Por Juan Carlos Simo      Militantes pero también ciudadanos que quisieron estar. Afiliados de gremios combativos y otros no tanto. Madres e hijos que vinieron desde Alta Gracia o del sur de la provincia de Buenos Aires. Aparatos partidarios que arribaro en colectivos rentados pero también vecinos que se organizaron para llegar por su cuenta.Ése es el panorama fuera de la planta de Renault aquí en Santa Isabel. Vendedores de sombreros estilo cowboy con el nombre de Cristina y otros que entregan alivio con gaseosas y agua mineral bajo el sol. Funcionarios provinciales y municipales que hacen fila en la puerta para tener acceso a un acto en el centro de la fábrica de Renault.Detrás de un vallado, los operarios están aquí para presenciar la demorada presentación del modelo Fluence y para atestiguar el primer acto público de la presidenta Cristina Fernández tras la muerte y exequias de Néstor Kirchner.En la platea de funcionarios se muestran algunos funcionarios y ex funcionarios, como el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, con antejos de sol dentro del recinto. Afuera, bajo el sol Norma, de 78 años, todavía lloraba la muerte de Kirchner y casi se descompone bajo el sol agobiante.Los militantes del sindicato Luz y Fuerza ingresaron cantando las marchas gremiales. Los empleados de comercio le responden. El «Movimiento 25 de Mayo» muestra un cartel gigante en el que se lee «Giacomino gobernador 2011″. Contra el vallado, entre los militantes, abuelos de un hogar de día del centro de la ciudad sueña con que Cristina aparezca por aquí y puedan verla más allá de las pantallas gigantes, mientras retumban las canciones de León Gieco y Mercedes Sosa.