Opinión

La semana que fue, la semana que viene

El análisis político del director del Mensajero Diario, Miguel Gómez Sanjaume.

La columna habitual de los domingos de Miguel Gómez Sanjaume.

Otra semana corta Esta también es una semana corta, corta pero de una manera especial. El feriado conmemorativo del 35 aniversario de la dictadura cívica militar, que dejó a nuestro país con treinta mil desaparecidos y su economía destrozada más el llamado feriado puente hizo que la semana activa fuera solo de tres días. Tres días donde la resonancia del fraude y la manipulación política de la elección de Chubut acaparó el escenario político. Un retorno a metodologías primitivas, de recuento de votos con papelitos donde se garabateaban resultados sin precisar mesas, ni orígenes de esos votos. La negación, aduciendo fallas tecnológicas, de acceder por Internet a la carga de los resultados electorales fue el comienzo. Sobre ese comienzo cabe una reflexión o desde el principio estamos frente a una decisión de manipulear los resultados o el “Proyecto Chubut” es un fracaso mentiroso. ¿Que pasaría si ese Gobernador condujera los destinos del país con iguales criterios? Para lo grotesco queda una mesa donde votan cerca de doscientos ciudadanos pero se anotan en el telegrama, si, en el telegrama máxima documentación oficial firmada por las autoridades de mesa, ochocientos ochenta y ocho votos para PJ Proyecto Chubut. Urnas que no se quisieron abrir, urnas que tenían en su interior menos boletas que los que figuraban como votantes en las planillas firmadas por las autoridades de mesa. Largo sería enumerar todos y cada uno de los errores y horrores cometidos en esa elección que el Peronismo Federal daba como ganadora. Al escándalo político, se le suma hoy la tozudez de un Gobernador que por capricho y soberbia enterró su futuro, esa es una elección personal, pero sobre todo manchó la vida democrática y eso no se lo merece el país ni el pueblo chubutense. Hoy domingo el Frente para la Victoria y su candidato Eliceche está ganado en Chubut por pocos votos cuando falta todavía abrir cerca del 40% de las mesas. Es un final abierto o no tanto. Si el recuento final termina dando por ganador a Eliceche por muy pocos votos es un triunfo sonoro del Frente para la Victoria y para el proyecto que conduce Cristina. Si por el contrario es el PJ Modelo Chubut de Bussi y Das Neves el que llegara a ganar por pocos votos es un fracaso total del Peronismo Federal. Es que el challenge puede, por usar una simbología boxística, puede ganar por puntos. El campeón, precisamente por eso por ser campeón, debe ganar por nocaut. A Chubut viajaron De Narváez, Solá, “Cachetada” Camaño, Busti y otros personajes menores como Castrilli, Amoroso y algunos más. Llegaron buscando la foto, la foto del triunfo, la foto que ordenara la interna del PJ Federal, que les sirviera para ningunear al radicalismo por su fracaso en Catamarca pero sobre todo la foto que mostrara que se le podía ganar a Cristina. Se llevaron una grotesca foto del fracaso donde un Gobernador otrora soberbio y pedante con los ojos enrojecidos y el malhumor a flor de piel trataba de sostener una mentira que ya a esa hora todos sabían que se sostenía solo por unas horas. Horas suficientes como para no aparecer en la tapa de los medios del lunes y esperar, casi soñar, con que la realidad se esfumara en los próximos días. Una vez más, Felipe Solá fue traicionado por cierta honestidad brutal y no pudo menos que señalar que había que aceptar que hay en el país una onda ganadora de Cristina y sus seguidores y llamó, lo repitió a lo largo de la semana, a sus colegas del PJ Federal a que se revisara la política a seguir. De Narváez, “Cachetada Camaño” y los otros solo atinaron a murmurar frases de circunstancias mientras en silencio trataban de reparar el fracaso. En esos intentos reparatorios se inserta la reunión de De Narváez y Macri ya convertido casi en la única esperanza del PJ Federal. Como es lógico. los platos rotos los paga el fantasioso precandidato Das Neves que al quedar herido de muerte su proyecto presidencial salió a pedir que no se haga la interna del PJ Federal. En principio, él no participa de esa interna, como ya no