Por: Hugo Osvaldo García
En la taxonomía tradicional, los póngidos (Pongidae) son una familia de primates antropomorfos constituida por los grandes simios, algunos extintos. Sobreviven los orangutanes (género Pongo), los gorilas (género Gorilla), y los chimpancés y bonobos (género Pan).
Mientras que en el léxico político argentino ha recibido la denominación “Gorila” a aquellos seres que por su condición de antiperonistas se han opuesto a cuanta manifestación popular y conquista de derechos ha obtenido el peronismo a través de su historia. Término que deviene de un programa de radio cómico-musical que se llamó “La Revista Dislocada”.
Estas personas tienen un problema de base y permanente: Construyen desde lo que “no son”; viven reactivos a cualquier propuesta que no sea la de “ser contra” del peronismo y como consecuencia viven de fracaso en fracaso toda vez que no saben que son. Todo lo que se construye desde el “no ser” termina no siendo. Consecuentemente no son. Ni serán.
Del 17 de Octubre de 1945, tomada como fecha fundacional de Peronismo, mucho se ha escrito, ocultado y convertido en leyenda según las ópticas desde donde se lo observe. También podemos decir que esa misma fecha fue el nacimiento, por oposición al primero, del anti-peronismo.
No existe el historiador aséptico que haya relatado este suceso sin poner su impronta de pensamiento en la redacción. Si podemos decir que a los argentinos nos les resultó indiferente este hecho. Es un antes y un después que transcurre hasta el hoy mismo.
Es nuestra manifiesta intención dar a conocer, revolviendo documentos, las posiciones de los diversos agrupamientos políticos de entonces y como era reflejado el hecho por los ya poderosos medios de comunicación, otrora con medios más elementales que los sofisticados de hoy en día se posee.
Empecemos por decir que el 17 de Octubre fue un movimiento espontáneo de las clases trabajadoras y que como tal fue la etapa embrionaria del estado consciente que luego se desarrollaría como un fenómeno de masas, sociopolítico único, que hoy sigue siendo estudiado por los más variopintos centros de estudios en todo el mundo.
Como todo hecho transgresor mueve los cimientos de la sociedad y como tal ubica a unos y desubica a otros.
De ahí que considero útil reflejar las opiniones en ese entonces de la incipiente “manada póngida”.
Opinión del Partido Comunista
«El malón peronista – con protección oficial y asesoramiento policial- que azotó al país, ha provocado rápidamente- por su gravedad- la exteriorización del repudio popular de todos los sectores de la República en millares de protestas… Se plantea así para nuestros militantes, una serie de tareas que para mayor claridad, hemos agrupado en dos rangos: higienización democrática y clarificación política.
Es decir, por un lado, barrer con el peronismo y todo aquello que de alguna manera sea su expresión: por el otro, llevar adelante una campaña de esclarecimiento de los problemas nacionales, la forma de resolverlos y explicar ante las amplias masas de nuestro pueblo, más aún que lo hecho hasta hoy, lo que la demagogia peronista representa.
En el primer orden, nuestros camaradas deben organizar y organizarse para la lucha contra el peronismo hasta su aniquilamiento. Corresponde aquí también señalar la gran tarea de limpiar las paredes y las calles de nuestras ciudades de las inmundas ‘pintadas’ peronistas. Que no quede barrio o pueblo sin organizar las brigadas de reorganización democrática. Nuestras mujeres …deben visitar las casas de familia, comercios, etc, reclamando la acción coordinada y unánime contra el peronismo y sus hordas. Perón es el enemigo número uno del pueblo argentino», Declaración del Partido Comunista, 21/10/45.
“Desde Avellaneda salían las bandas armadas del peronismo, obedeciendo un plan de acción dirigido por el coronel y sus asesores nazis.(…)el malevaje peronista, repitiendo escenas dignas de la época de Rosas y remedando lo ocurrido en los orígenes del fascismo en Italia y Alemania, demostró lo que era, arrojándose contra la población indefensa, contra el hogar, contra las casas de comercio, contra el pudor y la honestidad, contra la decencia, contra la cultura e imponiendo el paro oficial, pistola en mano y con la colaboración de la policía que ese día y al día siguiente, entregó las calles de la ciudad al peronismo bárbaro y desatado».
