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La deuda pública de España se acerca al 100% del producto bruto

España se ilusiona con dejar atrás los últimos seis años de retroceso a partir del repunte registrado en determinados indicadores, mientras que la deuda pública sigue creciendo y toca el 97% del PBI, hipotecando el crecimiento del futuro.

Esta semana se difundieron los datos a marzo de la deuda de todas las administraciones pública españolas, central y autonómicas, los que muestran que ha alcanzado un total de 990.466 millones de euros, equivalente al 96,7% del PIB, tras haber aumentado un 0,25% con relación al mes de febrero pasado. La estadística elaborada por el Banco de España indica, asimismo, que el aumento de la deuda pública es regular y constante, ya que el año pasado había cerrado en un 93,9% del PIB, lo que muestra que en el primer trimestre de 2014 ha trepado casi tres puntos. Para finales de este año, se estima, siempre según los datos oficiales, que la deuda podría situarse en el 99% del PIB, lo que supondría un incremento de más de 2 puntos porcentuales respecto a la cifra de marzo. Sin embargo, el Gobierno del presidente Mariano Rajoy interpreta que este aumento de 2.500 millones de euros de la deuda registrado en marzo no está fuera de lo previsto y destaca que los intereses que paga España por la emisión de deuda es decreciente. Esta semana, los mercados recibieron muy bien los nuevos bonos de la deuda pública española indexados a la inflación, emitidos por el Gobierno para atraer mayores inversiones por un monto de 5.000 millones de euros. Para el oficialismo y el mundo empresario, la economía se está recuperando ya que en el primer trimestre ha mostrado un avance del PIB del 0,4%, el más elevado desde 2008, basado en el impulso del comercio exterior y de la demanda interna. La previsión del Gobierno, coincidente con la de la Comisión Europea (CE), es que la economía va a crecer en 2014 entre el 1% y el 1,1%, con un leve incremento del empleo, que aumenta a un ritmo superior en lo que son contratos precarios y a tiempo parcial, según los estudios del Banco de España. En cualquier caso, se trata de cifras muy modestas cuyo realce es mayor por el contraste con la mayor parte de los países de la Eurozona que, según se conoció esta semana en Bruselas, experimentan estancamiento (Francia) o caídas del PIB (Italia, Portugal, Grecia), con la excepción de Alemania. Aún así, España está en peores condiciones globales que Francia, con un nivel de deuda de empresas y familias superior al de su vecino del norte, y con una situación del crédito muy inferior ya que mientras los bancos franceses han estabilizado el otorgamiento de préstamos, los españoles siguen en terreno negativo. España, además, tiene seis millones de desocupados, el 26% de la población activa, frente a una tasa francesa que es la mitad, y con un grado de protección de los desempleados muy inferior: 800.000 hogares no tienen ingreso alguno en la Península. En lo que hace al déficit de las cuentas públicas en relación al PIB, España duplica a Francia que, es cierto, tiene el régimen de imposición fiscal más alto de Europa, en tanto que el español es el segundo más bajo del continente. Todo esto devela que la situación relativamente más dinámica que ocupa la economía española hoy en la Eurozona, es más el resultado del estancamiento y del retroceso de sus socios que la consecuencia de un cuadro boyante de su mercado interior o de su comercio exterior. La interrelación de las economías europeas en el marco de la moneda única es de tal importancia, que el 70% del comercio exterior de los miembros de la Eurozona tiene lugar entre ellos, lo cual tampoco ayuda a realizar previsiones optimistas sobre el futuro español sino se revierte la caída que sufren sus 

Fuente: Telam