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Castro tildó de colonialista al gobernador que va a Malvinas

La embajadora en Gran Bretaña, Alicia Castro, escribió una columna de opinión que publica hoy el diario local "The Guardian", bajo el título "Your man in the Malvinas", en la que relaciona la designación del nuevo gobernador en las islas con el grado de colonialismo imperante en el Foreign Office.

La embajada de la República Argentina en Londres compartió, a través de un comunicado, el artículo que publica hoy en el diario británico The Guardian la jefa de la representación diplomática en Londres, Alicia Castro, titulada «Your man in The Malvinas».        Textualmente dice: «La designación por parte del Reino Unido de Colin Roberts como «Gobernador» de las Islas Malvinas revela el grado de colonialismo presente en la política del gobierno británico. El gobierno del Reino Unido ha designado como nuevo «Gobernador» de las Islas Malvinas a Colin Roberts, quien se desempeñó como director de Territorios de Ultramar en el Foreign Office (FCO).   Como sabemos, las Islas Malvinas, desde su usurpación en 1833, son un territorio bajo disputa de soberanía, un caso pendiente de descolonización, y, por lo tanto, este nombramiento constituye un nuevo acto unilateral del Reino Unido en abierta violación a la obligación que le impone el derecho internacional de resolver la disputa por vía de la negociación diplomática con Argentina.   Conocí a Colin Roberts en las oficinas del FCO y no tengo un recuerdo grato. El trato que me dispensó, siendo embajadora de mi país, era el del delegado del Imperio sermoneando a sus súbditos, lo cual, de no haber sido ofensivo, hubiese sido simplemente ridículo.   Pero ni la violación de las normas del Derecho Internacional ni la arrogancia imperial son una novedad.   Lo que sí resulta llamativo es que el Reino Unido, que se niega a resolver la disputa y pretende justificar la continuidad de la usurpación de las Islas en la supuesta aplicación del derecho de libre determinación de los pueblos a los actuales habitantes británicos, elija, precisamente, a Colin Roberts para «gobernar» sus destinos.   El derecho a la libre determinación de los pueblos no es aplicable a cualquier comunidad humana, sino sólo a los «pueblos». En el caso de los actuales habitantes de las Malvinas, no estamos en presencia de un pueblo “separado”y menos aún víctima del colonialismo. Los residentes británicos no tienen el derecho de resolver la disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido: nadie duda que ellos son británicos, y que pueden continuar siéndolo, pero el territorio en el que habitan no lo es. Pertenece a la Argentina.   A quienes, en cambio, se los privó del ejercicio del derecho a la libre determinación es a los habitantes nativos de la Isla Diego García en el archipiélago de Chagos, en el Océano Indico. Más de dos mil isleños fueron expulsados a fines de los años 60 por el Reino Unido para instalar una base militar de Estados Unidos. Desde entonces, los chagosianos, que viven en la pobreza y dispersados en distintas partes del mundo, reclaman su derecho a regresar a su territorio y a sus hogares.   A través de cables de la embajada de Estados Unidos en Londres filtrados por Wikileaks, que fueron reproducidos por The Guardian en 2010, hemos podido conocer que el entonces director de Territorios de Ultramar del FCO, Colin Roberts, insistió ante el consejero político estadounidense en que “la creación de una reserva marina echaría por tierra, en efecto, toda reivindicación de restablecimiento de los antiguos residentes del archipiélago”, impidiendo así que los chagosianos, pescadores, regresaran a su isla.   «No habrá huellas humanas o Man Fridays (sic) en las islas deshabitadas», afirmó Roberts, según los diplomáticos estadounidenses. Usó para los chagosianos el apelativo «Man Friday», que es el nombre peyorativo del sirviente aborigen de Robison Crusoe. Respondiendo a la inquietud del diplomático estadounidense, quien le advirtió que los que abogan por la reinstalación de los chagosianos en su isla continuarían vigorosamente dando prensa a su caso, Roberts intentó disipar toda preocupación asegurando textualmente que «el lobby ambiental es mucho más poderoso que los abogados chagosianos».   Es el mismo Colin Roberts que ahora está yendo a las Malvinas. El que se refiere a los nativos de la Isla de Chagos como sirvientes y fabula una estrategia para abolir su modo de subsistencia -la pesca- para que nunca más puedan regresar a su Isla. El que ahora va, enviado por el Gobierno británico a encabezar una pequeña población de quienes pretenden -a través de una votación de 1513 votos- imponerse por la fuerza de sus deseos y la ambición de la exclusividad de sus negocios, contra la opinión de cientos de millones de personas del mundo entero que reclaman, a través de numerosas Resoluciones de Naciones Unidas, un diálogo entre Argentina y el Reino Unido.   Esta historia actual tiene todos los ingredientes de los relatos coloniales del siglo XIX: violencia, discriminación racial, dobles estándares, arrogancia, manipulación, cinismo y engaños.   El siglo XXI reclama, juntamente con el fin de este enclave colonial británico en el Atlántico Sur, una política de diálogo y respeto entre pueblos y Naciones dentro de un orden multipolar que contribuya a la paz universal».

Fuente: Sala de Prensa