La muestra fotográfica «Abuelas de Plaza de Mayo, 33 años de luchas y logros» fue inaugurada esta tarde en Figueroa Alcorta 2977 y permanecerá abierta hasta el 7 de noviembre en horario de 8 a 20, con entrada libre y gratuita.
Durante el acto inaugural la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela De Carlotto, manifestó: “El balance de estos tres años, y en estos 80 años que cumplo hoy, es que podemos caminar con tranquilidad sabiendo que la democracia no debe terminar nunca”.
En tanto, este sábado por la Televisión Pública se emitirá a las 21 un programa especial por el 33 aniversario de la creación de las Abuelas conducido por Sebastián Wainraich y Gisela Busaniche.
Por otra parte, el lunes 25, las Abuelas serán homenajeadas por el cineasta, actor y escritor Alejandro Jodorowski, quien a las 17.30 realizará una instalación artística en el predio de la ex ESMA, al lado de lo que será la «Casa de las Abuelas», en Comodoro Rivadavia 1273.
Según se informó, la obra consistirá en una serie de bloques intervenidos artística y creativamente -uno por cada uno de los nietos recuperados que participen del acto- sobre los cuales los familiares de las víctimas colocarán objetos que evoquen la memoria de sus seres queridos.
Al finalizar, los participantes realizarán una suelta de palomas, simbolizando y representando la búsqueda de la paz mundial en lo que el artista ha dado en llamar en los últimos años una «Psicomagia Social”.
Desde 2004, por resolución del Congreso Nacional, se fijó el 22 de octubre como el Día Nacional del Derecho a la Identidad.
Las historia de Abuelas de Plaza de Mayo
El golpe del 24 de marzo de 1976 estableció un régimen terrorista que tuvo como eje la desaparición forzada de los opositores y en ese escenario un grupo de madres y familiares de desaparecidos iniciaron, a propuesta de Azucena Villaflor -quien luego fuera desaparecida y asesinada-, un movimiento de resistencia no violento.
El 30 de abril de 1977 comenzaron a marchar cada jueves alrededor de la Pirámide de Mayo. Ese grupo recibió el nombre de Madres de Plaza de Mayo.
Pero un 15 de mayo, María Eugenia Casinelli y otras once abuelas firmaban un hábeas corpus colectivo, dirigida a la justicia de Morón, en el que hacían saber la existencia de bebés desaparecidos y solicitaban que se suspendiesen todas las adopciones.
La carta es considerada documento histórico y antecedente inmediato de la constitución de las Abuelas de Plaza de Mayo a fines de ese año.
Un fragmento de esa carta dice: «() los bebés de nuestros hijos desaparecidos o muertos en estos últimos dos años. Algunas de estas criaturas han nacido de sus madres en cautiverio. Otra fue sacada de su hogar, que fue destruido. Hasta ahora todos nuestros esfuerzos han sido vanos. Las criaturas no han sido reintegradas a sus hogares, a sus familias. No sabemos ya qué hacer…».
En septiembre Alicia Zubasnabar de De la Cuadra, «Licha», comenzó a asistir junto con su esposo y Hebe de Bonafini a las rondas de las Madres de Plaza de Mayo, buscando a un hijo, una hija embarazada, su nuera y su yerno; al mismo tiempo, otra madre-abuela, María Isabel Chorobik de Mariani, «Chicha», había comenzado a buscar a otras madres de desaparecidos que, como ella, tuvieran también nietos desaparecidos.
Así surgió «Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos», pero fueron creciendo y la gente empezó a conocerlas y a llamarlas las «Abuelas de Plaza de Mayo».
Las fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo fueron doce madres-abuelas de desaparecidos: Mirta Acuña de Baravalle, Beatriz H. C. Aicardi de Neuhaus, María Eugenia Casinelli de García Irureta Goyena, Eva Márquez de Castillo Barrios, María Isabel Chorobik de Mariani, Celia Giovanola de Califano, Clara Jurado, Leontina Puebla de Pérez, Raquel Radio de Marizcurrena, Vilma Delinda Sesarego de Gutiérrez, Haydee Vallino de Lemos y Alicia Zubasnabar de De la Cuadra.
El 19 de marzo de 1980, aún en dictadura, las Abuelas localizaron dos nietas, las primeras en ser recuperadas directamente por ellas, Tatiana Ruarte Britos y su hermana Laura Jotar Britos, quienes habían quedado abandonadas en una plaza del Gran Buenos Aires luego de que su madre fuera secuestrada-desaparecida, y terminaron siendo adoptadas legítimamente por el matrimonio Sfiligoy, quienes jugaron un papel muy importante en la recuperación de la identidad de la niñas.
En 1984 las Abuelas lograron la restitución de Paula Eva Logares, la primera nieta con quien la Justicia aceptó la validez de la prueba de filiación establecida por medio del índice de abuelidad determinado con los nuevos análisis genéticos descubiertos a requerimiento de la asociación.
En 1987 se logró la primera restitución de una niña nacida en cautiverio, Elena Gallinari Abinet, quien había sido inscripta falsamente como propia por un subcomisario de la policía bonaerense y que era en realidad hija de María Leonor Abinet, detenida-desaparecida el 16 de septiembre de 1976, cuando tenía siete meses de embarazo.
En 1989 las Abuelas tuvieron éxito en probar judicialmente que la adopción de Ximena Vicario se había realizado de manera gravemente irregular, logrando que se anulara una adopción plena por primera vez en la historia de la justicia argentina.
En 1997 Abuelas inició una causa penal sosteniendo que el robo de bebés era parte de un plan sistemático impulsado desde el más alto nivel del Estado durante la dictadura, este es uno de los juicios más importantes referidos a violaciones de derechos humanos en la Argentina durante la dictadura y en él se investiga la apropiación de 194 niños.
En 1998, el subcomisiario Samuel Miara fue condenado a doce años de prisión por la apropiación ilegal de los mellizos Gonzalo y Matías Reggiardo Tolosa, hijos de Juan Reggiardo y María Rosa Tolosa, desaparecidos en 1977, uno de los casos más dramáticos.
Ese mismo año las Abuelas de Plaza de Mayo propusieron incorporar a la Convención sobre los Derechos del Niño el derecho a la identidad que fue incluido en los artículos 7 y 8.
Con el fin de localizar los niños desaparecidos, hoy las Abuelas trabajan en cuatro niveles: reclamos y propuestas ante los organismos gubernamentales nacionales e internacionales; denuncias y presentaciones ante la Justicia; acciones destinadas a involucrar a la sociedad e investigaciones propias.