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Violenta represión en Egipto

Las fuerzas de seguridad egipcias cumplieron sus amenazas e irrumpieron en dos plazas de El Cairo tomadas por partidarios del derrocado presidente islamista Mohamed Mursi, en una operación que dejó más de 270 de muertos y provocó la renuncia del vicepresidente.

Fuerzas de seguridad desalojaron al depuesto presidente Mursi.

El Ministerio de Sanidad confirmó 278 fallecidos y al menos 2.000 heridos en distintas provincias, mientras el gobierno provisorio dispuso el estado de emergencia por al menos un mes en todo el país. Pero los Hermanos Musulmanes afirmaron que el número de muertos superaba los 600.Los disturbios provocaron la dimisión del vice Mohamed El Baradei. «Presento mi dimisión del puesto de vicepresidente y pido a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones de pueblo», explicó El Baradei en su misiva.El gobierno provisorio egipcio llamó a los manifestantes a «dar prueba de sabiduría y poner los intereses de la patria delante de todo». El vocero del gobierno sostuvo que «el consejo de ministros está determinado a hacer frente con firmeza a los saboteadores y perseguirlos».El consejo, sostuvo el vocero, considera a los dirigentes de los Hermanos Musulmanes responsables de la «degeneración de la situación de la seguridad en el país».»El gobierno lamenta las víctimas, cualquiera sea la pertenencia, y subraya los esfuerzos de las fuerzas de seguridad por la moderación frente a los actos de violencia», agregó.El operativo se inició a primeras horas del día con un amplio despliegue de tropas policiales y militares, apoyadas por topadoras, en torno a las plazas Rabaa al Adawiya y Al Nahda, ocupadas desde hace un mes y medio por los islamistas que reclaman la liberación y restitución en el poder de Mursi, derrocado y detenido el 3 de julio por el ejército.Los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi, afirmaron que el número de muertos superaba los 600, aunque esa información no pudo confirmarse de fuente independiente. El balance de las autoridades se limitaba a siete muertos, dos de ellos de las fuerzas de seguridad.El ministerio del Interior indicó que la plaza Al Nahda estaba «bajo control» total de las fuerzas de seguridad.En Rabaa, en cambio, se seguía escuchando el ruido de las armas automáticas y los gases lacrimógenos caían a raudales sobre las tiendas de campaña, mientras los altavoces de la plaza difundían cánticos religiosos a todo volumen. Los Hermanos Musulmanes llamaron a una movilización general para frenar la «masacre».»Esto no es un intento de dispersión, sino una sangrienta tentativa de aplastar todas las voces de oposición al golpe militar que derrocó a Mursi”, escribió en Twitter el vocero de la cofradía, Gehad al Haddad.Los organizadores de las protestas «llaman a los egipcios a tomar las calles para detener la masacre», dijo el vocero.El gobierno suspendió todas las conexiones ferroviarias con El Cairo, para dificultar las movilizaciones.Los islamistas intentaban bloquear varias arterias y se señalaban enfrentamientos en diversos barrios de la capital y en otras ciudades.En la provincia de El Menia (centro), partidarios de Mursi incendiaron tres iglesias coptas, informó la agencia oficial Mena.La mezquita Al Azhar de El Cairo, principal autoridad sunita del mundo que había apoyado el derrocamiento de Mursi, se desmarcó de la sangrienta operación de desalojo de las plazas.»Al Azhar señala a los egipcios que no tenía conocimiento de los métodos utilizados para dispersar las protestas, como no sea por los medios de información», indicó el gran imán Ahmed al Tayyeb en una declaración televisiva.Partidarios y adversarios del mandatario depuesto protagonizaron el martes violentos enfrentamientos que dejaron al menos un muerto y diez heridos en El Cairo, según fuentes oficiales.La violencia ya había dejado más de 250 muertos desde finales de junio hasta antes de la represión de este miércoles.La situación en Egipto, el más poblado de los países árabes, alarma a la comunidad internacional.El jefe de la diplomacia alemana, Guido Westerwelle, llamó a «todas las fuerzas políticas» egipcias a «impedir una escalada de la violencia».Estados Unidos había pedido el martes a las autoridades egipcias que autoricen las manifestaciones de los seguidores de Mursi, por temor a un brote incontrolado de violencia.»Animamos al gobierno interino a que deje al pueblo manifestarse, es un hecho fundamental para hacer avanzar el proceso democrático», dijo la portavoz adjunta del departamento de Estado, Marie Harf.Pero apenas se conoció la situación que se está viviendo en El Cairo, Washington pidió el cese de la violencia y el levantamiento del estado de emergencia lo antes posible. «Los acontecimientos de hoy son deplorables y van en contra de las aspiraciones egipcias de paz, inclusión y democracia genuina. Los egipcios de dentro y fuera del Gobierno deben dar un paso atrás, calmar los ánimos y evitar que se pierdan más vidas», indicó el secretario de Estado, John Kerry.Estados Unidos, que otorga a Egipto unos 1.500 millones de dólares anuales de ayuda, principalmente militar, mantiene estrechas relaciones con los militares de este país, pero preconiza la convocatoria rápida de nuevas elecciones. Mursi, el primer presidente de Egipto elegido democráticamente, fue derrocado el 3 de julio por el ejército respaldado por un amplio movimiento popular. La justicia prolongó el lunes por quince días su detención, para investigar denuncias sobre su eventual colaboración con el movimiento palestino Hamas.