Bonaerense

Presos y luthiers

En el Centro Cerrado de Mar del Plata, internos fabricaron guitarras gracias al apoyo de artistas como Zeta Bosio y Ciro Pertusi, ex Ataque 77.

Jóvenes presos realizan guitarras criollas.

Un grupo de jóvenes en conflicto con la ley penal alojados en el Centro Cerrado de Mar del Plata lograron fabricar guitarras criollas y eléctricas en el marco de un taller que se realiza en un taller dictado por un músico y luthier.

 

El curso, con una periodicidad de dos veces por semana, es dictado por el músico y luthier marplatense Mariano Di Tonto, quien aseguró “que mucha gente supone que los instrumentos son algo imposible de hacer y que solo los especialistas pueden lograr productos de calidad. La realidad es que con las herramientas necesarias y el aprendizaje, todos podemos hacerlo”.

 

“Yo mismo empecé con este oficio cuando me robaron mi guitarra y no tenía plata para comprarme otra. En ese momento, trabajaba en la carpintería de mi abuelo y se me ocurrió que podía construirla. Pedí una como molde y la construí. Cuando lo logré, otros amigos me empezaron a pedir que les hiciera su guitarra y así me hice luthier”, relató.

 

“Los jóvenes del Centro Cerrado, al principio, se mostraban sorprendidos  y escépticos sobre las posibilidades de lograrlo. Sin embargo, yo solo les doy las indicaciones  y algunos de ellos han completado todo el proceso de fabricación y otros están en la última etapa. La idea es que cada uno pueda realizar el armado de una guitarra criolla y una eléctrica, porque son procesos diferentes”, explicó.

 

El bajista y guitarrista destacó el apoyo “de las autoridades del Centro, como su director Juan Capel, además de las ONGs “Entramados” y “Cambio de Paso”, de Pablo Baldini y Esteban Viñas, quienes fueron aportando un montón de recursos para lograr armar un taller dentro del Centro con suficientes máquinas y elementos como para completar el proceso”.

 

En el taller, los jóvenes cuentan con máquinas especiales como fijadoras, agujereadora y pistola de calor.

 

En el proceso de fabricación de las guitarras criollas se utilizan distintos tipos de madera para realizar las partes curvas. Para lograr la forma, se colocan los cortes de madera terciada en moldes durante una semana. Una vez terminadas todas las partes, se agregan clavijas y cuerdas. En el caso de las guitarras eléctricas se realizan en un trozo macizo de madera al que se le da la forma y luego se le realizan agujeros para los micrófonos y potenciómetros.

 

“En una segunda etapa, está previsto que los jóvenes aprendan a tocar los instrumentos que realizaron, porque lo más importante que la música sirva de cable a tierra. Aprender música es maravilloso y ojalá muchos de ellos continúen enganchados con este arte cuando recuperen la libertad”, sostuvo Di Tonto.

 

Con ese objetivo, el año pasado los jóvenes recibieron la visita de varios músicos, entre ellos, el ex bajista de Soda Estéreo, Zeta Bosio, y el ex vocalista de Ataque 77, Ciro Pertusi.

 

Sobre este taller, el secretario de Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires, Pablo Navarro, expresó que “hay que felicitar a los protagonistas de este curso que son los docentes, los colaboradores y sobre todo a los jóvenes, que en un contexto difícil, tienen la voluntad de salir adelante, educarse y aprender oficios como este, en la búsqueda de un futuro diferente”.

 

Además, el funcionario resaltó “el apoyo del diputado Rodolfo Manino Iriart a este proyecto en Mar del Plata que hoy es una realidad y a las asociaciones sin fines de lucro involucradas”.

 

Este curso se suma a los más de 28 talleres de oficios que existen en los dispositivos del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil tales como carpintería, reparación de PC, construcciones y mantenimiento de edificios, electricidad, herrería, tapicería y reparación de muebles, panadería, peluquería, entre otros. Muchos de ellos cuentan con títulos oficiales, a través de los Centros de Formación Profesional de la Dirección General de Cultura y Educación. Además, los Centros también poseen espacios de práctica deportiva y educación física y 16 talleres artístico-expresivos. Todos los talleres y prácticas se realizan a contraturno de la educación formal, primaria o secundaria.

 

Estas iniciativas son coordinadas por el subsecretario de Responsabilidad Penal Juvenil, Carlos Corrales, el director provincial de Institutos Penales, Carlos Lucía, su par de Planificación, Ester Noat, y la directora de Educación, Evangelina Odorizzi.

 

Los Centros Cerrados son dispositivos para el cumplimiento de medidas privativas de la libertad ordenadas por la Justicia, en el marco de un proceso penal seguido a jóvenes menores de 18 años.