La relatora especial de Naciones Unidas sobre trata de personas, la nigeriana Joy Ngozi Ezeilo, aconsejó a Argentina que reforme en forma «urgente» la ley que regula este delito, cuyas víctimas tienen en una protección y un acceso a la justicia insuficiente. Ezeilo visitó oficialmente el país y manifestó que Argnetina, «sin duda, se ha convertido en un país de destino» para las víctimas de este delito. Además, indicó la «impunidad con la que la trata de personas se lleva a cabo y los horribles abusos a las víctimas» de este delito, que en su opinión se convirtió «en un caso moderno de esclavitud que reporta enormes beneficios a muchas empresas».Durante una conferencia de prensa, denunció las limitaciones de la legislación argentina en esta materia, la «pobre» coordinación de las actividades anti-tráfico de personas y los «pocos recursos» destinados a esta labor. A su vez calificó de «inadecuada» la protección que tienen tanto las víctimas como las personas e instituciones involucradas en ofrecerles asistencia y apoyo y lamentó la trata de niños «especialmente para servidumbre por deudas y prostitución forzosa».Según ella «hay poca capacidad para combatir la trata de personas, además hay que contar con la corrupción de la policía y otros miembros de las fuerzas de seguridad que están directamente involucrados en implementar medidas contra este delito, especialmente a nivel provincial, donde reciben coimas y colaboran ilegalmente con traficantes». Asimismo sostuvo que los inspectores laborales «no tienen la capacidad necesaria» para combatir la trata de personas para explotación laboral, que también ha aumentado, pero está «mucho más oculta» que la sexual. Ezeilo fue recibida por el ministro de Justicia, Julio Alak, a quien le aconsejó aumentar la cooperación con países de los que proceden mayoritariamente las víctimas, en especial Bolivia, Paraguay y República Dominicana. Finalmente instó al Gobierno para que destine mayores recursos para combatir la trata de personas  y que aplique una política de «tolerancia cero» a la corrupción, para «asegurar que cualquier agente involucrado en el crimen de la trata de personas sea debidamente procesado y severamente castigado».La ONU lanzó la semana pasada un plan de acción global contra el tráfico de personas, con el que busca fortalecer la persecución internacional de este delito, que afecta cada año a dos millones de personas en todo el mundo.