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Volvió el Teatro El Calibán, de Norman Briski. Los viernes: La conducta de los pájaros

"Antes de llegar al Calibán, intuíamos que no sería una noche más de teatro, teníamos excelentes referencias de la obra y muchas ganas de verla, además era nuestra primera vez en este teatro, un combo que lucía muy tentador, para arrancar el fin de semana", narra El Pensador Teatral.

Antes de llegar al Calibán, intuíamos que no sería una noche más de teatro, teníamos excelentes referencias de la obra y muchas ganas de verla, además era nuestra primera vez en este teatro, un combo que lucía muy tentador, para arrancar el fin de semana. Y ya de entrada, para quitar algo de suspenso a esta crónica, vamos a anticipar que todas nuestras expectativas quedaron modestas, ya que disfrutamos de una noche exquisita de teatro, sin dudas que La Conducta de los Pájaros, es una de esas obras, que dejan huella y vamos a recordar por mucho tiempo.

El texto que nos proponen Briski y Muleiro, tiene un alto componente político, está cargado de ideología, se genera un rico debate de ideas, apareciendo temas como la lucha de clases, el valor de las revoluciones, la autodeterminación de los pueblos, las ideas del marxismo, nacional socialismo y hasta el peronismo, por dar solo unos ejemplos de los temas que los protagonistas tratarán a lo largo de una pieza, que tiene al discurso, al pensamiento y a la exposición de ideas, unos de sus puntos centrales.

Resulta muy interesante, que para dar marco a esta discusión, la dramaturgia se vale de traer a escena a dos figuras de la historia, ambos pensadores de izquierda de principios del Siglo XX, nos referimos a Rosa de Luxemburgo, toda una referente de la social democracia alemana, teórica marxista, profundamente revolucionaria y una de las primeras cultoras del pensamiento crítico. Por el otro lado, una figura vernácula menos conocida, como Manuel Ugarte, escritor y político argentino, un socialista que con el correr de los años viró al peronismo, dueño de una visión latinoamericanista y tal vez el primero que acuñó el terminó de Patria Grande, tan seguido luego.

Para quien lo pregunta, estos dos personajes fueron contemporáneos y coincidieron dos veces en la vida, en sendos Congresos de la Internacional Socialista. Seguramente coincidieron en algún debate y poco más sabemos, pero las dramaturgia sabiamente tomó estos encuentros reales, para traerlos al escenario del Calibán. Y cómo es que llegan del pasado a este presente ???

Allí aparece el tercer personaje de la obra, nos referimos a Lítero, un joven argentino de hoy, interesado en la política, adicto a la tecnología e hiper informado: Pero sin saber que hacer con tanta información, seguramente desilusionado, por un presente carente de figuras con un pensamiento genuino relevante y sincero. Seguramente esa carencia y desesperación a la vez, lo lleva a buscar a dos pensadores históricos de relevancia, que le pueden hablar del pasado, de la historia, para de esa manera tratar de entender un presente que desilusiona y mucho.

Además gracias a recursos muy ingeniosos, que no vamos a adelantar, por el escenario desfilarán figuras como Marx, Jean Jaures, Foucault, Hitler y hasta Juan Domingo Perón, la pieza tiene una diversidad para destacar y realiza una revisión muy interesante de diferentes períodos y hechos históricos que fueran marcando épocas.

La obra tiene textos largos y complejos, la exigencia para los actores es inmensa, se nota que hay mucho estudio previo y meses de ensayo, para poder llevar adelante la composición de los personajes y resulta admirable poder ver este resultado final que es la obra que arriesga con una temática poco tratada en nuestro teatro independiente, con actuaciones estupendas del trío protagónico.

Corriendo el riesgo de ser injustos, tal vez de manera lógica por el peso histórico del personaje involucrado, la actuación que más nos conmovió fue la de Eliana Wasserman, que interpreta a Rosa de Luxemburgo. Un reto supremo, llevar adelante este protagónico y Eliana lo resuelve de manera brillante, dándole a su Rosa de Luxemburgo, cierto aire de fragilidad, de humanidad, interesada por el comportamiento de las aves, que contrasta con una potencia discursiva y de ideas que asombra. Memorable la escena de su monólogo, con un parlamento largo y encendido, para aplaudir de pie, siendo un momento teatral para el recuerdo. Para lograr semejante composición, hay meses de trabajo, para meterse en el personaje y esto se nota en la composición brillante que nos regala. Nuestras felicitaciones a Eliana por este trabajo.

