Sociedad

Caso Belsunce

Declaró la masajista y complicó la coartada familiar

Sobre la voz femenina que aparece en la grabación del llamado la mujer dijo. "Esa voz no es mía, yo no tuteo". Además acusó a la familia: "Yo reaccioné, ellos no reaccionaron", afirmó Beatriz Michelini y contó que al día siguiente, cuando al velatorio de María Marta, se sorprendió al verla en la cama y no en un cajón.

La masajista Beatriz Michelini, acusada de encubrir el crimen de María Marta García Belsunce, complicó hoy la situación de la familia de la víctima al negar que sea suya la voz de mujer que se escucha de fondo cuando el viudo Carlos Carrascosa pidió una ambulancia para su esposa.

Además manifestó ante el Tribunal Oral Criminal 1 de San Isidro que ella actuó de «buena fe», que se sintió «completamente engañada» y que «abusaron de su honestidad». De esta manera, la declaración de Michelini (53) cumplió la expectativa que había en torno a su testimonio, al punto de que con sus dichos los fiscales volvieron a ampliar la acusación contra el imputado Guillermo Bártoli y solicitaron que sea juzgado como partícipe del homicidio calificado, aunque el planteo volvió a ser rechazado.

Además, desde el penal de Campana donde cumple condena de prisión perpetua como coautor del asesinato de su mujer, el viudo Carlos Carrascosa afirmó que Michelini mintió.

La masajista comenzó a declarar a las 10.15 ante una sala con más concurrencia que el primer día del debate, con 60 personas sentadas y una decena de pie. Sus abogados, Roberto Ribas y Eduardo Ludueña, le exhibieron con un proyector el video con subtítulos de la grabación tomada cuando Carrascosa llamó a OSDE para pedir una ambulancia para su esposa, en la que se escucha de fondo a Bártoli y una mujer no identificada decir «tenela», «tocala», «cerrá la puerta», «sí, está muerta» y «dale” vamo…», en referencia a la víctima.

«Esa voz no es mía, yo no tuteo», dijo rotundamente la masajista sobre el audio registrado a las 19.07 del 27 de octubre de 2002.

Asimismo Michelini admitió que ella limpió la escena donde fue encontrada la víctima, pero aclaró que nadie la obligó a hacerlo y que obviamente no sospechó que se trataba de un crimen.

«Yo limpié, nadie me obligó», expresó Michelini, y complicó a uno de los testigos de la causa, Santiago Biasi, al recordar que el primero en hablar de limpieza fue «el médico de la segunda ambulancia» que llegó a la casa.

«Bajó las escaleras, dio el pésame y pidió que subiéramos a limpiar para que no se impresione la familia», afirmó, aunque aclaró que nadie lo ordenó de forma imperativa.

«(Guillermo) Bártoli me dice `vamos Bety`, me dan un lampazo y le paso a la bañera. También usé un trapito verde, no usé lavandina y la alfombrita la metí dentro del tarro de basura», detalló.

Del médico Gauvry Gordon, también imputado en este juicio, dijo que al llegar al baño le pidió que sacara el tapón de la bañera, donde había agua con sangre y le dio guantes descartables.

También recordó que había agua ensangrentada en el piso del baño y que limpió «un coágulo de sangre» junto al inodoro.

Al inicio de su declaración de tres horas y media, la masajista relató cómo fue su llegada al country Carmel de Pilar.

A la imputada le exhibieran fotos tomadas por las cámaras del ingreso al country, y reconoció su auto y su llegada a las 18.57.48, allí se la vio pasar a las 18.58.58, pero aclaró que como nadie contestaba en la casa de los Carrascosa, la hicieron esperar «entre diez y quince minutos» en el estacionamiento y que tardó otros «cinco o seis minutos» en llegar a la casa.

Quebrada en llanto al punto de que a veces no se entendía lo que decía y la presidenta del tribunal, María Elena Márquez, debía tranquilizarla, Michelini contó que al estacionar en lo de María Marta y empezar a bajar su equipamiento, Carrascosa se asomó por la ventana del vestidor del primer piso y le dijo: «Beatriz, no bajes las cosas que María Marta tuvo un accidente».

«Carrascosa me dijo que se golpeó en la bañera. Nunca se me ocurrió pensar otra cosa, jamás», expresó la acusada, quien recordó llorando el momento en que vio a la víctima en el piso con la mitad del cuerpo de la cabeza en la habitación y la otra mitad de las piernas en el baño y con «espuma en la boca».

Michelini recreó ante los jueces cómo estaba ubicada la víctima, se colocó en el suelo e hizo las posiciones que recordaba. También contó que Carrascosa estaba junto a su esposa «tirado en el piso» y que «le acariciaba el pelito».  Mientras lloraba, Michelini dijo que intentó reanimar a María Marta, quien tenía «un burbujeo con sabor metálico».

«Busqué pulso pero no tenía», expresó la mujer, tras lo cual le pidió a Carrascosa que «llame a alguien, a un médico, a Bártoli».

Ante la pregunta de la fiscalía sobre si escuchó a Carrascosa llamar a OSDE, Michelini respondió: «no», al igual que cada vez que la fiscal Zyseskind la interrogó si ella había pronunciado alguna de las frases que se escuchan en la grabación de fondo.

«A esa hora yo no estaba ahí», dijo cuando su abogado Ribas le dijo que la grabación del pedido de la ambulancia fue a las 19.07.

Michelini dijo que primero llegó Bártoli y luego Irene, aunque no pudo precisar cuánto tiempo pasó entre que llegó uno y otro.

«Yo reaccioné, ellos no reaccionaron», afirmó. La masajista dijo que al día siguiente, cuando fue con su hija al velatorio de María Marta, se sorprendió al verla en la cama y no en un cajón y que se impresionó tanto que a los 10 minutos se fue.

Michelini aseguró que ella «quería a María Marta», que «jamás» pensó que podía ser acusada y que cuando salió a la luz que se había tratado de un crimen, Bártoli le ofreció un abogado.

«Actué de buena fe. Me da mucha vergüenza estar acá. Me sentí completamente engañada. Abusaron de mi honestidad. Soy una idiota por haber hecho todo lo que hice», expresó.