participaba Felipe Sola, dejando solos a Rodríguez Saa y a Duhalde. Quien no es capaz por las buenas de ganar su provincia pretende que en una mesa de negociación acuerden entre todos quien es el candidato a Presidente del espacio. La realidad es que no es eso lo que se debate. Lo que se está discutiendo en el seno del PJ Federal es quien es el jefe en la negociación con Mauricio Macri. Triste papel, para quienes como en el caso de Duhalde, supieron ser jefes territoriales con mucho poder. Macri y sobre todo Durán Barba lo saben y astutamente esperan al Peronismo Federal para sumarlo pagando lo menos posible. Mientras el Gobierno de Cristina sigue gestionando y haciendo política sumando y ordenando los distintos sectores que configuran el llamado Proyecto Nacional y Popular. Todos tienen cabida en ese espacio, lo tienen los transversales que hicieron su demostración de fuerza y ratificaron su reconocimiento a la conducción de Cristina en el acto de Huracán. Lo tiene el PJ tradicional y los intendentes del cono urbano bonaerense con su acto en Avellaneda y lo tiene la CGT cuando realice en la nueve de julio un acto por el primero de mayo que se descuenta mayoritario. Se van acomodando las cargas tanto en el espacio del Gobierno como en el de la oposición. A las fantasías de la oposición, más una expresión de deseo que otra cosa, de que Cristina no se presente o que el kirchnerismo ya esta derrotado se le opone la aceptación, por ahora no publica, de que en octubre el proyecto es ganador y de lo único que les queda es pelear por ser la segunda minoría. Esa pelea es la que los ocupa y en ella se debilitan y desgastan porque como diría Felipe Solá se ocupan de atacar al gobierno sin elaborar propuestas propias. Los radicales no logran mover el amperímetro, la interna que se imaginaron movilizadora languidece al extremo que ya se empiezan a escuchar voces, la de Cobos fue la primera, para suspenderla al no poder garantizar concurrencia significativa de ciudadanos el día de la votación. Otra interna que languidece es la del PJ Federal, reducida a Duhalde y Rodríguez Saa, al extremo que se está ofertando plata para concurrir a votar. El jueves 24 fue un día especial, mientras una parte de la población viajó a los lugares de veraneo produciendo una ocupación cercana al 80% en el segundo fin de semana largo dentro del mismo mes, otra marchó multitudinariamente repudiando el golpe cívico militar del 76. Comentario aparte merece esas marchas, tanto la que se hicieron en el interior del país como la que se efectuó en la ciudad de Buenos Aires. Este cronista, como todos los años, tal vez como un acto reflejo de cuando marchar el 24 de marzo era más un gesto solitario que sumarse a una multitud, no faltó desde temprano a la Plaza de Mayo. Con un compañero y amigo de muchas historias y escudados en cierta edad se sentaron desde las 16 hs. en la mesa de un bar de la Avenida de Mayo, desde allí vieron pasar a numerosas columnas de izquierda que reclamaban el nunca más y de voleo aprovechaban para cuestionar al Gobierno que más hizo por los derechos humanos. Cuando el dueño del bar, asustado porque ahora venían los peronistas cosa que no le había pasado cuando marchaba la izquierda por más que entre sus huestes marchaba Quebracho, decidió cerrar el cómodo apostadero debieron comenzar a caminar en sentido contrario de la marcha para buscar columnas más cercanas a sus afectos. En el camino se cruzaron con Orlando Barone, que como una estrellita televisiva se brindaba a que le sacaran fotos de recuerdo, con Ricardo Rouvier quien comentó algunas encuestas off de record, con el Cuervo Larroque y con un montón de compañeros maduros de otras épocas. Un comentario surgía en todas las charlas. La admiración de que millares de jóvenes que no habían vivido ni el peronismo del 45 al 55. ni la épica del 70. hacían propias esas banderas cargándolas de un contenido propio asentado en el Proyecto Nacional y Popular que reconocen conducido por Cristina. Los medios monopólicos omitieron y ningunearon la fecha, clavaron las cámaras en Plácido Domingo y al decir de Pablo Marchetti de la Revista Barcelona, si ese día actuaba un grupo en Tropitango seguro que lo convertían en