Pero como dijimos antes, no seamos injustos con el resto, ya que el elenco todo, la rompe. Juan Washington Felice Astorga, a cargo Manuel Ugarte, para nada se achica con la grandeza de su compañera de ideas. La interpretación de Juan es soberbia, exponiendo sus ideas con pasión y convicción, con momentos muy lucidos, como la llegada a Cuba, sus diálogos con el General y por supuesto sus floridos intercambios de ideas con Rosa. Impresiona por su presencia y por su seguridad, ya que es otro personaje que tiene una gran exigencia y requiere mucha preparación. Es excelente la prestación de Juan, que se muestra cómodo con el papel y resuelve en gran forma el protagónico.

Y para el final dejamos a Federico Rodríguez Moreno como Lítero, el maestro de ceremonias de la obra el conductor del relato, con su tablet a cuestas, es quien marcará el ritmo de la trama. Es un personaje que genera mucha empatía, ya que tiene inquietudes que a la mayoría, nos resultan cercanas y actuales. Estupendo trabajo de Federico, con mucho carisma y la chispa necesaria, para darle dinamismo a la trama, algo que es necesario y redondea una interpretación estupenda.

El lector puede preguntarse si tanto texto y dialéctica, no hacen muy densa a la obra y esto es sin dudas algo que Norman Briski, el director también se preguntó y supo como resolver, ya que la pieza presenta una puesta que deslumbra por su creatividad y despliegue escénico. Arrancando por los dispositivos móviles en los que se desplazan los protagonistas, especies de triciclos gigantes con pedales o algo por el estilo, cuesta explicarlos con palabras y merecen verse, ya que son creaciones muy originales. Párrafo especial para Guillermo Bechthold, con influencia en este ítem y en otros importantes de la puesta. El trabajo que tiene la pieza, no es solo de los actores, hay un gran equipo que soporta lo que vemos en el escenario, arrancando por el trabajo de investigación de los autores, la dirección y todos los rubros técnicos que agregan mucho valor.

Sigamos con el diseño lumínico, que es impactante, aquí sin dudas Briski aprovecha todo el potencial que tiene el Calibán en materia de luces, para darle a la trama una belleza y una potencia que hay que destacar, ya que tampoco es algo que se ve habitualmente. El diseño de sonido es otro rubro que destaca a mucho y por último mencionar que la obra tiene música original, nada menos que de Fito Páez. La verdad quedamos impactados por la puesta, de lo mejor que vimos en años en el teatro independiente.

No queda mucho para agregar y preferimos que los espectadores se sorprendan cuando vean la obra. La Conducta de los Pájaros es una pieza potente, que expone ideas y pensamientos, de la historia y también del presente. Tal vez alguna referencia del presente, pueda llegar al espectador de diferente manera, según del lado de la grieta que se ubique, porque si amigos, la pieza al tener peso político, toma posición, de manera totalmente válida y llevará al espectador a la reflexión y sentar su propia posición de acuerdo a su pensamiento y esta gimnasia, creemos tiene mucho valor en estos tiempos.

Recomendamos fervientemente la obra, una verdadera joyita del teatro independiente, una pieza que nos invita a pensar en la historia, para intentar resolver los problemas del presente y lo hace con un texto agudo e inteligente, actuaciones conmovedoras y una puesta fantástica. Nada más para pacer, La Conducta de los Pájaros, que transita su tercera temporada en cartel, resulta una pieza indispensable, un obrón, que nos hace sentir profundamente orgullos de nuestro teatro independiente.

La Conducta de los Pájaros – Dramaturgia de Norman Briski y Vicente Muleiro. Dirección de Norman Briski. Viernes 19 hs en Teatro Calibán (México 1428).


Fuente: El Pensador Teatral