En el Día Global de Acción por la Salud de las Mujeres, a 16 años del lanzamiento de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y apenas a una semana de un nuevo Ni Una Menos, la Ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, firmó oficialmente el nuevo protocolo para la atención integral de personas gestantes que oficialmente ya pueden practicarse una Interrupción Voluntaria del Embarazo legalmente.
Por primera vez en nuestro país, la fecha que hace referencia a la Salud de las mujeres, no tuvo como protagonista el reclamo de la legalización del aborto, en cambio se celebró la oficialización del protocolo para poder aplicar la Ley Nº 27.610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que norma la obligatoriedad de brindar cobertura integral y gratuita a las personas gestantes que así lo requieran. No obstante Marta Alanís, pionera de la Campaña e integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, espacio que creó el pañuelo verde hace más de una década, estuvo presente en el acto de firma del protocolo y remarco que a pesar del avance en materia de derechos que representa la Ley promovida por el movimiento feminista históricamente, “Necesitamos mayor difusión de esta ley, necesitamos una campaña nacional para que se conozca en todo el país” y de esa forma poder aplicarla en las diversas realidades sanitarias de nuestro país, actualmente atravesado por la segunda ola de la pandemia de Covid-19.
El «Protocolo Para La Atención Integral De Las Personas Con Derecho A La Interrupción Voluntaria Del Embarazo» forma, a partir de la mañana del viernes ultimo, parte del Programa Nacional de Garantía de Calidad de la Atención Medica; lo cual le da el impulso necesario a la Ley para que pueda empezar a aplicarse en las instituciones de Salud de todo el país. El Ministerio de Salud, publicó la Guía en el Boletín Oficial, ésta se compone de dos partes: la primera que da marco legal a la resolución, especificando las condiciones para el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), para todas aquellas personas gestantes que soliciten la practica hasta la semana 14 inclusive del proceso gestacional; y para la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), la cual está permitida más allá del plazo de 14 semanas, para todas aquellas personas gestantes que se encuentran en peligro de vida o de salud de seguir con el embarazo, y para todas aquellas personas que cursan un embarazo producto de una violación. Además esa sección del Protocolo contempla y detalla el consentimiento informado necesario en cada caso; la objeción de conciencia; y la responsabilidad profesional e institucional “en base a la comprensión fundamental de que el personal de salud es responsable de asegurar y no obstruir el derecho a la IVE”.
La segunda parte corresponde a cuestiones técnicas del área de Salud necesarias para garantizar la atención integral de las personas con derecho a ILE y a la IVE. La guía incorpora “las recomendaciones internacionales” sobre los procedimientos para la interrupción legal del embarazo las cuales detallan la correcta dosis de medicamentos y aspiración manual endouterina (AMEU) y remarcan la necesidad de garantizar el rápido acceso a la atención integral “en el primer nivel de atención” sanitaria. Entre otras cosas, el Protocolo hace énfasis en que la realización de una IVE o ILE debe guiarse por el artículo 5° de la Ley, el cual indica que debe asegurarse un trato digno, privacidad, confidencialidad, autonomía de la voluntad, acceso a la información, y calidad para garantizar el tratamiento del aborto conforme a los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en el marco de los derechos humanos.
Si bien la Interrupción Voluntaria del Embarazo aún no está garantizada en todos los rincones del país, el protocolo es un gran paso para la concreción de la Ley, y que su oficialización sea en el Día Global de Acción por la Salud de las Mujeres, lleva una carga simbólica enorme para las millones de mujeres del país y del mundo, que siguen luchando cotidianamente por la erradicación de la violencia y por la igualdad de género.
