Ciudad

En busca de una ley que suene bien

Músicos independientes y dueños de locales, juntos para lograr la reglamentación de una ley vital para su subsistencia. Hoy vuelven a movilizarse a la Jefatura de Gobierno y al Ministerio de Cultura de la Ciudad.

Ya hace un año y seis meses que el Gobierno porteño debe reglamentar una ley fundamental para la actividad cultural de la Ciudad.

De esta ley  depende la existencia de más de 40 locales de música y de cientos de artistas. Una ley para la que hay un presupuesto votado y asignado, pero que, según demuestran los hechos, no fue prioritaria ni para el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, más preocupado por la organización de eventos de alto impacto que generen flashes en los medios, ni para Mauricio Macri, quien antes de ser Jefe de Gobierno solía presentarse ante intelectuales y referentes del mundo artístico diciendo: “Yo soy ingeniero, no sé nada de cultura”, lo cual es evidente. La norma, denominada Régimen de Concertación para la Actividad Musical, contempla el otorgamiento de exenciones impositivas, créditos y subsidios para los locales de música con capacidad de hasta 300 espectadores y para los músicos independientes. Para este fin, se asignó un presupuesto de 2 millones de pesos, que no fueron ejecutados en 2009. Cuando se negoció el Presupuesto 2010, la partida trepó a 3,5 millones, pero, aunque se trata de un mínimo porcentaje (el Presupuesto 2010 asciende a 17 mil millones), tampoco se ejecutó, por la falta de reglamentación de la ley. El problema, el mismo: la falta de reglamentación de la ley. Por tal motivo los músicos se autoconvocaron a una marcha y  junto con la cámara que aglutina a los clubes de música  fueron a expresar su protestar frente al Ministerio de Cultura hace dos lunes. Sin obtener respuesta del Ejecutivo, regresaron el lunes pasado y hoy lo harán nuevamente. Y prometen hacerlo todos los lunes hasta conseguir lo que les corresponde por ley.y  cada vez son más. Quieren hacer “ruido, mucho ruido y música”Y seguir creciendo en convocatoria. La denuncia tiene fuerza. Frente al Ministerio de Cultura porteño suenan instrumentos y músicos de diferentes géneros y estilos se entremezclan: el maestro Leopoldo Federico (presidente de AADI), Teresa Parodi, Liliana Herrero (que arremete con un encendido discurso), Lidia Borda, Diego Frenkel, Cristian Aldana, Guillermo Fernández, Alfredo Piro, Dolores Solá, y muchos más. Cristian Aldana, cantante de El Otro Yo y presidente de la Unión de Músicos Independientes (UMI), expresa que “En el Gobierno de la Ciudad nadie da una respuesta clara de por qué la ley no está reglamentada. Por eso le mandamos una carta documento a Macri, intimándolo para que en el plazo de diez días cumpla con lo que debe”. Por su parte, Hernán Greco, uno de los dueños del Torquato Tasso y titular de la Cámara de Espacios de Música en Vivo (Camuvi) señaló que el reclamo cuenta con el apoyo del Consejo Federal de la Música, entidad que su asociación integra junto a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI), Argentores, la Cámara Argentina de Productores e Industriales de Fono-Videogramas (Capif) y la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aaadet). En la movida también están la Sociedad Argentina de Músicos (Sadem) y la Federación Argentina de Músicos Independientes (Fa-Mi). Son muchas entidades disgustadas por la falta de explicaciones del Gobierno de la Ciudad.Según explica  la legisladora porteña Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica), después de la tragedia de Cromañón, se aprobaron normas para tratar de regular con más precisión el circuito. Esto trajo aparejado una serie de  requisitos engorrosos y caros “que los clubes no pueden pagar sin algún tipo de ayuda estatal”. Por tal motivo, de los 40  clubes de música registrados, hasta ahora sólo uno, el Music Pub, ubicado en Virrey Avilés 2903, logró llegar hasta el final del trámite. La mayoría funciona con una habitación provisoria contemplada en un decreto de necesidad y urgencia dictado por el Ejecutivo porteño, que caduca a fin de este año. “Nos preocupa la falta de interés de Lombardi en reglamentar en el tema, y además, que se haya desatado una caza de brujas después del derrumbe de Beara”, expresa Sánchez Andía.  La diputada presentó un proyecto de ley para extender por un año y medio las licencias provisorias, a la espera de que en ese lapso el Gobierno porteño reglamente la Ley de Concertación Musical. Más allá de esta iniciativa, todos los involucrados en el problema remarcan que la causa del reclamo central es, precisamente, la mora gubernamental. “No podemos seguir esperando mientras los locales cierran sus puertas”, señala Federico Moya, titular del Tasso.   En la Legislatura porteña, el diputado Julio Raffo (Proyecto Sur) presentó un proyecto de ley para obligar a Macri a reglamentar la Ley 3.022 en 60 días. La iniciativa le da al Gobierno porteño, además, un plazo de 30 días para poner en marcha la autoridad de aplicación que deberá otorgar los subsidios y créditos a los músicos independientes y a los clubes de música. La propuesta obtuvo el 16 de junio pasado el dictamen favorable de la comisión de Cultura. Tres legisladores del PRO acompañaron la iniciativa: Avelino Tamargo, Carmen Polledo y Patricio Di Stefano. Sólo el diputado Alejandro García pidió el archivo del expediente.A pesar de que se realizó una primera reunión entre los representantes de los diferentes sectores de la actividad musical y el ministro Lombardi, luego de la cual el titular de la cartera anunció públicamente su compromiso para solucionar el problema. Sin embargo, los músicos y dueños de locales se mostraron desconfiados y volvieron a convocar a una nueva marcha para hoy lunes 4 de octubre, a las 13, con el objetivo de seguir presionando por la demorada aplicación de la ley.“Seguramente nos van a prometer la pronta reglamentación, pero con eso no basta, porque ya lo hicieron en otra oportunidad y seguimos en veremos”, disparaba Greco, horas antes de la reunión con Lombardi. Sus palabras concordaban con las de Boris: “Si no la reglamentaron en un año y medio, con una promesa no alcanza”. Y todos se juramentaban: “A menos que nos den ya la ley reglamentada, nos van a tener de nuevo en la puerta el lunes que viene”.