Partido Comunista
«Pero también se ha visto otro espectáculo, el de las hordas de desclasados haciendo de vanguardia del presunto orden peronista. Los pequeños clanes con aspecto de murga que recorrieron la ciudad, no representan ninguna clase de la sociedad argentina. Era el malevaje reclutado por la policía y los funcionarios de la Secretaría de Trabajo y Previsión para amedrentar a la población». (Orientación, órgano oficial del Partido Comunista, 24 de octubre de 1945.)
«Los nazi-peronistas tienen un plan de acción y una dirección única encargada de hacerlo cumplir. No hay que llamarse a engaño:el nazi-peronismo sabe actuar audaz y enérgicamente. Esa huelga y los desmanes perpetrados por las bandas armadas peronistas, deben ser consideradas como el primer ensayo serio de los nazi-peronistas para desencadenar la guerra civil». Victorio Codovilla -secretario del partido comunista argentino-
Opinión del Partido Socialista
«En los bajíos y entresijos de la sociedad hay acumuladas miseria, dolor, ignorancia, indigencia más mental que física, infelicidad y sufrimiento. Cuando un cataclismo social o un estímulo de la policía moviliza las fuerzas latentes del resentimiento, cortan todas las contenciones morales, dan libertad a las potencias incontroladas, la parte del que pueblo que vive ese resentimiento y acaso para su resentimiento, se desborda en las calles, amenaza, vocifera, atropella, asalta a diarios, persigue en su furia demoníaca a los propios adalides permanentes y responsables de su elevación y dignificación». (La Vanguardia, 23 de octubre de 1945).
Se iniciaba un largo y doloroso período, pues quienes lo habían planeado habían logrado desencadenar un movimiento de masas que acompañaría a la dictadura. Con el caer de la tarde, la tristeza me dominó». Américo Ghioldi
“Estaba en París representando a los trabajadores libres de la Argentina… Si hubiera estado en Buenos Aires, hubiera propuesto un paro general contra los totalitarios… Claro que sí, contra Perón, mejor, contra el peronismo». Francisco Pérez Leirós
Opinión de la Unión Cívica Radical
«El 17 de octubre fue preparado por la Policía Federal y la Oficina de Trabajo y Previsión, convertida en una gran máquina de propaganda tipo fascista, con ramificaciones en todo el país (…) Fue una reproducción exacta de las primeras manifestaciones populares del fascismo y del falangismo». Unión Cívica Radical.
Opinión del Partido Conservador-Partido Demócrata Nacional
«“Los ciudadanos que desfilaron triunfalmente, yo entre ellos, poco tiempo antes por las calles de Buenos Aires, jamás imaginaron que la muchedumbre, imponente e informe, amenazadora y primitiva, iba a invadir la Plaza de Mayo al grito de guerra de ¡Perón!. Grito de guerra y de odio, casi de venganza, por causa de la miseria y la ignorancia de la sociedad de entonces. Había dos países en octubre de 1945: el país elegante y simpático con sus intelectuales y su sociedad distinguida sustentada en su clientela «romana» y el país de ‘la corte de los milagros’ que mostró entonces toda su rabia y toda su fuerza. ¡Nueve días que sacudieron al país! ¡Nueve días en que la verdad se desnudó! ¡Nueve días que cierran una época e inauguran otra!… Desde luego, el odio no es el único ingrediente del peronismo pero es el fundamental, el cemento que aglutinó a las masas en torno a Perón».
Emilio Hardoy, dirigente conservador.
