En la localidad de Cárcano un grupo de familias de origen boliviano eran explotadas para el cultivo de verduras.
Según el informe de las autoridades en esa población rural del Departamento Unión, a 170 kilómetros al sudeste de la capital provincial, entre cuatro y seis familias, con varios niños, «fueron halladas viviendo en casillas levantadas con chapas y restos de silo-bolsa, sin luz eléctrica, baño ni agua corriente».
«El piso es de tierra y cocinan con leña y carbón, en ollas a pocos centímetros del suelo. Grandes y chicos duermen sobre camas improvisadas, todo en un marco general de indigencia», agregaron.
La empleadora de las familias «es una mujer, quien también sería oriunda de Bolivia y que fue llamada a comparecer en una audiencia por la situación de estas personas».
Por su parte el delegado de Uatre, Jorge Vázquez, afirmó que «al parecer estas familias trabajan sin descanso semanal y cobrando a porcentaje por la verdura producida, promediando en algunos casos unos 1.200 pesos semanales de ganancia».
«En esas condiciones pueden llegar a derretirse ahí adentro. No tienen agua ni luz. Viven en un lugar que es un desastre», remarcó el dirigente gremial.