El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió una santa misa de la festividad de San Cayetano, en el santuario del barrio porteño de Liniers, donde se honra al santo patrono del pan y del trabajo, a la que acudió una multitud de fieles. Unos para pedir la intercesión de San Cayetano en búsqueda de pan y de trabajo, mientras que otros para agradecer al santo haberlos conseguido.
El cardenal Poli, que pidió «paz, progreso y justicia para todos» en el país y aconsejó practicar «la compasión y la misericordia» con el prójimo, inició la misa con la lectura de una carta enviada días atrás por el Papa con motivo de la festividad de San Cayetano, en la que Francisco manifiesta que «el pan es más fácil conseguirlo, porque siempre hay una institución o persona que te lo acerca, al menos en la Argentina donde el pueblo es tan solidario».
«Pero trabajo es muy difícil lograrlo, sobre todo cuando seguimos viviendo momentos en los que los índices de desocupación son significativamente altos», sostiene el pontífice en la carta que le envió al presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo.
Francisco también dice en la carta que «una cosa es tener pan para comer en casa y otra es llevarlo como fruto del trabajo, y esto es lo que confiere dignidad», y afirmó que «cuando pedimos trabajo para llevar el pan a casa, estamos pidiendo dignidad».
En el marco del Bicentenario de la Independencia argentina, el purpurado porteño recordó a quienes declararon la independencia del país hace 200 años. «El ideal de vivir en la Argentina como una gran familia con fraternidad, solidaridad y bien común, está muy lejos de haberse logrado. El Acta de la Independencia alcanzará su plena vigencia cuando la familia más postergada tenga una casa digna para formar su hogar, donde no falte la educación, la salud y un trabajo digno y honrado para los padres», señaló.
Tras elogiar la «fraternidad» del Sumo Pontífice, en la que «siempre quedaron reflejados los 10 mandamientos del buen samaritano», el cardenal hizo una referencia hacia los que suelen pedir audiencias con Jorge Bergoglio. «Ustedes saben. No se confundan. Una foto o un encuentro con el Papa no te hace su vocero, su amigo ni su misionero si no practicamos los mandamientos de la compasión y la misericordia con el otro, que no es mi enemigo, sino mi hermano, mi semejante, mi prójimo», dijo durante una breve homilía de poco menos de 15 minutos.
Y agregó: «La fraternidad y la solidaridad de la que siempre habla el papa Francisco desde que comenzó su ministerio como Pedro, quedan bien reflejadas en los diez mandamientos del buen samaritano. Ante la misma situación de otros que pasaron de largo y miraron pero no se comprometieron, el buen samaritano cumplió los diez mandamientos de la vida. No pasó de largo ante el dolor de un semejante sin importarle quien era. Lo vio y se conmovió. Se acercó y le curó las heridas sangrantes con lo que tenía a mano».
Por último, concluyó: «San Cayetano, amigo nuestro, te pedimos por la fe de este pueblo devoto que te quiere tanto y quiere imitarte como samaritano. Pedile a Dios que no falte el pan y el trabajo en nuestras familias y que conceda a nuestra patria años de encuentro fraterno, corazón de carne, y que nos dé progreso, paz y justicia para todos”.
Fuente: AICA



