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Entre Ríos

Alertan epidemia de sífilis en Gualeguaychú por falta de utilización de preservativos

Pese a las tareas de concientización, la ciudad mantiene altas tasas de contagio de esta enfermedad en las últimas dos décadas, afectando principalmente a jóvenes de entre 20 y 30 años. Otra preocupación es el VIH que ronda los 12 casos nuevos por año.

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual cuyas llagas se pueden encontrar en el pene, la vagina, el ano, el recto o los labios y la boca e, incluso, puede propagarse de una madre infectada a su bebé en gestación. La afección puede tener complicaciones muy graves cuando se deja sin tratar, pero es fácil de curar con el tratamiento adecuado.

Si bien hace aproximadamente 20 años que el Estado y organizaciones intermedias trabajan en la concientización de la prevención de enfermedades sexuales, datos oficiales de la ciudad de Gualeguaychú, en Entre Ríos, dan cuenta de un alto índice de casos de contagio de sífilis.

En diálogo con el diario El Día, el médico infectólogo, Ignacio Bourlot, responsable del Consultorio Amarillo del hospital Centenario local ,  aseguró que Gualeguaychú “hay una epidemia de sífilis” y precisó que entre las razones se cuenta que “no se usa el preservativo, hay múltiples parejas bisexuales. O se utilizan los preservativos en relaciones vaginales como un método  anticonceptivos para evitar embarazos y no se usa en el sexo anal y sobre todo en el sexo oral.  El sexo oral tiene baja tasa de transmisión de VIH pero altísima de enfermedades venéreas”, alertó.

El especialista consideró que estos números hablan de alguna manera de un fracaso en las campañas de concientización: “en 20 años de prevención seguimos teniendo las mismas tasas de VIH, y sífilis como nunca. Entonces, creo que hemos hecho bien en haber insistido, en hablar; pero no alcanzó. Podría haber sido peor, pero no estamos bien”, opinó.

Para Bourlot, por un lado, el problema no es que las personas no saben usar preservativo, sino que “no lo hacen cuando viven condiciones de éxtasis y drogas, alcohol, de fiesta”. Por otra parte, considera que aún hay algunas barreras de prejuicios que deben sortearse en la sociedad. En este sentido, el infectólogo dijo que mientras que hoy la edad de iniciación sexual en las mujeres son los 13 o 14 años, “les entrego folletos a los docentes para que lleven a sus alumnos de 15, 16 y 17 años, pero todavía tienen que pedir permiso para hablar de estas cosas, corriendo el riesgo de que un padre haga problema porque le dieron un preservativo a su hijo”.

En cuanto a los infectados, señaló que se contagian tanto hombres como mujeres, aunque las mujeres en general son blanco de sífilis secundaria. “El hombre, con la lesión primaria en el pene que ve, consulta. La mujer tiene una lesión intravaginal que no ve, no le duele, se cura en 14 días y pasa de estadío a un secundarismo. Cuando llegan al consultorio, el resultado es positivo con un valor muy alto”, contó.

Finalmente, las edades más afectadas por la sífilis, Bourlot indicó que se da especialmente en la población joven, adultos jóvenes de entre 20 y 30 años.

 

Otra preocupación: VIH

La estadística anual del Consultorio Amarillo respecto a los casos de VIH en Gualeguaychú, es de 12 casos nuevos por año.

En este marco, el médico informó que en el transcurso de este año se han detectado ocho nuevos diagnósticos de la enfermedad. Sin embargo, aclaró que “hay que tener en cuenta que dos de cada tres personas desconocen su diagnóstico, por lo que habría que suponer que hay 21 casos supuestos en el Departamento”.

En cuanto a la cantidad de infectados, Bourlot precisó que “antes era más frecuente en hombres; ahora las mujeres van ascendiendo como grupo de riesgo”.

 

Propuesta: aumentar el testeo

“Yo creo que la piedra angular para cambiar esos dos tercios de gente que no sabe que está infectado, es aumentar el testeo”, dijo el entrerriano. En este sentido, recordó que la mujer durante el embarazo tiene que hacer obligatoriamente un test de HIV, pero para el resto de las disciplinas no hay ninguna ley que diga que el profesional debe ofrecerle a la persona el test de VIH ante cualquier intervención.

“Entre un 60 y un 70 % de resistencia en los profesionales a pedir el VIH y un 95 % de aceptación de los pacientes si se lo pidieran los médicos”, dijo Bourlot en base a un estudio estadístico, lo que indicaría que hay más resistencia de los médicos, que de la gente a hacerse el test de VIH. “Tengo paciente de 70 años que les digo: Vamos a hacer un VIH para  controlar y me dicen: Sí, yo hace rato que me lo quería hacer y nunca nadie me lo pidió”, explicó el médico afirmando su teoría.

Para el especialista, el problema es que de esta manera se llega a diagnósticos muy tardíos. “El año pasado tuvimos cinco pacientes  que se murieron con un diagnóstico descubierto muy tarde. Si se hubieran diagnosticado a tiempo, hubieran podido vivir perfectamente con la enfermedad”, se lamentó.