la noticia del día. Placido Domingo es otro tema. Traído por un emprendimiento privado Macri intento capitalizarlo. Pero el tiro le salió por la culata. Primero fueron los trabajadores del Colón que presentaron su conflicto ante el gran cantor, Plácido Domingo se hizo cargo y se ofreció para hablar con las autoridades de la Ciudad a la búsqueda de soluciones. Atrás quedo el papelón de Eduardo Feimann que intentó, llevando agua para su molino, un puente por televisión entre Macri y Plácido Domingo. Uno se negó a hablar de esos temas al aire y el otro fiel a su costumbre se hizo el sota. Plácido Domingo, que si terminó cantando en la nueve de julio acompañado por los músicos y coreutas del Colón, en el ensayo demostró su calidez hacia los trabajadores del Colon y revindicó al teatro depositando un beso en el escenario. Si hablamos de Macri debemos hablar de la situación en la capital. Acá también se van acomodando las cargas. Proyecto Sur sumó a Graciela Ocaña como candidata a Vice Jefa de Gobierno junto a Lozano en un intento de mejorar su perfomance. La candidatura de Estensoro con la chaquetilla de Carrió no se instala. Ruy Cortina con los socialistas es por ahora solo un intento de estar instalado para discutir, cuando se defina el acuerdo nacional, una alianza con los radicales. Y si de radicales hablamos la proclamación de Silvana Giudici como candidata boina blanca da mucha tela para cortar. En principio la debilidad radical en la Ciudad ha hecho que los radicales abandonaran su deporte preferido, las internas. Esa debilidad ha significado que dejaran de lado el mejor candidato que podían tener, Facundo Suárez Lastra tal vez el único que podía haber mostrado pergaminos ganados durante su gestión como Intendente durante Alfonsín. También quedaron afuera otros dos candidatos Olivera y Terragno, este último con cierta aureola intelectual que lo hubiera hecho un candidato interesante. El Rabino Bergman, el de los aforismos, surgió como la propuesta de Duhalde y el destino de Castrili entró en un cono de sombra luego del papelón de Chubut. Por el lado del Proyecto Nacional y Popular la novedad fue el lanzamiento de la dupla Heller-Vilma Ibarra aunque, tal como ellos se ocuparon de aclarar, es un lanzamiento hecho para sentarse a negociar su participación en un frente más amplio. Si hablamos del Proyecto Nacional y Popular no se puede dejar de mencionar lo sorprendente, casi una lección de consenso y buenas maneras, de la aparición en un acto porteño de los tres precandidatos del kirchnerismo. Más allá de que las malas lenguas comenten que el acto se realizó para tratar de imponer a Cabandie como vice de la fórmula que resulte ungida, la verdad es que fue una clase de civismo ver a los tres, Filmus, Boudou y Tomada compartiendo un escenario donde lo que se señaló por sobre todas las cosas es que la decisión de quien es el Candidato es de Cristina y que los que no sean elegidos acataran esa decisión sumándose a trabajar por el triunfo del kirchnerismo. Triunfo que se presiente cada vez más cerca. Sobre todo por los problemas que atraviesan al macrismo. Problemas que en una sucinta mención pasa por las dudas de Mauricio de ser candidato a Presidente o a Jefe de Gobierno, la fecha de elección y sobre todo las características de la misma. Esto es, si juntar Jefe de Gobierno y Comunas o todas juntas con la presidencial. Pero además pasa por quien es el elegido para intentar mantener la Ciudad en manos del PRO. La pelea entre Rodríguez Larreta y Michetti ya no solo es pública sino que los seguidores de esta última han amenazado con irse del PRO si el elegido es el actual Jefe de Gabinete porteño. Como se ve una semana corta pero significativa. Esta semana que viene termina con la interna, el domingo 3, del peronismo federal si es que se hace. Si se hace habrá que ver cuantos concurren a votar y sobre todo si el peronismo porteño no alineado con Duhalde no hace la picardía de votarlo a Rodríguez Saa solo por maldad. También la semana que viene se acerca la elección en Salta, una elección donde las encuestas dan ganador a alguien cercano al kirchnerismo y de segundo a alguien de la CGT también cercano a ese espacio. Pero eso es la semana que viene.