Opinión de la Embajada de Estados Unidos
«…Es impresión generalizada que a menos que la oposición reaccione rápidamente, el apoyo popular a Perón crecerá como una bola de nieve permitiéndole competir electoralmente, como candidato del pueblo, con mejores posibilidades de las que se le asignaban hasta ahora… La rehabilitación de Perón se hará sentir en los países vecinos. ..Esto ha fortalecido la posibilidad de formación de un bloque de dictaduras en América del Sur, amigo de Rusia y hostil hacia los Estados Unidos», Embajada de los Estados Unidos.
«…Los nazis no han sido eliminados todavía… Acabo de presenciar el sufrimiento de una gran nación… He visto a un pueblo brutalmente escarnecido por alguien que se titula salvador, apoyado por una camarilla que remeda a su prototipo europeo… Los nazis europeos subyugaron a su propio pueblo antes de que intentaran someter a sus vecinos. No se debe permitir que la historia se repita», Spruille Braden- Embajador de EE.UU.
Opiniones de otros protagonistas
Ante el avance de la muchedumbre hacia la Plaza de Mayo, sucede en siguiente diálogo:
«Con su permiso, señor Capitán. Voy a desalojar a toda esa gente.- Sí, le dije , pero con una condición: no dispare ningún tiro adentro del edificio… Se retiraron entonces… El dio la orden y los soldados pusieron rodilla en tierra, dieron vuelta sus fusiles -con la culata adelante- y comenzaron a sacudirles las cabezas a los revoltosos. Sonaban sus cabezas que parecían mates», Isaac. F. Rojas.
También los intelectuales del sistema liberal de izquierdas y derechas abominan de la presencia de los trabajadores movilizados, trabajadores que violentan las costumbres de la “gente bien” y cual cachetazo insolente meten sus cansados pies en las fuentes de la Plaza de Mayo:
“Yo estaba avergonzado e indignado. Eso es, indignado y avergonzado”, recuerda Jorge Luis Borges.
El periodista Hugo Gambini afirma que a las 13 hs “el Ministerio de Marina rechaza un ofrecimiento de dirigentes comunistas para que obreros bien armados, de esa tendencia, enfrenten a los trabajadores peronistas-
María Oliver –irónicamente, miembro del Partido Comunista- resumiría este malestar: “Me pregunto de qué suburbio alejado provienen esos hombres y mujeres casi harapientos, muchos de ellos con vinchas que, como a los indios de los malones, les ciñen la frente y casi todos desgreñados”.
Los diarios decían lo siguiente:
Interesa hacer notar , marcando un hilo conductor que continúa hasta los tiempos presentes, la virulencia de los medios de comunicación, hacia la procedencia geográfica y de clase de quienes la conformaron la histórica movilización. Sus ropas extrañas a los ojos porteños, sus expresiones que carecían de expresiones francesas ni del “buen decir” sacudían la realidad. Cambiaba el paisaje urbano en el que vivian plácidamente.
El Diario EL LITORAL en su edición del 19 de Octubre de 1945 escribía:
“La mayoría del público que descendió (…) lo hacía en mangas de camisa. Viose hombres vestidos de gauchos y a mujeres de paisanas llegando de diversos barrios de la ciudad, muchachos que transformaron la avenida en pista de patinaje y hombres y mujeres vestidos estrafalariamente llevando retratos de Perón (…). Hombres a caballo y jóvenes en bicicleta ostentando vestimentas chillonas, cantaban estribillos y prorrumpían en gritos. Las peculiares manifestaciones de estos grupos de personas llegados de los barrios y de poblaciones de extramuros, eran en otras, éstas.”
Mientras que un día antes, el 18 de Octubre de 1945, el diario EL ORDEN expresaba: “Mientras varios miles de personas que por su vestimenta, su comportamiento y sus letreros, evidenciaban pertenecer a la clase obrera inculta”
“Grupos armados con palos y piedras cometieron depredaciones en esta ciudad el 17 y 18 actual” (Diario EL ARGENTINO)
“Grupos aislados que no representan al auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población” (Diario CRITICA, 18 de octubre)
“La gente de ideas democráticas se quedó en sus casas para no provocar las iras de los que toman Bs. As por su cuenta” (Diario LA CAPITAL, 18 de octubre).
