Una medianera se derrumbó en Aguilar 2800, cuando la dueña de casa estaba en el primer piso.
La mujer, que es no vidente e insulinodependiente, explicó que «hace meses» que habló con el arquitecto de la obra en construcción vecina, porque «había rajaduras y se me rompieron los vidrios».
Marta, de 76 años, se mostró desesperada porque vive sola y no tiene familiares. Como consecuencia este derrumbe le trae complejos trastornos para su vida cotidiana.
«No sé qué voy a hacer, soy no vidente», contó la mujer, mientras en su vivienda trabajaba personal de la Guardia de Auxilio del gobierno porteño levantando escombros.