de más, ¿no? Benditas herencias!!!

Pero lo que también acrecienta el capital patronal es la sobreexplotación obrera. Hasta la incorporación masiva de maquinaria en la década de 1970, el ingenio Ledesma conservaban los métodos y la organización del trabajo de principios de siglo XX. Esto requería que en los meses de la cosecha de caña de azúcar, miles de trabajadores golondrina fueran reclutados en la puna y quebrada jujeñas, en la provincia de Salta y en las zonas cercanas de Bolivia.

Con solo tener en cuenta que en presente abundan las noticias de reducción a la servidumbre en el sector agrario, el pago de malos sueldos o combinación de los mismos con planes sociales y condiciones de salubridad que no resisten la menos inspección de algún organismo estatal, no es exagerado pensar que el régimen laboral en Ledesma fue desde sus inicios cuasi feudal.

La Noche del Apagón o cuando El Familiar solía andar uniformado

Todo el siglo XX esta jalonado con episodios de grandes huelgas y luchas obreras en el sector azucarero, muchas de ellas fueron duramente reprimidas.

El 27 de julio de 1976, ya bajo gobierno militar, se produjo uno de los episodios más macabros ocurridos en las instalaciones del ingeniero Ledesma, el mismo pasó a la historia como “La Noche del Apagón”.

Aprovechando la oscuridad de la noche provocada adrede por un apagón eléctrico simultáneo en varias localidades, alrededor de 400 personas fueron secuestradas de las cuales una treintena siguen aun desaparecidas. Los trabajadores del ingenio, militantes políticos y sindicales, como sus familiares, fueron literalmente arrastrados desde sus casas y llevados a la jefatura policial donde fueron torturados y mantenidos cautivos.

Los directivos de Ledesma facilitaron a la policía, gendarmería y el ejército, no solo las listas negras para la detención y desaparición de personas, sino que brindaron apoyo logístico con vehículos, galpones para albergar detenidos y lugares de interrogación y tortura.

De esta forma, el Clan Blaquier firmo su pacto de sangre con El Familiar que envió a sus perros uniformados a beber la sangre obrera.

Azúcar amarga

Recién en 2012, Carlos Pedro Blaquier fue procesado por la justicia como cómplice primario en 26 casos de privación ilegítima de la libertad y 36 secuestros seguidos de asesinato y desaparición durante la Noche del Apagón. En marzo de 2015, la sala IV de la Cámara Federal revocó el procesamiento y dictó la falta de mérito de Blaquier.

Hace un mes la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dejó sin efecto la falta de mérito que la Sala IV de la Cámara Federal de Casación le había otorgado a Blaquier en marzo de 2015 dejándolo a él en el camino hacia el juicio oral.

Siempre nos quedará Panamá…

Al igual que el expresidente Mauricio Macri o el empresario colombiano vinculado con Gerardo Morales, Omar Leal Quiroz, durante 2016 el Clan Blaquier se ha visto involucrado en la evasión fiscal-impositiva conocida como Panamá Papers.

De ser así, la fortuna amasada a fuerza de sobrexplotación, represión, secuestros, y asesinatos siguió como la de otros tantos capitales siguió el camino de la fuga.