La Procuraduría contra la Violencia Institucional (Procuvin) denunció maltratos y torturas a Cristian Pereyra, un joven de 25 años que estaba preso en la Unidad 6 de Rawson, y el pasado 22 de diciembre apareció muerto en una sala de internación del servicio médico del penal.
Pereyra tenía una condena de nueve años y seis meses de prisión por un robo a mano armada, y ya había cumplido parte de la pena en las cárceles de Ezeiza y Devoto en Buenos Aires.
Según información suministrada a la prensa, fueron los propios miembros del organismo nacional quienes vieron que el hombre se encontraba en un mal estado dentro de la unidad penitenciaria de Chubut e iniciaron las denuncias antes de que falleciera.
Pereyra había sido entrevistado por el coordinador del Área de Encierro, Roberto Cipriano García, junto a la abogada Ana Laura López durante una inspección al penal. El día que fue entrevistado por el personal de la Procuraduría, Pereyra tenía marcas de golpes en la cabeza, varias escoriaciones y moretones por todo el cuerpo, además de un corte en el brazo, según destacaron las fuentes del Ministerio Fiscal.
“Lo vieron en muy mal estado físico y psíquico, muy sucio y con quemaduras”, relató Abel Córdoba, titular de la Procuvin, acerca de ese día, que además era el cumpleaños del joven y se encontraba solo.
“El día anterior, el cuerpo de requisa de la Unidad lo había encerrado en su celda tras golpearlo fuertemente”, informó Córdoba. “Al ser encerrado creció su temor a volver a ser agredido y reclamó que lo cambien de pabellón, y no tuvo respuesta, siguió reclamando y para tener la atención penitenciaria, prendió fuego en su celda. Ahí reaparecieron los agentes del SPF. Lo sacaron de la celda, lo golpearon y le inyectaron gas pimienta en los ojos y en la boca. En esas condiciones, lo encerraron en un buzón de castigo”, denunció el titular de la Procuvin.
Por otra parte, relevaron que el penal de Rawson le sspendió a Pereyra un tratamiento psiquiátrico, que sin embargo sí recibía en las cárceles de Ezeiza y Devoto.
Ante esta situación, la Procuvin promovió la presentación de un habeas corpus, pero los tiempos judiciales fueron lentos: unos días después, Pereyra fue hallado muerto en el penal y la versión oficial hablado de un suicidio.
En tanto, la conclusión de la autopsia dice que su muerte se produjo por una asfixia mecánica por comprensión extrínseca a nivel del cuello, por lo que se abrió una investigación que está en curso.