Descripción clara y concisa de lo que la turba generaba en los oprimidos pechos porteños. Quedará en el recuerdo la foto de los manifestantes lavándose los pies en las fuentes de la Plaza de Mayo, imagen que habrá despertado más de un sentimiento de asco y rechazo hacia lo que eran las buenas costumbres.
Era impensado que en sus mentes clasistas se abriese tal panorama. Eran los bárbaros mencionados por Sarmiento, los violentos del Chacho Peñaloza, Felipe Varela y sus montoneras; los feos, sucios, inmorales, sin conocimiento de los más básicos modales de los arrabales suburbanos, y por sobre todo, que se atrevían a irrumpir- sin pedir permiso siquiera-, en la política nacional, reservada hasta entonces a “los doctores”.
“Así que no intentamos catalogar al Día de la Lealtad como masivo o no, representativo de las mayorías o simplemente fruto de la movilización punteril del sector del gobierno aliado a Perón. Tampoco mostrarlo como un hecho heroico, ni villano; simplemente al leer estas líneas, al ver las fotos y trasladarlas a su contexto original, se clarifica la visión sobre las clases subalternas, sobre lo que originaron en los periodistas y sectores de las clases medias y altas de la capital del país cuando vieron sus espacios invadidos por actores que nunca se habían presentado en escena. Grupos que no se asemejaban a las típicos obreros porteños, formas de manifestarse y actuar ajena a las marchas proletarias que desde hacía cincuenta años las calles de la capital argentina. Así, desesperados, mostraron sus miedos las clases propietarias y ese temor se quedó marcado a fuego en la Historia, gracias a sus voces, voces que desplegaron en sus periódicos.” ( J.J. Hernández Arregui )
“Esto hay disolverlo a balazos. Mis ametralladoras están en los techos”, vociferaba el Ministro de Marina Vernengo Lima, ante el avance de las muchedumbres en dirección a la Casa Rosada
La oligarquía empezaba a vivir de prestado. El pueblo, movilizado, le hubo arrebatado los “derechos” de pocos para convertirlos en los derechos de todos.
La sociedad “paquete” argentina ejerce aún un doble comando claramente oportunista e hipócrita. Por un lado llena de loas declamatorias a la España europea y por el otro detesta la realidad hispanoamericana en especial al indio y demás pueblos originarios.
Varias generaciones han adherido a una supuesta supremacía anglosajona, con la cual no existe ninguna raíz en común. Mientras los pueblos iberoamericanos se mantenían incólumes a su historia, otros se abrazaban deseosos por pertenenecer al imperio británico.
Hubo intento de deslegitimar los orígenes de nuestra nacionalidad y una tremenda asfixia económica por parte de las naciones- imperio.
SILVINA OCAMPO, proveniente de una familia aristocrática porteña y anglófila al igual que sus amigos Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y su hermana Victoria Ocampo, también dejó testimonio de su naturaleza póngida
“He oído como en sueños a un tirano
con una quejumbrosa exultación
interrumpir la noche, en un balcón,
amenazando un trágico verano.
.. Yo vi una turba histérica, incivil,
que a la Casa Rosada se acercaba,
mientras que en la memoria se mezclaba
como un recuerdo, ya, el presente hostil.”
Como se observa, y entiendo viene bien refrescar la memoria, quedan expuestos en palabras propias los sentimientos antinacionales y antipopulares que se expresaron por medios y personas de ese entonces y que aún se sostiene desde el más recalcitrante odio que los alimenta.
Para terminar, porque como dijimos al inicio de esta nota, no somos asépticos ni neutrales queremos traer a la memoria un fragmento del poeta y escritor Leónidas Lamborghini (1927 – 2009) referido al 17 de octubre.
“De pronto alzó la frente y se hizo rayo
(¡era en Octubre y parecía Mayo!),
y conquistó sus nuevas primaveras.
El mismo pueblo fue y otra victoria.
Y, como ayer, enamoró a la Gloria,
¡y Juan y Eva Perón fueron banderas!”