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Vigil: “Lo que no falta en Bolivia es libertad de expresión”

José Ignacio López Vigil es un hombre de la radio y la comunicación social en Latinoamérica. Es un referente de muchas generaciones y fundador de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMAR).

José Ignacio López Vigi, referente de la comunicación latinoamericana y  fundador de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMAR).

Vigil señaló que “La experiencia de las radios de los pueblos originarios fue devolverle la palabra al pueblo, democratizar la comunicación, que ha sido muchas veces un privilegio de muy pocas voces, de muy pocos empresarios. Pero para ganar credibilidad, para ganar fuerza política, tienen que ser plurales, aun tengan una línea editorial de apoyo al proceso de cambio. Obviamente, tienen que abrir los micrófonos, dar voces a quienes piensan distinto, porque si no nos volvemos sectarios, aunque sea sectarios de la mayoría”.“La fortaleza de las radios de  los pueblos indígenas es la misma fortaleza del movimiento indígena boliviano. Este país fue la vena yugular —como dice Eduardo Galeano— de la explotación de América Latina, de aquí salieron las riquezas que enriquecieron a Europa; pero, eso no hizo perder a los bolivianos su fuerza, su identidad, todo lo contrario. Creo que es una fuerza cultural, es una fuerza idiomática, es una fuerza de muchos siglos de existencia”, expresó.“Estas emisoras deben apoyar el proceso de cambio que está viviendo esta nueva Bolivia, pero eso no les puede impedir abrir los micrófonos, escuchar, debatir, ir a una cultura del debate y no a la cultura del pensamiento único que es el miedo”.El fundador de AMAR añadió que “Yo creo que las emisoras de los pueblos indígenas, las alternativas y las otras emisoras son factores dinamizadores de la economía, pero no porque le dé trabajo a cuatro changos en la radio, sino porque se vuelve un órgano de publicidad, de los productos, de las artesanías, porque la radio puede ser un convocador de inversión”.Vigia aseguró que “el límite de expresión es la libertad del otro. Si yo utilizo mi libertad de expresión para insultar al otro estoy violando el derecho de la libertad y la honra de esa otra persona, no hay libertad humana que sea incondicional, que sea omnímoda, que no tenga límites, toda libertad humana, porque los humanos somos limitados, tiene también limitaciones”. “Hay demasiada libertad de prensa, lo que no falta en Bolivia es libertad de expresión, más bien aquí hay un libertinaje de expresión porque al Presidente se le dicen ofensas gravísimas, y el tipo que las dijo sigue escribiendo y no pasó nada”.