Opinión

Mark Weisbrot. Traducción de Ana Vallorani

Maduro es el voto de Venezuela por el chavismo

Las políticas económicas de Hugo Chávez tuvieron éxito, pero una cercana votación implica que el nuevo presidente no puede caer en la complacencia.

 

Después de una corta pero extremadamente cargada de agravios y disputada campaña, el abanderado chavista Nicolás Maduro derrotó a su retador Henrique Capriles, asegurando así la continuidad en Venezuela tras la muerte del ex presidente Hugo Chávez el mes pasado. Pero la elección estuvo mucho más cerca de lo que las encuestas predecían: un margen de sólo 1,6%, o alrededor de 275.000 votos.

Capriles exige una auditoría del 100% de los votos, Maduro aparentemente está de acuerdo. Sin embargo, es poco probable que la auditoría cambie el resultado. A diferencia de Estados Unidos, donde en una elección cerrada no sabemos quién realmente ganó, el sistema venezolano es muy seguro. Puesto que hay dos registros de cada voto (máquina y boleta), es casi imposible manipular las máquinas y rellenar las urnas para que coincidan. Jimmy Carter llamó al sistema electoral de Venezuela «el mejor del mundo».

Los datos de las encuestas publicadas por Reuters al final de la campaña mostraron una estrecha correlación entre el apoyo a Maduro y el contacto de los venezolanos con las misiones o programas sociales, creadas por Chávez, que proveen desde atención médica y alimentos subsidiados hasta educación universitaria. Capriles, que atacó mayormente a Maduro por no ser Chávez, se comprometió a mantener y ampliar las misiones. Pero esto no fue suficiente para ganarse a muchos de los votantes indecisos que, aunque lo suficientemente numerosos como para determinar el resultado, probablemente no creyeron que un descendiente de la élite rica de Venezuela, que venía de un partido de derecha (Primero Justicia), mantendría esa promesa.

Por supuesto, no fue sólo el éxito de las misiones lo que le dio al chavismo otros siete años en la presidencia. Hubo mejoras importantes en las condiciones de vida de los venezolanos durante los años de Chávez. Después de que el gobierno obtuvo el control sobre la industria petrolera nacional, la pobreza se redujo a la mitad y la pobreza extrema en un 70%. El ingreso real por persona creció un 2,5% anual desde 2004 hasta 2012, y la desigualdad se redujo significativamente. El desempleo era del 8% en 2012, frente al 14,5% de cuando Chávez asumió el poder.

Estos números no son objeto de controversia entre los economistas y otros expertos, ni entre los organismos internacionales como el Banco Mundial, el FMI o la ONU. Pero rara vez han sido publicados en los medios de comunicación occidentales más importantes.

En sus continuos esfuerzos por deslegitimar el gobierno de Venezuela, los expertos y la prensa a menudo presentan a los chavistas como teniendo una injusta ventaja en estas elecciones. Pero esta elección, al igual que las elecciones presidenciales de octubre, se llevó a cabo como sobre un campo de juego al igual que cualquier otra en la región. Los chavistas tienen el gobierno, pero la oposición tiene la mayoría de la riqueza y de los ingresos del país, así como la mayoría de los medios de comunicación. La TV estatal tiene una participación del 6% de la audiencia (y de hecho transmitió anuncios de campaña de Capriles la semana pasada), y la oposición tiene una clara ventaja tanto en la prensa impresa como en la radio. Podemos comparar esto con las últimas dos elecciones presidenciales en México, donde el candidato de centro-izquierda tenía pocas posibilidades contra un duopolio de medios de derecha que determinaron el resultado de las elecciones (si es que no fue robado por completo en 2006).

 

 

La mayor parte de la prensa occidental ha pronosticado, sin éxito, el colapso económico inminente en Venezuela durante 14 años, y este tema se ha destacado últimamente. La prensa, que se basa casi por completo en fuentes de la oposición, se equivoca otra vez.

Pero el nuevo gobierno enfrenta serios desafíos, y la cercanía de esta elección debe ser una llamada de atención. Se necesita arreglar el sistema cambiario y reducir la inflación, y resolver el problema de la escasez; estos tres problemas están estrechamente relacionados. Esperemos que resista la tentación de bajar la inflación y reducir las importaciones contrayendo la economía; esto es importante para mantener la demanda agregada, el crecimiento y el empleo, y el país necesita mucho una mayor inversión pública en infraestructura. La economía ha estado creciendo durante casi tres años, tras una crisis provocada por la recesión mundial que terminó a mediados de 2010.Y hasta el último trimestre del año pasado, este crecimiento acelerado se acompañó de un descenso de la inflación. Debería ser posible volver a este escenario con las políticas correctas.

Maduro también se comprometió a reducir el alto índice de crímenes violentos del país, y algunos esfuerzos han comenzado ya. El gobierno y la administración son las debilidades más importantes del país. Queda por ver si el nuevo gobierno puede afrontar estos desafíos.

 

Fuente: The Guardian, Reino Unido