La reurbanización que lleva adelante el Gobierno porteño en el barrio Padre Carlos Mugica, conocido como Villa 31 de Retiro, tuvo “una creciente inversión” desde su inicio en 2016 hasta 2019, tras lo cual la asignación presupuestaria cayó “exponencialmente”, según un informe difundido por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).
El documento sostiene que el descenso de los montos ocurrió “cuando aún se encontraba pendiente la realización de gran parte de las conexiones domiciliarias a los servicios públicos y había gran cantidad de obras sin ejecutarse, sobre todo en las manzanas del barrio histórico”.
Precisa que entre 2016 y 2018 el presupuesto porteño destinado a villas creció de manera constante y “los montos efectivamente devengados presentaron un pico en 2019”, sin embargo agrega que “desde 2020 la asignación presupuestaria descendió sustancialmente”.
“El presupuesto para 2020 descendió por debajo del sancionado para 2017, pasando de $8.059.608.883 a $7.318.766.462”, detalla y señala que “desde el comienzo de la reurbanización del barrio Mugica, en el año 2016, hasta el tercer trimestre de 2021, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha destinado un total de $36.630.619.985 a esa labor”.
La reurbanización del asentamiento localizado en Retiro fue tras un proceso de lucha de organizaciones sociales y habitantes del barrio, que incluyó desde movilizaciones hasta recursos judiciales, que llevaron a la sanción de una ley en 2009, la 3.343, que dispuso las obras.
“Luego de años de omisión, recién en diciembre de 2015, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció la integración social y urbana del barrio y comenzó a implementarla en 2016”, indica el informe de ACIJ destinado a “analizar los avances del proceso”.
Para ello, consultaron distintas fuentes de información oficial, como BA Data, los sitios web BA Obras y Caminos de la Villa; así como trabajaron sobre las respuestas obtenidas a los pedidos de información presentados ante la gestión local y también realizaron encuestas a residentes del barrio para relevar sus percepciones con respecto a las obras realizadas
De las personas relevadas -un 62% fueron mujeres, 34% varones y 4% identificadas con otro género- un 49% declaró que la reurbanización era “necesaria y prioritaria”; en tanto que un 86% dijo no haber sido beneficiado con “obras como una vivienda nueva o con algún mejoramiento en las existentes”.
“La percepción con respecto a los efectos que produjeron las obras de vivienda sobre su calidad de vida resulta alarmante: el 55% de quienes sí accedieron a una vivienda nueva consideraron que la calidad del inmueble es igual o peor que la de su vivienda anterior”, resalta.
Y respecto a quienes accedieron al mejoramiento de su vivienda, el 57% declaró que mejoró la calidad de la misma, mientras que el 43% sostuvo que su situación permanece igual o empeoró luego de la intervención estatal.